C A P I T U L O 12

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Lev siempre fue muy problemático, desde muy pequeño hizo inumerables desastres, destruía cosas y esto a su madre por su puesto que le molestaba, el ya se había acostumbrado a hacer las cosas mal y recibir gritos cada que hacía algo equivocado.

-No, no to toques e-so- se escucho un golpe en el piso, había tirado la computadora de su mamá.
-POR DIOS LEV Y AHORA QUE VOY A HACER?- grito ella un poco desesperada mientras cerraba los ojos, el pequeño de 3 años en un intento por ayudar levanto el aparato el cual al resbalar de sus pequeños brazos se golpeó nuevamente.
-YA QUEDATE QUIETO - el niño al ver a su madre tan enfurecida por su culpa comenzó a llorar.
-PARATE DE AHÍ Y NO LLORES -
-Lo siento ma...- susurro el pequeño levantándose de la mano de su madre.

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-LEV MARCOS DAMIÁN KATSU PORQUE ESTA ROTO ESE CUADRO-
-¿SEÑORAA?- respondí desde el segundo piso.
-BAJA YA- resignado salí de mi habitación y baje.
-Que pasó mamá?- observe que tenía un viejo retrato de mis abuelos en su mano.
-QUE QUE PASO? DECIME VOS PORQUE ESTE CUADRO ESTA ASÍ- me acerque para observar mejor, tenia el marco agrietado y el cristal roto.
-Yo no lo eh tocado mamá, te lo juro- reproche.
-Sabes lo valioso que es? es una reliquia Lev, con eso no se juega- dijo mamá alterada.
-Mamá te lo juro que no lo eh tocado-
-Ya deja de mentir y mejor vete a lavar los platos- dijo resignada
-Pero mamá -
-TRAS DE QUE HACÉS DESASTRES QUERÉS ANDAR DE VAGO? YA NO REPROCHES Y HACEME CASO CON LO QUE TE ORDENO-
-PERO SI NO ES JUSTO-
-QUE VALLAS A LAVAR LOS PLATOS TE DIJE- resignado me dirigí a la cocina, después de todo por muy inocente que fuera nunca en 10 años había tenido oportunidad alguna de ganar una discusión.

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-PERO COMO HACÉS ESO- grito mamá
-PERO SI NO ES MI CULPA-
-QUE NO? DECIME VOS QUE VAMOS A HACER-
-PUES SI TANTO TE PREOCUPA TRABAJA TU-
Estaba fuera de la casa, recién llegaba de la escuela y lo que me encontré fue a mis padres peleando, se habían divorciado hace mucho tiempo, pero eso no arreglaba el hecho de que cada que se veían peleaban. Estaba en la puerta, no me animaba a entrar. Apesar de que probablemente me regañarian por llegar tarde no entre, únicamente agarre mis auriculares, puse rocket queen de Gun's and Roses  y me puse a caminar por ahí perdiendo tiempo y esperando que la discusión en mi casa cesará, finalmente llegue a un banco y ahí me senté.
-Mamá no te vallas- dijo una chica de aproximadamente unos 12, 2 años menor que yo.
-Cariño sabes que debo ir-
-Volverás para mi cumpleaños?-
-Haré lo posible para llegar más no te puedo prometer nada-
-Te voy a esperar mamá, que te valla bien- las 2 se abrazaron para luego ver a la mujer subír a un auto y la chica sentarse en la banca de en frente mio. No negare que ella era linda, pero ver sus ojos tan apagados me entristecia, mi mano encontró en mi bolsillo un chocolate, decidí regalárselo, después de todo igual no me lo comería.
-Hey- dije una vez estuve frente a ella -no pude evitar notar lo que pasó, solo quiero que sepas que todo mejorará, estoy seguro - afirme estirando mi mano con el pequeño chocolate en ella. Sonrió y con delicadeza tomó el dulce que le ofrecía.
-Gracias, muchas gracias- dijo con una sonrisa sincera aunque muy rota.
-No es na- fuí interrumpido por una mujer mayor
-Dally, debemos ir a casa-
-Ya voy abuela- respondio ella -oye, no se que es lo que está sucediendo, pero todo estará bien - me dedico una amplia sonrisa mientras acomodaba su cabello detrás de su oreja
-Tu como...?-
-Los ojos son una ventana al alma si sabes observar con cuidado- luego de esas palabras corrió hacia aquella mujer...

Me preparaba mentalmente para entrar a casa
-DONDE DEMONIOS ESTABAS?- grito mi madre nada más verme abrir la puerta
-Lo siento mamá. Me voy a mi habitación- mi padre no estaba, ni siquiera lo había podido ver.
-VOS TE QUEDAS AQUI JOVEN, COMO ES POSIBLE QUE ME HAGAS ESTO, ESTABA MUY PREOCUPADA, NO FUISTE CAPAZ NI DE AVISAR, COMO QUERÉS QUE TE DEMOS CONFIANZA SI ESTO ES LO QUE VA A PASAR CADA VEZ, DE AHORA EN ADELANTE ESPERAS EN LA ESCUELA Y QUE NI SE TE OCURRA SALIR SIN PERMISO- suspiró -Préstame tu celular- exigio ella, regunfuñe entre dientes y lo avente a la mesa -AYY NO, CONMIGO NO VAS A ACTUAR ASÍ JOVEN, ESTA SIN CELULAR UN MES Y SE ME VA A LA HABITACIÓN- cerré mis ojos, respire ondo y me dirigí a las escaleras.
-SI TAN SOLO NO SE LA PASARAN PELEANDO NO TENDRÍA PORQUE HUIR- respondí muy alterado antes de cerra la puerta de un azoton.

Aquí el único que comete errores soy yo, pero claro, ellos son perfectos. Estaba acostado en mi cama conteniendo lágrimas debido a mi frustración.

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-Te la pasas saliendo todo el tiempo, ya ni paras en la casa-
-Si claro, como si fuera agradable estar en casa- murmure por lo bajo
-Esa no es forma de hablarme Lev, eso no es lo que te he enseñado-
-Ja! Como si me hubieras enseñado algo aparte de valerme por mí mismo-
-Desagradecido, hago lo que puedo-
-Pues adivina que, no es suficiente -
-A VER JOVEN MÁS RESPETO, QUE NO VEZ QUE HAGO LO POSIBLE POR QUE ESTÉS BIEN, COMPORTATE QUE YO TE DI LA VIDA, TIENES QUE AGRADECER-
-YO NUNCA QUISE VENIR A ESTA MISERIA, NO ES MI CULPA ESTAR AQUÍ, JAMÁS LO PEDÍ-
-MIERDA- grito mamá, se había chocado el auto mientras aparcaba
-Mira lo que lograste, CONTENTO?-
-YO? PERO SI YO NO HICE NADA-
-ME DISTRAES CON TUS BOBADAS-
-BIEN PUES PERDÓN POR EXISTIR, QUE MÁS QUIERES, QUE DIGA, SI, SOY UN ERROR, YA ESTÁ, NO TIENES QUE DECIRLO, LO SIENTO, CONTENTA? - abrí la puerta del auto y baje, mi abuela ya estaba en la puerta, al verme me saludo
-Mi nieto precioso, cómo estás? -
-La verdad podría estar mejor, otra vez está discutiendo y ahora se supone que yo soy el responsable de que el auto chocara, no puedo más abuela, me estoy cansado de tener la culpa de todo, de ser tan malo para todo- mi abuela me abrazo
-Mi cielo, déjame hablar con ellos, las cosas mejorarán-
-No lo hará abuela, nada puede hacerlo-
-Se pierde algo intentado?- la miré con una sonrisa dándole a entender que lo hiciera.
Mi abuela habló con mi mamá, como era de esperarse las cosas no mejoraron al regresar a casa, me castigó y quitó mi mesada para pagar los arreglos del auto, más su intento por ayudarme, ese simple acto era muy lindo, puesto que nadie jamás estaba de mi lado, desde ese día procuraba llamarle más seguido y llevarle detalles cada que podía visitarla, en pocas palabras se volvió en un rincón de alegría y gratitud en mi catastrófica vida.

Fue trsite comprender que quien me rompió más fue mi propia familia...

El calor de tu mirada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora