—Papi, ¿puedo hablar con ustedes? —Heeseung asomó la cabecita por el marco de la puerta de la habitación de los alfas.
Chan dejó de repartir los pequeños besitos que estaba depositando sobre las clavículas de su alfita para que ambos pudieras centrar su completa atención en lo que su hijo tuviera para decirles.
—Claro que sí, mi amor, ven —Felix extendió uno de sus brazos y levantó la gruesa cobija para que Hee pudiera ingresar.
El cachorro, entendiendo por completo lo que su padre pretendía, no tardó en introducirse dentro y apretarse con vitalidad al pecho del alfa mayor.
—Dinos, pequeño alfa, ¿en qué podemos ayudarte?
—Yo... —dudó un poco hasta que encontró alguna especie de incentivo interior— ¿está mal que dos alfas se amen?
Y para nada esperaban una incógnita como esa.
—¿A qué te refieres, Heeseung?
Enseguida, el menor empezó a hiperventilar y las lágrimas no tardaron en correr por sus mejillas. Si bien Heeseung había comenzado a ir con la psicóloga semanalmente, todavía había muchas palabras y acciones que desencadenaban ese tipo de reacciones. Entendía que sus padres no lo dejarían y que lo amaban como no había nombre, pero le costaba asimilar ciertas cosas.
—¡Lo siento! no quise decir nada malo... ¿están enfadados?
—No, cariño, nada de eso —Felix se sentó contra la cabecera de la cama y lo colocó sobre su regazo. Allí, lo envolvió en su aroma y beso varias veces su frente— ¿por qué crees que estaríamos enfadados?
—Papá nunca me llama Heeseung—se encogió de hombros.
Ante eso, Chan sintió a su lobo profundamente enfadado con la parte humana y, a su vez, el arrepentimiento lo bañó como un balde de agua helada. No tardó en imitar a su alfita y cubrirlos a ambos con sus feromonas cargadas de cariño y protección.
—Lo siento, mi cachorrito, no fue con esa intención —aclaró— sabes que puedes confiar en nosotros y que en esta familia siempre habrá lugar y tiempo para hablar de lo que nos perturba.
Heeseung asintió apenitas mientras volvía a acurrucarse entre los brazos del castaño.
—No está mal que dos alfas se amen, somos humanos fuera de nuestra casta, y lo que importa es que papá daría todo por mí y yo por él, nos respetamos y nos apoyamos.
—Sungjae dice que está mal, que lo normal es una familia con mamá omega y papá alfa.
Chan sintió su sangre hervir al oír todo eso. Todavía quedaban adultos en el mundo que envenenaban las mentes inocentes de los niños con ideas tan retrógradas y estúpidas como esas. ¿Qué importaba la casta cuando dos seres humanos se amaban y protegían? Incluso seguían despreciando a los omegas hombres, quienes por mucho tiempo habían luchado, incluso a coste de su propia vida para contar con los derechos y leyes que hoy en día armonizaban la sociedad.
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Tramitando con esperanza ♡ chanlix
FanfictionEn donde Felix y Chan son una pareja de alfas con las esperanzas demasiado elevadas en busca de adoptar un pequeño cachorrito que termine de completar esa familia que tanto añoraban. ¿Qué pasara cuando el sistema sea el principal encargado de arreb...