Capítulo 15

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Enterarse que sería padre no le gustó en lo absoluto, nunca quiso tener hijos; cuando estaba con Rin muchas veces le dejo en claro que no tendrían hijos pero ahora enterrarse que tendría un hijo con la que iba a ser su cuñada lo dejo mal.

Cuando le dijeron el número de la habitación rápidamente se dirigió a ella, al entrar pudo ver la sorpresa marcada en su rostro.

— ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo regresaste? — se puso a la defensiva.

Kirinmaru la miro con reproche.

— No tenía intensiones de volver hablar contigo, pero después de enterarme que estas embarazada quería saber si ese hijo es mío, se que no fui el primer hombre en tu vida — dijo.

Rina lo miraba con reproche.

— No seas cobarde, sabes perfectamente que este hijo es tuyo — dijo —, y si no me quieres ayudar esta bien, yo sé que puedo salir adelante sola. Pero cómo se nota que no eres tú quien lo lleva dentro —.

Rina no iba a llorar, ya había llorado lo suficiente.

Justo en ese momento Miyuki entró a la habitación y se sorprendió al verlo, le exigió una explicación pero en ese momento le ordenó qué se fuera. Kirinmaru no tubo más remedio que irse.

Miyuki le pregunto a su hija que qué era lo que quería Kirinmaru, pero ella le contesto qué nada.

— Si no me quieres decir esta bien — dijo fastidiada —.

Rina se llevó la mano a su vientre.

— ¿Cómo esta mi papá? — preguntó, pues ya sabia de lo sucedido.

— Ya esta mejor, de echo hace poco despertó fueron unos segundos pero los doctores dijeron que todavía lo mantendría en observación — le dijo.

Rina asintió con la cabeza.

— Hoy te dan de alta, cuando te lleve a casa te llevaré con él para que lo veas.

Rina no contesto y solo cerró los ojos para dormir antes de irse, pero sabía que Rin le dijo algo a Kirinmaru.

Horas después.

Rin había llegado al hospital después de que su tía le dijera que su padre ya había despertado. Emocionada le pidió a su novio que la llevará, al llegar la doctora le dijo que su padre estaba durmiendo y que tardaría un poco en despertar y que por el momento su estado era excelente.

Rin suspiró aliviada, su padre estaba bien, emocionada abrazo a su novio.

— Te dije que estaría bien — le dijo mientras le tocaba el cabello.

Ella no respondió, pero Sesshomaru se dio cuenta de que lloraba.

— Mamá me lo dejó más tiempo — susurro.

Sesshomaru la abrazo con fuerza, poco tiempo después Miyuki le dijo a Rin que se quedará con su padre que ella llevaría a Rina a la casa.

— Quiero verla — dijo.

Miyuki asintió y permitió que su sobrina viera a su hija.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó Rin cuándo ya había entrado a la habitación.

Rina ya no tenía el suero y su mano estaba sobre su vientre. Cuando la vio entrar le pregunto que qué quería, qué si quería saber si ya estaba muerta.

— No digas tonterías, apesar de todo eres mi hermana y no te deseo ningún mal, tampoco a tu hijo.

La mirada de Rina se suavizó y mintió diciendo que su hijo no le importaba, sin embargo, Rin le dijo que eso decía ahorita pero que cuando naciera iba a pensar diferente.

Los ojos de Rina se llenaron de lágrimas, su hermana le dijo que Kirinmaru estaba en Japón y Rina le respondió que no le importaba, que el nunca le importo.

Rin se trago el reproche de reclamarle el por qué entonces hizo todo lo que hizo, sin embargo se contuvo y le dijo que tendría que estar bien para cuando su padre la viera y entonces por fin Rina pudo sacar su lágrimas.

— No creo que le importe — respondió secándose sus lágrimas—. ¿Por qué le dijiste que viniera? — cuestionó ella.

Rin no sabía a que se referían.

— Kirinmaru estuvo aquí — le hizo saber.

Rin le contesto que él tenía derecho a saber, después de todo era el padre de ese bebé.

— Lo siento si te hice sentir incómoda, pero creí que debía saberlo — le dijo antes de salir dejando a su hermana furiosa.

La doctora entro al cuarto de Rina, diciéndole que antes de que se fuera, tenía que hacerle un ultrasonido para ver si el bebé estaba bien, Rina asintió. Minutos después cuando estaba escuchando los latidos de su pequeño una calidez se formó en su pecho, en ese momento la puerta se abrió dejando entrar a Kirinmaru.

La doctora les hizo saber que el bebé estaba en perfecto estado al igual que su desarrollo era excelente, le dijo a Rina que no se dejara de tomar las pastillas penatrales y que estuviera en reposo.

— Bien señorita Enzan, valla a casa a descansar y no haga nada de esfuerzo — le dijo para después salir de la habitación dejándola sola con Kirinmaru.

— También vete tú — le ordenó, no quería verlo ni en pintura.

Kirinmaru no tardó mucho en salir, sin embargo en el camino se encontró a Rin, ella estaba de espaldas.

La llamo y ella volteo sorprendida.

— Vine en cuanto me llamaste — le dijo.

Rin se acercó un poco a él.

— Supuse que… tendrías que estar aquí para apoyar a mi hermana — respondió.

Kirinmaru asintió.

— Anoche no pudimos hablar, pero… — Rin lo corto.

—No hay nada de que hablar — le dejo en claro.

Kirinmaru no se iba a quedar callado.

—Tienes que saber que lo que paso entre Rina y yo fue una estupidez que se complicó de más, pero a la mujer que yo amo es a ti— le confesó.

Rin le dio la espalda y camino, pero Kirinmaru la alcanzo.

— Yo te amo — a Rin se le llenaron los ojos de lágrimas —, se que estas decepcionada de mí, pero sé que tú también me amas.

Rin negó con la cabeza.

—Estas muy equivocado, hace mucho tiempo que dejaste de importarme —

— No me digas que te enamoraste de Sesshomaru — dijo con fastidio.

— Pues empieza a creerlo, si, siento algo muy especial por Sesshomaru, algo que nunca había sentido por nadie; nisiquiera por ti que estuve muy enamorada.

En ese momento Sesshomaru iba acercándose a ellos, pero por suerte escucho todo.

— Si tarde tiempo en aceptarlo fue por que tenía miedo gracias a ti, por que gracias a tu traicion perdí la confianza en los hombres. Sin embargo, él me enseñó a volver a confiar en los hombres y para tu desgracia lo amo.

El corazón de Kirinmaru se rompió y el de Sesshomaru latió con fuerza. Kirinmaru se alejo de ella y Rin al voltear se sorprendió al ver a su novio, sin embargo no le importo y lo abrazo con fuerza para después besarlo.

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