Capítulo 5: Espacio

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Lena había mandado a pintar una de las paredes del apartamento de color azul celeste con plumerias blancas. Los días los pasaba imaginando la decoración del lugar, los muebles y armarios que complementarían el lugar. Sin embargo, necesitaba la opinión más importante.

—¿Lena? —Asomó la cabellera rubia que tanto extrañaba.

—Aquí estoy, solecito —gritó desde una de las habitaciones.

Kara vio la sonrisa que profundizaba los rasgos irlandeses de Lena. Tan encantadora, naturalmente.

Lena le extendió su mano y no dudó en tomarla. La jaló hacia su cuerpo y la abrazó mientras le daba un cálido beso.

—¿Cómo te ha ido? ¿Emocionada por graduarte?

—Estoy nerviosa. Aún no le respondo a ninguna universidad. Tengo que decidir en menos de tres semanas o le darán mi lugar a otra persona —respondió nerviosa.

En su pecho sintió las caricias de la rubia, si no se había dado cuenta, la estaba calentando.

La besó nuevamente, siendo más suave con sus labios hasta darle pequeños mordiscos en la carne inferior. Kara suspiró y se alejó.

—Relájate. Sé que tomarás la mejor decisión.

Sus tres opciones habían dado luz verde para integrarse a sus campus. El MIT la emocionaba, ahí cabía la posibilidad de que pudiera tener una beca deportiva. Sin embargo, Mon-el iría a NYU.

Por meses idearon un plan para ir juntos a la universidad, vivirían en el departamento que tenían los Matthews cerca de Central Park. Mon-el vendería su amada motocicleta y comprarían un auto. Los padres de ambos acordaron pagar todas sus necesidades mientras mantuvieran las notas altas. Lar había dicho que mientras no reprobaran nada, por él estaba bien.

Sin embargo, también estaba la UCNational, la universidad de Ciudad Nacional. Donde Lena estudiaba Ingeniería Tecnológica y Negocios Internacionales.

UCNational le daba comodidades. Su familia estaría cerca, era una de las universidades con mejor programa de Periodismo, la mayoría de sus amigos iría ahí. Y podía besarse con la pelinegra en el salón de música. Lena muchas veces le susurró al oído lo que podría hacerle en ese salón que era completamente abandonado mientras no hubieran clases programadas.

Rao, su centro se estaba mojando.

—Todas son buenas escuelas. Aunque, si te fueras a NYU, no podría dormir tranquila. Me asusta la idea de que un degenerado vea a mi hermoso sol y quiera herirla —dijo preocupada y con las cejas fruncidas. Nueva York era muy peligroso para el punto de vista de Lena, y Kara una pequeña cachorra a la que podían herir.

—No soy tan tonta y descuidada como parezco. James puede confirmarlo —Lena soltó un suspiro descontento. Aún se preguntaba qué le vio a ese sujeto.

—Lo sé, hermosa. Lo pusiste en su lugar. Mas, si puedo evitar que pases malos ratos con peligros en la calle, quiero hacerlo. Pero si tu decisión es ir, también lo entiendo —aclaró, dándole un beso en la nariz—. Puedo vivir con el miedo golpeando mi cabeza si con eso tú puedes ser feliz.

—Eso es manipulación, Lena.

—Es la realidad. Puedes hacerlo, sólo te digo que te mandaré mensajes todos los días, en especial durante la noche, sólo para saber que estás bien. Así que tenme paciencia. —La sonrisa de Kara la contagió. Unió sus labios con los de la rubia, deslizando lentamente su lengua en la carne rosada hasta encontrar la lengua de Kara. Profundizó el beso y lo soltó. Los ojos de Kara estaban desorbitados, extasiados. Su miembro dio un tirón y supo lo que le exigía—. En especial en las noches. Tendré mucho qué decirte en las noches. —Lena dio un mordisco en el labio inferior provocando un gemido necesitado de Kara—. Tanto que susurrarte, voy a hacer que me desees con un pequeño murmullo —dijo, sin saber que ya causaba eso en Kara—. O aparecer en tu puerta cuando menos te lo esperes en Massachusetts. O podrías quedarte y yo estaría todo el tiempo en tu cama. Va a ser emocionante cualquier opción.

Serás MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora