10-Edward

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Los siguientes días transcurrieron con mucha tranquilidad y apenas podía ver a Jenna pues nuestros horarios y sus entrevistas coincidían. Hablamos mucho por teléfono ya fuera por llamada o chat. Por supuesto de esto no podía decir absolutamente nada ya que si lo contaba a alguno de mis amigos enseguida se extendería por las redes.

Esa noche pude verla desde lejos en la cena junto a Edward, ambos charlaban muy tranquilos y Jenna reía en ocasiones. Yo no era celoso, tenía la madurez suficiente para ello. Hace años puede que fuera más celoso con ciertos temas pero gracias a la educación de mis padres eso había quedado atrás. Me quedé comiendo con mis compañeros de trabajo y charlando de forma relajada con ellos. 

―Tn, ¿sabes que puede que tengamos faena en los siguientes días?―preguntó mi amigo Mark.

―¿Y eso?, ¿nuevos clientes?―di un sorbo a mi sopa, aún estaba caliente.

―No, se viene de nuevo tormenta―yo suspiré.

Aún recordaba el mal trago de haber estado allí abajo. Según parece en esa zona en ocasiones era habitual ese clima, solamente esperaba que fuera menor a lo de días atrás. 

Terminamos de cenar y me fui a mi dormitorio. Estaba cansado y con un dolor de espalda por haber cargado un montón de cajas a pesar de usar el ascensor. ¿Qué demonios llevaban los clientes?,¿piedras?, a veces daban ganas de abrir estas cajas para saberlo pero estaba mal.

Al cabo de un rato llamaron a la puerta y vi que era Jenna quien entró deprisa cerrando la puerta detrás de ella.

―¿No estabas cenando con Edward?―pregunté.

―Ya terminé, ¿acaso estás celoso?―se acercó a mí y me rodeó con los brazos.

―No―respondí enseguida.

―Esperaba que tuvieras al menos un poco―parecía defraudada.

―Lo siento, pero no soy esa clase de chico―me encogí de hombros―¿qué tal tu día?.

―Rodaje por la mañana y sesión de fotos por la tarde.

Se sentó en mi cama y nos tumbamos a ver la televisión un rato. Solamente se quedaría como mucho unos veinte minutos pero eran más que suficiente para olvidar el duro día de trabajo.

―¿Sabes?, ese tal Edward no me cae bien―dije.

―¿Y eso?―me miró.

Entonces le conté lo sucedido cuando le vi por primera vez y ella en lugar de sorprenderse, asintió. Parecía que ya se lo esperaba.

―Lo conozco y sí...a veces suele tener esa clase de comportamientos. Creo que está enamorado de mí y por eso actúa así...―me acarició un poco el pelo.

―Bueno...―no sabía muy bien que decir.

Me abrazó un poco y nos quedamos sin decir nada, solamente disfrutando de la compañía del otro mientras veía la televisión.

Cuando me quise dar cuenta el tiempo había pasado y ella tenía que regresar. Nos costó un poco separarnos aquel día pero se fue y me quedé yo sólo de nuevo en aquella habitación.

―Será mejor irse ya a dormir, mañana toca madrugar―bostecé, apagué la televisión y me dormí.

El día siguiente no ocurrió nada y nos vimos de nuevo un poco. Era de las pocas cosas que me gustaba de estar allí, el saber que por la noche, un pequeño rato estaba con ella y veía una faceta que nadie más podía ver.

Ese día vi a Jenna y Edward cenando de nuevo con más gente aunque unos cuantos de ellos se marcharon. Ellos hablaron y en algún punto vi que el chico le tomaba de la mano a Jenna. Yo abrí los ojos incrédulo pero debía mantener la cabeza fría pues estaba con mis amigos. En cierto momento ella lo retiró. Yo miraba de reojo y de vez en cuando mientras bebía agua para poder tener los ojos ahí. No solamente porque fuera su pareja, sino que si pasaba algo, como trabajador del hotel tenía que intervenir.

No lograba que decían pero el gesto de ambos, especialmente de Edward era muy serio. Jenna se levantó y se fue en dirección al baño. Siendo sincero adoraba ver la cara de enfado que ponía en esos momentos y yo sonreía como un idiota.

―Tn, ¿por qué sonríes?―preguntó mi amigo.

―Nada, de un chiste que me estaba acordando―al ser preguntado por ese chiste me inventé uno y mi amigo dijo que era muy malo. Daba igual, la tapadera funcionó.

Aquella noche Jenna no vino alegando que tenía muchas cosas que hacer y que por culpa de Edward no tenía tiempo.

En la mañana siguiente Jenna acudió a recepción a la hora del almuerzo, las nubes grises se empezaban a expandir por el cielo junto a un viento que se levantaba fuertemente. La tormenta estaba muy cerca. No solamente eso, sino que Edward se había marchado y eso me alegró un poco el día.

―¿Puede traerme el picoteo a la habitación?―su rostro mostraba seriedad.

―Claro, enseguida―dije sonriente.

La notaba muy extraña, pero quizás eran imaginaciones mías.

Cuando estaba preparado se lo llevé y entré a su habitación. Parecía que algo la estaba incomodando o molestando, quizás había hecho algo mal.

―Hola―saludé.

Me dio un pequeño beso rápido.

―¿Qué ocurre?―estaba nervioso.

―Verás...hay problemas―al decir eso me preocupé.

―¿Qué clase de problemas?.

Me mostró el teléfono y de nuevo ahí estaban los rumores de nuestra relación. Pero era imposible, no se lo había dicho a nadie, ella ni siquiera a su familia.

―Jenna...te juro que yo no...―alzó la mano.

―Lo sé, tranquilo. Ha sido Edward―dijo enfadada.

Mostró unas imágenes filtradas, eran de su teléfono que lo había dejado sobre la mesa cuando fue al servicio. Él aprovechó para sacar fotos de nuestras conversaciones, por suerte no había fotos picantes ni nada pero al parecer no le había sentado nada bien el rechazo.

―Por eso se ha ido antes hoy―maldijo.

Me senté sobre la cama y me miró.

―Lo siento―dijo.

―¿Por qué te disculpas cómo si hubieras hecho algo malo?―la rodeé con el brazo―aunque creo que en está ocasión no podremos librarnos. Tus padres te van a llamar muchas veces y pedir explicaciones.

Jenna rió un poco.

―He hablado con mis abogados...creo que Edward va a tener que pagar mucho dinero―dijo―no solamente me afecta a mí, sino a ti. Y seguramente por desvelar cosas de mi intimidad le expulsen de ese proyecto―estaba viendo una versión cruel y malvada de Jenna y...me gustaba.

―Mi madre―dije al escuchar el teléfono―seguro que ya ha visto las imágenes―encima es videollamada...

Antes de decirle nada ella apretó el botón y la cámara nos enfocaba a los dos juntos.

Continuará...

Inesperado-Jenna Ortega x Lector MasculinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora