Capítulo 19

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Tenía la mirada fija sobre la espuma de mi café instantáneo, pensando en el desastre que fue ayer y el enorme problema que se me venía cuando Juan se entere de lo ocurrido.  Después de estar unos minutos pensando con la mirada perdida, terminé de tomar todo el café y fui a terminar de alistar a Jade para llevarla al jardín. Miguel nos pasaba a buscar por casa, nos llevaba al jardín y luego íbamos a la oficina. Así fue. Dejamos a Jade en el jardín y fuimos al trabajo. Todos murmuraban cuando me vieron llegar.

Quizás, no creían que era capaz de hacer tal cosa, porque soy bastante reservado en ciertas cosas, no creo tener problemas así con la gente o muy seguido. Es por eso, que muchos se asombran cuando ocurren situaciones similares a esta. O, tal vez... creen que lo hice porque tengo "algo" con Nina.

Si, me voy más por la segunda opción, porque muchas de las mujeres que trabajaban en el edificio me miraban y sonreían encantadas.

La mañana estuvo tranquila, porque Juan no estaba. Se había ido de viaje, pero estoy seguro de que su secretaria le contó lo que pasó y no tardaría en volver para ver a su hija.

Con respecto al personal de seguridad, dejé que se quedaran en el edificio. No notifiqué lo que ocurrió para que no hubiera más problemas, pero estaban avisados de que sería la primera y última vez que le iba a dejar pasar algo así.

Nina, desde el día anterior no me mandaba mensajes, ni nada por el estilo. Estaba un poco preocupado, pero no quería meterme ni molestarla. Sólo me avisó temprano que Benja no iba a ir al jardín, después no me volvió a contestar.

Cuando llegó la hora de la salida, fui a buscar a Jade. Todo normal, en el camino me contó todo lo que hicieron con la maestra, como de costumbre. Luego, le compré algo frío para tomar ya que todavía hacía bastante calor y fuimos al trabajo. Llegamos y al entrar a la oficina, estaba Miguel acomodando unos papeles y mi taza con café frío. Jade se fue al sillón mientras yo me sentaba en mi silla.

—¿Ya está todo? —pregunté.

—Si.

Lo miré sin decir nada, pero lo noté algo tenso.

—¿Pasó algo? —volví a preguntar y él se acercó a mí.

—Llegó el señor Robles —susurró.

Apenas terminó de decir eso, la puerta se abrió de golpe dejándome ver a Juan entrando y al parecer, bastante molesto. Jade se bajó del sillón para ir a abrazarlo, pero Juan dio un portazo, ignorándola. Es por eso, que ella se quedó quieta, mirándolo.

—¿Qué pasó ayer? —preguntó, acercándose a mí. Yo me apoyé en el respaldo de la silla y lo miraba—. ¡Qué mierda pasó ayer, pregunté! —gritó, golpeando el escritorio con las manos haciendo sobresaltar a Jade—. ¿Qué carajo hacía ese tipo acá? ¿Por qué los de seguridad siguen en este edificio? ¿Por qué mierda permitiste y dejaste pasar esto? ¿No sos el responsable? ¿Sabías que estaba en riesgo la vida de mi hija? ¡Y la de mi nieto! —volvió a gritar, mirándome fijo.

Miré a Miguel y le hice seña para que se llevara a Jade. Él la entendió perfectamente y creo que Juan también, porque luego de hacerla, él se levantó y se acomodó el saco, agachando la cabeza. Cuando Miguel salió y cerró la puerta, yo me levanté lentamente y lo miré fijo, poniéndome las manos en los bolsillos del pantalón.

—Si sabés qué pasó ayer... ¿para qué preguntás? —saqué las manos de mis bolsillos, me apoyé en el escritorio y lo seguía mirando fijamente— ¿Era necesario entrar así, gritar y golpear el escritorio? —él me miró sin decir nada—. Marco quería llevarse a Nina y a Benjamín, pero no lo dejé. Y permití que los de seguridad se quedaran para que nadie más se entere de este desastre causado por tu ex-yernito. O, ¿querés que la empresa quede manchada y empiecen los rumores? —levantando mis cejas dándole a entender que quería una respuesta. Él se volvió a acomodar el saco y tragó saliva—. Tendrías que agradecerme, porque fui yo el que hizo algo para que ni tu nieto ni tu hija, salieran lastimados.

~Sueños y Destinos (Primer Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora