O1: Llegaron.

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—¡Chan, amor! —un Felix muy eufórico azotó la puerta del despacho que tenían en la casa antes de posicionarse frente al escritorio donde su alfa leía unos documentos

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—¡Chan, amor! —un Felix muy eufórico azotó la puerta del despacho que tenían en la casa antes de posicionarse frente al escritorio donde su alfa leía unos documentos.

Chan alzó su mirada con rapidez, temeroso de que algo malo hubiese pasado con su alfita, notando en menos de dos segundos las manos temblorosas y los papeles que se sacudían entre ellas.

—¿Qué sucede, pequeño alfa? —preguntó mientras intentaba transmitirle un poco de tranquilidad por medio del lazo.

—Llegaron, alfa... —murmuró con diminutas lágrimas aglomerándose en las esquinas inferiores de sus ojos.

—¿Estás hablando en serio? —Chan se puso de pie para luego rodear el escritorio y estrecharlo entre sus brazos con rapidez.

Sintió como Felix se acurrucaba mejor contra su pecho y pasaba su respingada nariz entre los pliegues de su camisa intentando tomar un poco de su aroma amaderado. Las feromonas eran tan fuertes y una mezcla de diferentes emociones que incluso alocaban a sus lobos interiores.

Felix levantó la cabeza y conectó su cristalina mirada con la suya, asintió para después elevarse en las puntas de sus pies y presionar un beso.

El inicio de su historia se remontaba a varios años atrás cuando apenas eran unos adolescentes que no conocían absolutamente nada de la vida. Felix era un alfa recién presentado, pero criado durante años a la espera de convertirse en omega, por lo que la delicadeza lo caracterizaba y muchas veces era centro de burlas. Un día cuando varios alfas lo golpeaban en uno de los corredores Chan lo encontró y no dudó ni un segundo en gruñirles y alejarlos. Podría decirse que fue el comienzo de una bonita relación.

Años después decidieron enlazarse, negándose a seguir lo que la sociedad imponía. Se mudaron a una elegante zona residencial y luego de dos años ingresaron al sistema de adopciones.

Su relación se caracterizaba por la comunicación, el cariño y la confianza. Anhelaban tener cachorritos corriendo por toda la casa y cada carta rechazada era un puñal para sus lobos. Felix se deprimía por un tiempo, lloraba en brazos de su alfa y luego volvían a intentarlo. Siempre lo intentaban de nuevo.

Todo cambió esa mañana cuando una notificación sellada cayó por la abertura de la puerta. Felix tomaba té como todos los días con uno de sus libros predilectos esperando que el reloj marcara el momento indicado para ir al trabajo. Su mundo se detuvo al pensar que otra vez habían sido rechazados, por lo que no pudo esperar para correr al despacho de la planta alta mientras abría el sobre con desespero.

Imaginarán su júbilo cuando leyó que deberían someterse a dos entrevistas, una en conjunto y una por separado, en donde indagarían a fondo en sus vidas para dictaminar que todo estuviera en orden en ese sentido. Luego, si tenían suerte y lograban pasar las pruebas, un grupo de profesionales visitaría el hogar para asegurarse de que sea el adecuado para un niño y al superar esta ya podrían empezar a tener contacto con su posible cachorro.

Tramitando con esperanza ♡ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora