16: No es malo pedir ayuda.

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—Lobito, ¿puedes venir un segundo? con papá necesitamos decirte algo —Chan llamó desde el salón

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—Lobito, ¿puedes venir un segundo? con papá necesitamos decirte algo —Chan llamó desde el salón.

Habían pasado tres días desde lo acontecido y por más que la charla había tranquilizado al trío bastante bien aún sentían que no era suficiente. Heeseung seguía temeroso, quisquilloso y silencioso; y la preocupación en ambos alfas no hacía más que aumentar.

Los pasitos acolchonados no se hicieron esperar y pronto una mata de cabellos enmarañados y pijamas de autitos se presentó ante ellos.

Felix lo llamó suavemente para posteriormente sentarlo entre ellos en el sofá, allí Heeseung se sentía protegido y cálido, facilitando la conversación.

—Amor, a veces nuestras cabecitas pueden asustarnos con pensamientos que se nos dificultan controlar —empezó el menor de los alfas mientras veía al cachorro pegarse al costado de Chan en busca de consuelo— y aunque creamos que no tienen solución y simplemente nos lastimarán para siempre, hay herramientas que son muy útiles para esos casos.

—¿Y cuáles son? —murmuró Heeseung a la vez que jugueteaba con el dobladillo de su camiseta.

—¡Hay muchísimas! —exageró su expresión para causar un tanto de gracia en el menor, consiguiéndolo en el acto— pero con pa Chan encontramos una que podría ser la que mejor se amolde a ti.

—Ayuda psicológica —intervino por primera vez el contrario.

—¿Qué es eso, papis?

—Una psicóloga es una persona que te escucha, te aconseja y te ayuda a liberar tu cabecita de todas esas cosas que te lastiman... —Felix se movió de lugar para poder apoyar su cabeza en el otro lado de Chan sintiendo al instante las feromonas protectoras de su alfa cubrirlos junto a sus fuertes brazos— ¿Qué dices, lobito? ¿te gustaría?

—No lo sé... —un atisbo de llanto surcó las aniñadas facciones, alarmando enseguida los lobos mayores.

—Ey... no, cariño, no hay necesidad de abrumarse —Chan arrulló— no pasa nada si no tienes una respuesta ahora, solo te lo estamos ofreciendo para que sepas que hay más posibilidades. Papá Felix y yo estaremos siempre para ti, pero algunas veces necesitaremos de alguien externo que nos ayude a darnos cuenta de que no siempre se tiene la razón.

—Lo voy a pensar... lo prometo —terminó cediendo.

—Eso es —ambos alfas besaron sus mejillas— ahora sí a la cama, mañana tenemos que levantarnos todos temprano.

—¿Me arroparían?

—Siempre, lobito.

Al otro día, aunque quisieran hacerse los desentendidos, las cosas se mantenían delicadas. Heeseung apenas murmuraba un par de palabras y luego del colegio su aroma activaba los sentidos de protección de ambos alfas.

Felix no había hecho mención alguna, simplemente regresó de la empresa directo a hornear uno de los pasteles favoritos del menor y acondicionar todo para que la casa se mantuviera agradable y cálida. Era su forma de demostrar amor y sentirse cerca de su cachorro.

Tramitando con esperanza ♡ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora