A Cada Uno De Ellos (Magllo)

Dolor primerizo

Cap se había ido.

Fueron unos segundos caóticos, Nova abrazaba con fuerza a Pollo, que sólo se había quedado pasmado contemplado la escena; Emi rascaba su nuca, porque el impacto contra el piso le había dolido en sobremanera; Fallo respiraba agitadamente mientras tenía una leve crísis existencial, ya que estaba preocupado por sus gatos pero a la vez se sentía feliz por la destrucción de Clave, y no se estaba preocupado lo suficiente por la muerte de uno de sus amigos.

Por último, Magma gritaba con todas sus fuerzas palabras lo suficientemente entrecortadas como para no ser entendibles, pero que aún así reflejaban su dolor y sus penas, y Star, Star sollozaba tirada en el piso, su expresión no era visible pues al estar arrodillada y su pelo tapar su cara, su rostro y sus facciones no eran visibles.

Segundos dolorosos, sin duda.
Segundos que supondrían un gran cambio en la vida de los chicos.

Él se colocó rápidamente ese casco que tanto había deseado, y de pronto parecía ver todo en cámara lenta. Sentía un inmenso dolor expandiéndose desde su cabeza hasta todo su cuerpo, llenándolo de un gran sentimiento de confusión.

¿Era así como se sentía la muerte? ¿Acaso Pollo le había dicho la verdad al declarar que explotaría?

Lo último en lo que sus ojos pudieron fijarse fue en la silueta de una destruida y rota Star, y lo que más lamentó fue ser el causante del sufrimiento de aquella chica.

De pronto, se encontró en un enorme abismo negro azabache que se expandía hasta donde sus ojos podían ver, dando la sensación de un eterno vacío. Desorientado y adolorido, se hincó, jadeante. Su cabeza daba vueltas y hubiera dado todo para que parará, pero el dolor lo distrajo tanto que no se dió cuenta del enorme monstruo que estaba frente a él levantando con unos grotescos brazos su enorme mazo de piedra.

Una semana desde la muerte de Cap.

Pollo, Nova y Emi vivían con relativa normalidad, minando, talando, construyendo o paseando como lo hubieran hecho semanas atrás, casi sin importarles la muerte del gato y más o menos felices por la destrucción de Clave.

Fallo se estaba quedando en casa de Magma; después de lo ocurrido había ido corriendo a su casa para revisar que todos sus gatos estaban vivos y refugiados bajo un montón de paja que estaba afuera y que afortunadamente había quedado intacto. Su mente seguía hecha un desastre, no tenía fuerzas suficientes para reconstruir y aún menos para salir de la vivienda.

Magma estaba destrozado, y un día después de los hechos ya había una tumba construida por él mismo al centro de la ciudad; todos los días iba a cambiar las flores y a dedicar algunas palabras. Todos los demás Magmas se habían enterado, y se lo habían tomado a su manera.

Y Star, Star no hablaba con nadie.
Se paseaba por todo el lugar explotándolo sin razón para dejarlo en un estado aún más deplorable que antes, y se excusaba con la idea de que eso era lo último que Cap hubiera querido. El único lugar que no se atrevía a tocar era la tumba de su amigo.

-Fallo, la cena está lista- anunció Sacri-.

-Gracias, ahora voy- balbuceó, mientras caminaba con lentitud hasta la cocina-.

-Hey, Fallo. Sé lo mucho que te afecta la muerte de gato, pero debes seguir adelante. Él... él ya no regresará- pronunció las últimas palabras con respeto, mientras abrazaba suavemente al contrario-.

Lo mencionó. A él no le estaba afectando su muerte lo suficiente, no estaba suficientemente triste por la partida de su amigo, estaba feliz por la destrucción de Clave, ese dolor y esa confusión juntos no le dejaban dormir. Y aún así decidió mantenerse callado, no quería herir más la cordura de su pareja.

Sacri lo respetó y se quedó callado, tampoco quería herirlo.

Acabaron silenciosamente su cena minutos después y se dirigieron lentamente a cama de los Magmas, y sólo en ese momento el menor se permitió llorar dolorosamente.

A lo lejos, una figura oscura con un semblante serio los observaba en silencio.