Capítulo largo, que arda Troya.
Naoto llego rápidamente hacía la nueva casa de su hija, cuando Sesshomaru lo llamó diciendo que Rin lo necesitaba dejo todo el trabajo por su hija. Para nadie era un secreto que Rin era todo para él, ella era lo único que le quedaba de su difunta esposa.
Cuando llegó y la vio llorando su pecho se oprimio.
—Rin — La llamó con un tono dulce —¿Qué te pasa princesa?
—Rina me odia, ella me odia papá—empezó a decir.
—No mi vida, tú hermana no te odia… —Rin lo corto.
—Ella misma me lo dijo papi— empezó a llorar.
—¿Qué te dijo mi vida?
—Qué hizo todo eso por que no soporta verme feliz —
Naoko sabía que algo más pasaba.
—Rin, ¿qué fue lo que realmente paso para que te sientas así?
—Kirinmaru y ella tuvieron una relación — confesó —. Fue por ella quien Kirinmaru me dejó plantada y ahora mi hermana esta esperando un hijo de él.
Naoko no lo podía creer, atrajo a Rin a él y la abrazo fuertemente. Su preciada hija se durmió en sus brazos y la llevo hacía su recamara.
—Cuidala Sesshomaru —.
Sesshomaru quería ir con él, también quería reclamarle del por qué, su pobre Rin sufrirá, pero entendía que él necesitaba estar con ella.
Naoko tomo su auto y se dirijo a su casa, se sentía traicionado y furioso.
—¡Rina! —grito.
Rina escucho la voz de su papá y supo que ya sabía todo. Entro furioso a la habitación y la tomo de los brazos mientras la sacudía.
—¿Qué hiciste? ¡¿Qué carajos hiciste?! —
—¡Naoto dejala! —intervino Miyuki mientras intento tomarlo del hombro.
Naoto la alejo y le exigió que fuera de la habitación qué hablaría después con ella. Miyuki no tuvo más remedio que salir, no sin antes advertir que no le hiciera nada a su hija.
—Te juro papá que fui Kirinmaru quien me obligó — empezó hablar nerviosa.
—De ese idiota no quiero hablar ahora, pero lo que tu hiciste hacía tu hermana es terrible, por que resulta que Rin es tu hermana, lleva tu sangre y sin embargo te comportaste con ella como si fuera tu enemiga —. Las lágrimas rodaban sus mejillas su rostro estaba rojo.
Rina bajo la mirada.
—Si la querías lastimar lo conseguiste, pero no sólo a ella… a mi también. De un solo golpe destruiste toda la confianza que tenia en ti Rina—.
Esas palabras destrozaron a Rina.
—Por que nadie en la vida me había decepcionado tanto—. Suspiro y de dio la vuelta para salir.
Su andar fue detenido por Rina qué lo intento abrazar pero él la separó de ella.
—Perdoname papito —.
—Yo no tengo nada que perdonarte, eso pídeselo a tu hermana aunque dudo que te dé su perdón.
—¡Pues ya lo estoy pagando caro papá, estoy esperando un hijo de él!
—De eso no hablaremos ahora, lo único que sé es que ese bebé nacerá, por que lleva mi sangre y la de tu hermana a quien tanto desprecias.
Terminó de salir de la habitación y fue a la que compartía con Miyuki.
—¿Desde cuando lo sabias? —
—Apenas me enteré hoy y yo voy apoyar a mi hija en la decidió que tome—.
—¡Claro! Pensabas llevarla algun lado, para que la señorita se deshiciera de la criatura y pecara más y el estúpido de Kirinmaru no se enterará.
—Me equivoque, pero entiende que Rina es mi hija y la tengo que proteger… — su esposo la interrumpió
—Por si no lo sabias Rina también es mi hija, yo tenía el derecho de saberlo y tú tenías que habérmelo dicho, por que sabes que mi otra hija esta de por medio.
Miyuki llorando intento acercarse a él para abrazarlo, pero Naoko se alejó, no la quería cerca de él.
—No me toques, tú me prometiste que cuidarías de Rin como a una hija, ¿Así es como la cuidas?
—El cariño que le tengo a Rin es diferente, por que Rina es mi hija.
Naoto la miró y le dijo que por primera vez la desconocía, es como si estuviera casado con una mujer a quien no conocía en lo más mínimo.
—¿Por qué? —lo enfrentó —Por proteger a mi hija de la preferencia que le tienes a Rin, por ser hija de tu gran amor.
—No se te ocurra mencionar a tu hermana, no eres digna de mencionarla.
Miyuki le dijo que siempre el problema era del amor que aún le tenía a su hermana y su comparación hacía ambas. Naoto le dijo que no cambie el tema, qué traicionó su confianza, qué dejo que las cosas llegarán hasta ese punto.
—Lo perdiste absolutamente todo, yo tomaré cartas en el asunto — salió de la habitación.
—¡¿Qué piensas hacer?! — fue detrás de él —¡Tengo el derecho de saber que harás —.
—¡Tú ya no tienes derecho de nada!, lo primero que haré es divorciarme de ti, mañana empezaré con los tramites de divorcio.