Rina.
Han pasado tres días desde que fui dada de alta y dos días desde que papá despertó, su estado era bueno sin embargo el doctor le dijo que estaría cinco días más en observación.
En este momento me encontraba en la sala de la mansión viendo dos fotos en especial; en la primera foto estaban Sorincha con su vientre de siete meses con mi padre a su lado, se miraban muy felices, a un lado de Sorincha estaba mi mamá y al lado de mi padre estaba mi tía Misaki. Papá tenia un brillo especial en sus ojos
En la segunda foto ahora era mi madre quien estaba a lado de mi padre con Rin a su izquierda y conmigo a la derecha, mi tía Misaki estaba aún lado de mi hermana y en esta vez mi padre ya no tenía el mismo brillo que tenia en la primera foto.
Apreté con fuerza el marco mientras miraba con odio aquellas imágenes, mi padre cambio después de la muerte de Sorincha.
— ¿Por qué no te la llevaste contigo a la tumba, Sorincha? — murmure con odio.
"Si no consigues amor, robatelo". Aquella frase mamá me la decía siempre y crecí con aquella idea, inconscientemente siempre quise tener lo que Rin tenía y era el amor de mi padre.
De alguna u otra manera quería que mi hermana sufriera y lo conseguí, sin embargo mi ambición llego muy lejos, pues ahora estaba esperando un hijo del quien se supone que sería esposo de mi hermana.
— No debes nacer — le decía a mi vientre.
Estaba perdida en mis pensamientos que no escuche cuando entraron a la casa.
— ¿Rina? —me llamaron —, ¿No se supone que tendrías que estar en reposo?
Abri mis ojos, mi mirada se fue hacía la persona que había entrado a la casa, era mi tía Misaki. Fruci el ceño e ignore su pregunta.
— ¿Qué haces aquí? — cuestione —, se supone que tendría que estar con mi mamá en el hospital.
Ella se encogió de hombros mientras se acercaba a mí para después sentarse a un lado de mí, la mire nunca hemos tenido una buena relación, Misaki siempre ha preferido a mi hermana.
— Tu hermana se quedo con ella — me dijo —, ¿cómo te sientes?
Pregunto después de unos minutos de silencio, un silencio bastante incómodo.
— ¡Puf! No seas hipócrita y finjas te que importo — dije —, siempre te ha importado más Rin que yo — me levante furiosa.
Mi tía se quedo en su lugar viéndome como si fuera no sé qué y después la escuche suspirar fuertemente.
Misaki.
— Rina yo no soy tu enemiga, si piensas que te voy a juzgar por lo que hiciste estas mal — le hice saber —, no voy a mentirte que me moleste cuando me enteré, pero… — desvíe la mirada —, tal vez nosotros tengamos la culpa.
Ella me miro sin comprender hacía donde iba.
— Tienes razón cuando dices que desde pequeñas siempre hemos estado más para Rin, pero debes de comprender que ella no tuvo una figura materna en cambio tú si tienes a tus dos padres y…
No pude terminar la oración por que ella me interrumpió.
— ¡¿Y de qué me sirvió tener a mi padre?! ¡SI DESDE QUE SOMOS PEQUEÑAS SIEMPRE ME HAN ECHO MENOS QUE ELLA, LA ÚNICA PERSONA QUE A ESTADO PARA MÍ ES MI MAMÁ! — su voz se le corto—, TODO EN ESTA CASA GIRA ALREDEDOR DE RIN.
Se levantó furiosa, sin embargo no deje que se fuera ella se soltó de mi agarré.
— Tranquilizate que no es bueno para tu estado — pedí —, ojalá algún día me des la oportunidad de demostrarte que al igual que Rin, tú también puedes contar conmigo para lo que sea.
La mirada de mi sobrina se suavizó y por primera vez ví su lado frágil cuando se soltó a llorar.
—Me arrepiento mucho de lo que hice lo único que provoque es que papá se decepcionara de mí — susurro.
Le acaricié el cabello y le dije que aquello no era verdad que él solo lo dijo por enojó, que su padre la amaba.
Después de unos minutos se tranquilizó y pude detallarla, se parecía mucho a Miyuki cuando era pequeña, era su copia como Rin lo era de Sorincha.
— Tía — me llamo —, ¿por qué tú nunca volviste a tener una relación? — preguntó.
Me sorprendí mucho por aquella pregunta.
— Decidí cerrarle a mi corazón aquel sentimiento, preferí los retiros religiosos y… — llevé mi vista hacía la foto de mi hermana —, apesar del tiempo yo no he podido olvidar.
Ella me miraba sin decir ninguna palabra y después me pidió disculpas por haber preguntado aquello.
— No te preocupes — le sonreí —, nunca pensé que veinticuatro años después la historia se iba a repetir con tu hermana; lo único diferente es que su hermana no la traicionó.
Ella bajo la mirada y me di un zape mental por haber dicho aquello.
— Vamos a comer, no tienes que estar mucho tiempo sin probar bocado — dije.
Ella asintió, la comida la estaba lista. Después de un rato me pregunto por qué deje a su madre sola.
— No está sola, Rin y Sesshomaru están con ella — dije.
Rina me miró.
— Últimamente Sesshomaru a estado cerca de mi hermana — comento sin dejar de jugar con su carne.
— Desde que son novios no se alejan — respondí riendo.
— ¿Mi hermana y Sesshomaru son novios? —
Rina.
¡¿QUÉ ELLOS QUÉ?! Me sorprendí cuando mi tía dijo eso, nunca pensé que Rin lo aceptaría fácilmente, por ahora la dejaré tranquila.
Seguí comiendo con mi tía y me di cuenta que no era como mamá me decía que era, por primera vez en mucho tiempo me sentí querida.
[…]
Mientras Rina y Misaki estaban comiendo en el antiguo departamento de Sesshomaru; la pareja estaba discutiendo por culpa de un tercero.