Ya habían pasado varios días desde que Miguel comenzó a trabajar para mí. No sé si su trabajo lo hacía bien o era un exagerado y hacía de más, pero no me dejaba hacer nada. Él iba y venía para todo con mucho esmero y una sonrisa, sin decir nada. A Jade la trataba muy bien y se ve que ella también lo quería, a veces jugaban horas y horas en la oficina, cuando no había mucho que hacer.Tengo que admitir que me costó confiar en él, pero con el tiempo me empezó a caer bien y agarramos confianza.
Me di cuenta que este chico era muy transparente. Mostraba quién era realmente, no sólo por lo que me dijeron sino por lo que yo veía, me di cuenta que lo era. Hacía todo lo que decía y si mentía me daba cuenta rápidamente.
Unas semanas después, lo hice mi asistente personal en el ámbito laboral.
Todo iba a ser más fácil con él ya que Jade, luego de las vacaciones, iba a empezar el jardín. Se me iba a complicar bastante.
Me tomé dos semanas de vacaciones. Miguel se encargó, en esas dos semanas, sólo de la empresa. No quería que trabajara demasiado, así que por esas dos semanas lo dejé que se dedicara sólo a eso. Pensaba en descansar esas dos semanas, porque cuando me tocaba volver era en una época en la que más producciones iba a haber y estaríamos trabajando sin parar, pero se venían los cumpleaños de los chicos.
Qué justo que Hanna, Ami y Adam, cumplían el mismo mes.
Enero.
Un mes súper aburrido que parecía no terminar más, con mucho calor, la ropa pegada al cuerpo por la transpiración, gente de mal humor por el clima caluroso y las personas cerca de uno, sofocándolo.
No, no quería ni pensarlo...
Me tendrán que perdonar las personas que aman el calor, pero yo no soy una de esas, así que tengo que decirlo...
Es un asco.
El primer fin de semana hacían el cumpleaños de Hanna, y ya que el de Ami tocaba día de semana decidieron festejarlos juntos, pero en la casa de Harry. Obviamente me invitaron, pero yo no quería ir.
Adam me pedía por favor que vaya y llevara a Jade para jugar todos juntos, porque iban a estar todos los primos de él.
No me podía negar al ruego de ese muchachito. Además, él era mi ahijado.
Si, Yuri y yo éramos los padrinos de Adam. Gemma y Blas eran los padrinos de Jade. Aunque, Harry se coló y siempre dijo que él era su segundo padrino.
Cuando llegó el fin de semana, fuimos a la casa de Harry. Al llegar, lo saludé y también a los demás. Saludaron a Jade, luego ella corrió hacia donde estaba Adam para jugar, apenas lo vio. Me dieron un par de cervezas y me quedé hablando con ellos.
...
Habían pasado casi dos horas desde que llegamos. Me encontraba sentado en el sillón grande del living, apoyado en el respaldo con mi rostro hacia un lado mientras veía a los niños jugar, a través del vidrio del ventanal que daba para el patio trasero. Había pocas personas, eran amigos y algunos familiares de ellos y la fiesta no era nada formal.
—Después de tanto tiempo, por fin te veo... —se escuchó de repente.
Cerré mis ojos haciendo un poco de presión y por dentro los puse en blanco, al escucharla y reconocer su voz. Comencé a sentir una incomodidad en el pecho y cierto rechazo hacia ella.
Moví mi rostro para mirarla sin decir nada, pero creo que mi cara lo decía todo. Mai empezó a juguetear con su pelo, poniéndolo hacia atrás de su oreja.
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~Sueños y Destinos (Primer Libro)
Teen Fiction"Todo el mundo tiene sueños. Y eso está bien. Algunos llegan a cumplirse y otros no, pero siempre hay que esforzarse y luchar para poder alcanzarlos. Aunque, no sepamos qué nos tiene preparado el futuro. Aunque, no sepamos nuest...