Después de que Rin se fuera, Naoto fue llevado devuelta a su habitación y le dijo a Miyuki que quería irse a su casa.
— Quiero estar con Rina, quiero estar con mis hijas — dijo nervioso.
Miyuki se encontraba estresada por toda la situación que estaba viviendo.
— Lo que Rina necesita es estar tranquila al igual que tú — reprendio —. De saber que se pondría así no te habría llevado con ella, no te hacen bien este tipo de cosas.
Naoto seguía en su silla de ruedas.
— Yo no importo en estos momentos, tengo que apoyar mucho a Rina.
Miyuki se llevo ambos manos a su rostro.
— Lo que me preocupa es que culpa a su hermana de lo que paso — bajo la mirada —. ¿Tú que piensas? — preguntó regresando la mirada a él.
Naoto le respondió que Rin sería incapaz de hacerle daño a alguien, sobre todo a Rina.
— Tranquilizate, es mejor que regreses a la cama.
Naoto se negó y volvió a repetir que quería irse a su casa.
— No estas en condiciones para regresar a tu casa — dijo estresada.
— No voy a pasar ni un solo día más aquí y si es posible voy a llevarme a mi hija conmigo.
Su esposa le dijo que él no podía decidir eso sin embargo, Naoto le dijo que él era el paciente y que solamente él sabía como se sentía.
Ambos empezaban a discutir, Miyuki solo quería lo mejor para él pero su esposo parecía que no estaba reaccionando.
— ¿Qué no entiendes que solo quiero regresará a mi casa, con mi hija y estar con mi familia? — preguntó agitado —. Por favor llama a Lili.
Miyuki se puso sus manos sobre la cintura, escuchar aquel nombre le provocaba enojo.
— Lili no es tu médico.
—No importa y si encuentras al cardiólogo mucho mejor.
En ese momento Misaki estaba entrando y al escuchar los gritos de la pareja pregunto qué pasaba.
— Pasa que tu cuñado es un necio y se quiere ir a su casa como de lugar. Ojalá y tú logres qué entre en razón— respondió su hermana.
Misaki escucho la respuesta de su hermana y la vio salir del cuarto molesta.
— ¿Paso algo que yo no sepa? — le pregunto mientras se acercaba.
Él respondió que hubiese sido mejor que se quedara en terapia intensiva. Misaki aún no entendía nada.
[…]
Irasue se encontraba en su mansión, tenía días desde su regreso a Japón y lo primero que supo por Toga fue que su primogénito era novio de Rin.
Aquella noticia sorprendió mucho a Irasue, cuando ella se fue a Alemania lo dejó comprometido con Sudán,una hermosa joven de cabello rubio y ojos verdes.
Como si lo hubiese llamado con el pensamiento, Sesshomaru estaba frente a ella visiblemente molesto.
—Milagro, hasta que te dignas a visitar a tu madre — no lo miraba.
Sesshomaru ignoro aquel comentario.
— ¿Cómo te atreves a enviar a Susan a mi casa? — preguntó molesto —. Supongo que debes de saber que estoy en una relación con Rin.
Irasue lo miro con desagrado.
— Que vergüenza — murmuró — me encargue de conseguirte a la mejor mujer para ti y de un día para otro la dejas por ir detrás de los huesos de Rin.