Capítulo 12: Seguiré aquí

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Mon-el apareció en el hospital empapado de sudor, su motocicleta se había quedado sin gasolina. Ojalá y sólo hubiera escuchado a James y llenado el tanque.

Se deslizó por los pasillos hasta empujar a algunas personas en su camino a recepción.

—Rhea y Lar Matthews. —Llegó como una bala, casi derrapando contra el escritorio—. Mis padres tuvieron un accidente de auto, los trajeron hace veinte minutos. ¡Dígame dónde están!

—Cálmate, chico. Dame un segundo —pidió el de recepción. Cada pulsación del teclado, los dedos del chico provocando un ruido que aceleraba con creces su bombeo de sangre—. Su madre está en cirugía. El choque le destrozó las piernas, así que han tenido que intervenir para reconstruir o, en el peor de los casos, amputar.

Fue como un balde de agua fría sobre su piel desnuda. Su madre, su adorada madre no volvería a caminar, le quitarían las piernas y eso la destrozaría más de lo que a él.

—...¿Y mi padre?

Justo después de que Rhea se fuera, Lena no hizo más que aferrarse a Kara, teniendo un miedo terrible por perderla

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Justo después de que Rhea se fuera, Lena no hizo más que aferrarse a Kara, teniendo un miedo terrible por perderla.

—Tengo que decirle a Mon-el.

—No tienes que hacerlo...

—Yo quiero hacerlo.

Lena se abstiene de decir algo y asiente en silencio. Da un beso sobre los labios rosados, está feliz de que por fin Kara pueda decirlo. Si Kara lo haría, si esa era su elección, la respetaría y la apoyaría en todo momento, estaría a su lado.

Suben a su auto y maneja al departamento de la rubia. La construcción se siente diferente, más prohibida, lejana, y ella sigue a Kara que pasa por su lado. En el ascensor todo es silencio, ni una mirada.

Llegan al departamento y en cuanto abren no hay luz o cosas esparcidas. Mon-el no ha llegado del partido.

Entran y Kara se va a su habitación. Ella espera paciente en el sofá, intentando pensar en lo que haría a partir de ahora. ¿Su amante estaría embarazada? ¿Sería suyo o no? ¿Y si no? ¿Kara aceptaría estar con Mon-el o simplemente compartirían un hijo y se quedaría con ella?

—Lena —Kara sale, cambiada por una blusa más casual y unos shorts cortos—, tenemos que hablar de...nosotras.

—Lo sé. —Asiente y sonríe lo mejor que puede—. Ya te dije, haré lo que sea para hacerte feliz. Si estás embarazada estaré a tu lado, si es mío lo estaré tanto como si no.

—No hablo de eso.

Kara se pasea por la estancia, cruzándose de brazos se sienta lo más lejos que puede de Lena al otro extremo del sofá.

—¿Qué necesitas que hablemos?

—...Gatita...Lena, cuando empezamos nuestra relación yo...creí que cometía un error y que todo era meramente carnal para ti porque yo soy ingenua y tonta...

Serás MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora