Capítulo 15: La llamada

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Seis años después...

Mon-el suspiró satisfecho, la jornada de ese día dio excelentes frutos y no podía estar más complacido por ello.

—¡Jefe, el señor lo llama! —gritó Thea Queen desde el otro lado de la barra.

—¿Abuelo? —habló Mon-el una vez posicionó el aparato en su oreja.

—Mon-el, ¿qué harás el fin de semana? —respondió sin muchas vueltas el hombre al otro lado de la línea.

—Son días fuertes, así que trabajaré toda la noche.

—¿Y el martes?

—No lo sé. ¿Por qué? ¿Qué necesitas? —cuestionó sonriente el primogénito Matthwes, dejando que Thea se hiciera cargo de la barra sin él.

—Unas vacaciones. —El hombre más joven se rió de la respuesta indignando al otro—. ¡No te rías! No todos seguimos teniendo un cuerpo menor de treinta años, ¿entiendes? Quiero ir a Miami.

—Tendría que asegurarme de no tener pendientes en la empresa, y ver el registro de reservaciones especiales. Ya sabes, el cast de la serie de Crisis Infinitas vendrá esta semana a Ciudad Nacional y pidieron un gran número de habitaciones.

—Te ayudaré con eso, no te preocupes.

—Si es así, entonces hablaremos de eso mañana —aseguró el hombre, dando una leve mirada a la Queen.

—Nos vemos.

Mon-el colgó e hizo una señal a Roy para que lo cubriera. Fue a su oficina en la parte más alta del club y miró por la ventanilla que daba vista al espacio del club a toda la gente bailando, bebiendo y divirtiéndose.

Hace poco más de año y medio terminó la universidad, se graduó en Negocios Internacionales y comenzó a dirigir la empresa de su familia.

Posterior a irse a vivir con su abuelo, las cosas tomaron un poderoso tormento, pero fue necesario para superarse y llegar hasta donde se encontraba. En más de una ocasión quiso desistir y salir huyendo, pero gracias a la determinación que ni él comprende de dónde surgió, las cosas que aprendió de su relación con Zor-el y que...Lena lo apoyara, lo hicieron seguir sin parar. Irónicamente, esas dos fueron parte de su forzoso paso a la madurez.

Una vez que las aguas del dolor se calmaron, él volvió a hablar con Lena, no era una relación como antes, era un respeto mutuo donde no se cruzaba esa línea. Él contaba con ella y ella con él; un vínculo más sano al anterior. Nunca lo dejó solo y lo agradecería, pues le soportó sus rabietas y berrinches, así como sus decaídas y su falta de entendimiento. Ella y Korian lo ayudaron a forjar un carácter que se hubiera imaginado tener alguna vez.

Hacía seis meses que no había hablado con ella. Lo último que supo, fue que Lena mandó un documento donde le vendía parte de Daxam Corporation por un dólar. Le contó sobre el trato que había hecho con su abuelo y sus padres para que lo comprendiera todo.

Hice lo que pude para mejorarlo, ahora te devuelvo lo que es tuyo por lo mismo que me lo dieron a mí, había dicho en su llamada.

Y, como dijo, la parte que le tocó lo ayudó mucho a impulsarse como un club independiente en una de las mejores zonas turísticas de Ciudad Nacional. Ella supo cómo manejar ese dinero y lo triplicó en menos de seis años. La mitad del dinero que tanto le costó a varias generaciones de su familia juntar, ella lo aumentó en mucho menos tiempo.

La vida sonreía nuevamente, habían altas y bajas, pero por fin sentía que era más que una sonrisa y un buen deportista. Ya no estaba condenado a ser un don nadie que únicamente alcanzó su punto más alto en la preparatoria. Ahora manejaba la empresa y se dedicaba a planear las mejores fiestas en toda la ciudad.

Serás MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora