¿Puede una persona no sólo enamorarse de su mejor amigo, sino también de sus distintas personalidades?
Cualquiera diría que sí, pero los eventos del pasado y las traiciones del presente lo harán mucho más complicado para los cinco.
Me inspiré basta...
-Magma, ¿Cuánto tiempo llevamos aquí?- se atrevió a preguntar Fallo mientras engullía enérgicamente su barra de pan-.
-Dos semanas, tres días, once horas y veinticuatro minutos. Aproximadamente- le respondió de inmediato, mientras tomaba a uno de los gatos que lo acompañaba en brazos-.
Esos felinos eran los únicos con autorización de salir, podían pasar de jaula en jaula a través de los barrotes, siendo su única real compañía y prácticamente lo único que los ayudaba a mantenerse cuerdos.
-Magma- lo llamó de nuevo- ¿Podrías traer un segundo a Barril? Creo... Creo que tengo un plan para salir de aquí, pero necesito su ayuda-.
-P-pero ninguno de los otros sabe que estamos aquí... Aunque sí tú lo dices...-.
Un parpadeo, y el lugar de Magma era ahora ocupado por Bael.
-¿Qué está pasando? ¿Fallo? He sentido mucha desesperación, ¿Qué pasa?- preguntó analizando su entorno. Su respiración era agitada y sus recuerdos borrosos-.
-Han pasado muchas cosas... Nuestros amigos nos traicionaron y nos dejaron aquí encerrados. Silencio nos amenazó con decirle respuestas y otras cosas, pero ahora tengo un plan de escape y para eso te necesito-.
-¿Silencio?- las palabras de Fallo retumbaban en su cerebro, y conexiones con el pasado fueron hechas- B-bueno, cúentame...-.
Fallo le explicó detalladamente todo su plan, y le pareció excelente. Ahora sólo quedaba esperar el momento correcto.
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-¿¡DÓNDE MIERDA ESTÁ MI GORRO!?- preguntaba desesperado Nova mientras Pollo trataba de sujetarlo. Llevaba un bloque de heno en su cabeza para evitar que se viera su pelo-.
-Nova... Nova cálmate. Yo no encuentro mi pañuelo rojo, deben de estar ambos en el mismo lugar. Hay que buscarlos bien después, ahora come- le indicó Pollo por novena vez en el día, acercándole una porción de pay de calabaza. Derrotado, comenzó a comer-.
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-¿D-dónde está mi espada?- se preguntaba Emikukis mientras revolvía todos sus cofres- Yo la dejé aquí...-.
Le pareció ver una sombra corriendo a lo lejos, pero simplemente la ignoró y siguió buscando.
