Capítulo 3

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A la mañana siguiente, papá no estaba, salió temprano. Me alisté, desayuné y salí de casa.

Pasé los recreos junto a los chicos, me hicieron reír todo el rato y no lo voy a negar, pero había algo que me incomodaba... la ausencia de Jairo en nuestro grupo. Verlo de pasada me daba más curiosidad... no sé. Lo que sí sé, es que detestaba verlo con Mai.

Con los demás habíamos quedado en juntarnos al día siguiente para pasar la tarde, y así fue.

La mañana pasó normalmente y cuando terminó el horario de clases, fui a casa a bañarme. Como era temprano, me puse a tocar un poco.

Me di cuenta tarde de que ya era la hora en la que había quedado con los chicos. Agarré la funda de la guitarra, la guardé y salí rápido de casa. Llegué y ellos ya estaban ahí.

Fuimos a comer y un rato más tarde nos sentamos en el pasto de una plaza que había en el centro. Cantamos un par de canciones mientras yo tocaba la guitarra, las personas nos miraban cuando pasaban y algunas se quedaban a escuchar.

—Qué mal que James no pudo venir... —dije, al terminar de cantar.

—Si, tenía ajedrez... va a ser difícil salir con él, siempre está ahí. Sólo vamos a poder, si deja el club —me contestó, Gemma.

—Todavía no puedo creer que sean novios, nunca me lo hubiera imaginado... —mirándola a Ami—. ¿Hace cuánto?

—Casi dos años —contestó, encogiéndose de hombros.

—¡Qué lindo...! ¿Ustedes también son novios? —pregunté mirando a Gemma y a Blas.

—No, ¡qué horror...!

—No hacía falta que lo dijeras así —agregó Blas, haciendo caras. Yo me reí.

Sinceramente, ellos hacían linda pareja. Siempre supe que a él le gustaba Gemma, bah, era muy obvio, nunca lo ocultó, pero Gemma era un poco dura con él y lo rechazaba siempre.

Ya casi era hora de volver a casa y quería llegar antes de que llegara papá. No me escondía, pero quería evitar preguntas incómodas. Siempre fue así, nuestra relación de padre e hija no era muy profunda.

Al día siguiente, fui a la escuela. En el primer recreo no salí del salón, no dejaba de pensar en Jairo y Mai.

Me negaba a aceptar que había algo entre ellos, pero a la vez, pensaba que yo era la que se fue, la que perdió todo y no podía reclamar... no podía hacer nada, pero quería hablarle, no sabía cómo... aún así, quería hablarle.

También, pensaba en las miles de formas que él podía reaccionar.

Quizás su reacción era buena, quizás era mala. Por ahí, seguía siendo el mismo Jairo, o tal vez, se había vuelto odioso, como Mai. "Quién sabe", pensaba.

En el segundo recreo, con James, fuimos al salón de Música. Gemma nos había mandado a llamar, porque quería proponernos algo.

Quería que hiciéramos una banda, sólo por diversión.

Me pareció una idea emocionante, así que, obviamente acepté. Como ya había dicho, la música era todo para mí y era algo que teníamos en común.

Pidió permiso para usar el salón y los instrumentos para poder ensayar, a su tío, que era el dueño de la escuela.

Los primeros días nos dedicamos a organizar y limpiar todo. Gemma iba a ser la encargada de tocar la guitarra principal; Blas, la batería; James, el bajo; Ami, el piano o teclado, y yo iba a ser la vocalista principal.

Y así, se formó nuestra banda.

Un día me había quedado hasta tarde acomodando el salón, para ensayar al otro día. Cuando salí, caminé lentamente a casa y en el camino pasé por una plaza. Era donde nos juntábamos a jugar cuándo éramos chicos, pero estaba muy diferente. Y era obvio, porque pasaron años.

~Sueños y Destinos (Primer Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora