Capítulo 12

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Llevar a Jade al trabajo se volvió parte de mi rutina, aunque debo admitir, que era muy cansador... tanto para ella, como para mí. Agradezco que era bastante tranquila y se entretenía con cualquier cosa, sino, no sé cómo hubiera hecho.

Habían pasado tres días desde lo que pasó con Gemma, todavía no le había dicho a Blas. Pensaba que era tarde ya, para decirle, pero ocultarle eso me hacía sentir incómodo. No se lo había dicho aún, porque él estaba de viaje y decírselo por teléfono, no daba.

Eran cerca del mediodía del viernes cuando recibí un mensaje de Blas, pero en el grupo donde estábamos él, Harry, James y yo.

Blas: ¿Cómo andan? Hoy a la tarde vuelvo y quiero pasar el finde con mis niñas... ¿están libres, mañana?

Harry: Obvio... para vos siempre, papu.

James: No voy a poder, tengo cosas que hacer.

Harry: ¡Ay, dale! No seas anti, nunca venís.

Blas: La jefita no lo deja...

James: Dejá de decir pavadas, Blas, que tu jefita es la que menos te deja.

Harry: Es verdad. No sé cómo haces para que te dejé ir de viajes, seguido. Te tienen cortito.

Blas: , Hey, fui yo quien los invitó a ustedes. Dejen a mi jefita, en paz.

Harry: ja, bueno, bueno...

Organizaron una salida el sábado por la noche.

No sé qué se me cruzó por la cabeza, pero creí que era una buena oportunidad para decírselo. Les avisé que yo también iba y Harry festejó como loco.

Seguí con mi trabajo, luego de almorzar junto a Jade en mi oficina.

Las horas pasaron lentamente. En un momento, me acosté en el sillón para hacer dormir a Jade y me quedé dormido. Me desperté cuando sentí que me tocaron el hombro y escuché susurrar mi nombre.

—Jairo... —abrí mis ojos y me levanté rápido, pero con cuidado, al ver a Nina— te quedaste dormido... —susurró riéndose, suavemente.

—Si, perdón... —dije, pasándome una mano por la cara, luego de sentarme.

—No pasa nada. Golpeé varias veces y como no contestabas, entré ya que me dijeron que no habías salido de la oficina... —se volvió a reír—. Te veías muy lindo, durmiendo —despeinándome, con su mano. Yo la miré, levantando una ceja.

—¿Necesitás algo? —le pregunté, mientras me levantaba.

—Si, vine a hablar con vos... —me senté en mi silla, apoyándome en el respaldo y ella en la otra que estaba frente a mí, apoyándose en el escritorio—. ¿Te acordás de lo que te pregunté sobre Mia?

—Si, me acuerdo... —fruncí el ceño.

—Bueno, parece que las quejas crecieron... es más, tengo pruebas de que lo que me dijeron, es verdad. Además... —hizo una pausa y la miré, fijamente— empezó a hablar de vos y de Jade.

—¿Qué dijo? —pregunté serio.

—Supuestamente anda diciendo que está saliendo con vos en secreto, pero... que no soporta a Jade, porque se interpone entre ustedes —la miré sorprendido y ella continuó hablando—. Me pareció rarísimo que alguien como vos, esté con ella y más en el trabajo. Sabés muy bien que eso puede perjudicarte y no sólo a vos, a nosotros y a la empresa, también... por eso, vine a preguntarte. ¿Tenés algo con Mía? —negué con la cabeza— ¿Cómo se comporta con Jade? ¿Notaste algo raro?

~Sueños y Destinos (Primer Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora