22: No todo lo que brilla es oro.

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N/A: De ahora en adelante habrá saltos temporales en la adaptación.

El tiempo no perdonaba a nadie ni a nada y Felix lo descubrió un día cuando preparaba el desayuno tranquilamente y un alfa de casi metro ochenta y cinco, musculatura que tranquilamente podía competir con la de él y penetrantes ojos cafés lo abrazó...

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El tiempo no perdonaba a nadie ni a nada y Felix lo descubrió un día cuando preparaba el desayuno tranquilamente y un alfa de casi metro ochenta y cinco, musculatura que tranquilamente podía competir con la de él y penetrantes ojos cafés lo abrazó por la espalda.

Al principio se sobresaltó cuando los tatuajes de su alfa no aparecieron en su campo de visión, mucho menos la piel acaramelada ni el aroma de siempre, pero su lobo se tranquilizó visiblemente cuando la avellana lo cubrió de pies a cabeza. Recibió un beso en su mejilla y luego su cintura fue dejada en libertad.

—Buenos días, papi —saludó una voz cantarina, pero un tanto grave.

—Buenos días, cachorro, ¿cómo dormiste?

—Bien, aunque estoy hambriento.

Felix rió suavemente antes de dejar el desayuno delante de su cachorro ya no tan cachorro.

—¿Irás con papá a la universidad o prefieres que yo te deje antes de ir a la oficina?

—Papá dijo que me llevaría porque le queda de camino.

—De acuerdo. Come, amor.

Heeseung ya no era el pequeño niño de mirada perdida y herida que alguna vez encontraron en el orfanato. Mucho menos era ese cachorro que se dejaba hundir en sus propios pensamientos y apenas hablaba. Ahora era un adolescente de 19 años, alegre, parlanchín y sumamente protector con sus padres, mucha más con su papi Felix. Cursaba sus primeros años de la carrera de finanzas y tecnología, decidido a seguir los legados en la empresa familiar. Podría decirse que era un joven pleno y feliz.

—Buenos días —Chan apareció con su corbata a medio anudar, besó los labios de su pareja y tomó el termo de café y comida que siempre era preparado para él debido a su rechazo hacia el desayuno— ¿Estás listo para irnos, cachorro?

—Solo lavo mis dientes y busco mis cosas arriba. No me tardo.

Felix suspiró sin siquiera notarlo cuando la figura de su hijo desapareció escaleras arriba.

—No quiero que siga creciendo, alfa —murmuró mientras sus torpes dedos intentaban recrear ese nudo que tantas otras veces había realizado— parece que fue ayer cuando llegó a casa.

—Lo sé, mi amor —Chan besó sus labios apenas y luego se trasladó a su marca, en donde dejó repetidas lamidas— es parte de la vida, no podemos evitarlo, solo acompañarlo.

—¡Papá, estoy listo! adiós, papi, nos vemos en la noche.

—Adiós, mi cachorro, que tengas un lindo día.

Ambos alfas terminaron de reunir sus cosas, besaron la mejilla de Hee y salieron. Felix se demoró un par de minutos más poniendo el lavavajillas y prácticamente dejando todo listo para que le primero que llegara calentara la comida. Esa había sido su rutina desde hace años y la amaba.

Tramitando con esperanza ♡ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora