7-Tormenta...

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Ese día era horrible, ninguno de los clientes había salido del hotel. Todos estaban en sus habitaciones debido al mal tiempo. No solo era la lluvia que parecía el fin del mundo, sino que el viento era tan fuerte que si uno salía, seguramente se vería arrastrado. Las ventanas cerradas, las persianas de los dormitorios bajados para evitar golpes en los cristales y la entrada del hotel tenía un sistema para esos casos evitando que se colase el agua.

Aún así, bajamos al garaje para echar un vistazo. Tenía algunas pequeñas goteras pero nada que pusiera en peligro los vehículos. Afuera, ningún coche o persona, parecía una película de terror.

―Menudo temporal eh―dijo mi compañero de recepción―los clientes están tumbados en sus habitaciones viendo la televisión seguro. Hoy será un día de poco trabajo y muy aburrido―advirtió este―solamente tendrán faena los de cocina.

―Solamente queda sentarnos a esperar―dije mientras me sentaba.

―Tn―uno de los encargados apareció y enseguida me puse en pie―necesito que hagas una cosa.

―Usted dirá―dije en tono profesional.

―El pequeño almacén que tenemos allí―dijo señalando una puerta cerca de una zona de descanso para clientes―necesito que saques las viejas cajas, queremos hacer limpieza. Dado que hoy hay poco trabajo, quiero que te hagas cargo de eso.

―Entendido―por dentro me cabreaba un poco tener que hacer algo así, pero iba en el sueldo.

Enseguida me puse manos a la obra. La puerta estaba un poco mal, sobretodo el picaporte. Bajé las escaleras después de dar la luz y me preguntaba cuanto tiempo llevaban sin limpiar ahí abajo. Una ventana en mal estado siendo golpeada por el viento. Abajo, todo estaba hecho un desastre. Suspiré pensando en lo que iba a tardar así que me arremangué y a cargar cajas llenos de cosas viejas que lo más seguro acabarían en la basura.

Una a una, fui sacando todo a la parte de fuera. Algunas de ellas pesaban mucho y costaba de subirlas por los escalones...encima yo solo mientras mi compañero lo único que haría sería llevar algún que otro piscolabis a las habitaciones. Realmente lo envidiaba.

Los estantes estaban hasta arriba de cacharros y otros objetos que estaban ya rotos o cubiertos de polvo y telarañas. Me preocupaba pincharme con algo y que se me infectase de mala manera así que pedí guantes y alguna mascarillas.

―Ahora por lo menos mi salud estará más protegida―pensé terminando de ajustarme los guantes.

El lugar era amplio pero las cajas parecía invadir todo. Las arañas no fueron los únicos animales pues encontré algunas ratas y bichos en los rincones donde era mejor no mirar para no vomitar. Me preocupaba que nadie hasta ahora se encargase de limpiar ese sitio, pero como solamente era personal autorizado según el cartel de fuera, nadie querría entrar ahí.

La tormenta fue en aumento, no podía creer que el tiempo estuviera así de bestia. En ese momento escuché un fuerte ruido y vi que los cristales de las ventanas se habían roto y para colmo, el agua empezó a entrar de mala manera. Una gran cantidad se iba apoderando del sitio y trate de subir las escaleras para dar aviso ya que a ese ritmo subiría y empezaría a salir a la sala de descanso.

―No me jodas―dije mientras trataba de abrir la puerta. 

No se abría, era una de estás viejas y gruesas que iba mal. El viento impedía que pudiera tirar de ella y parecía haberse atascado.

―En serio, ¿qué hecho yo para merecer esto?―pregunté mientras trataba en vano de salir de allí―ah espera, el walkie―tiré de este pero recordé que lo había dejado encima de la mesa cuando me puse algo para no ensuciarme el traje.

Empecé a aporrear la puerta  con todas mis fuerzas para que me escuchasen pero seguramente con el ruido de la tormenta y la lejanía nadie me escucharía.

―Joder...―miraba el lugar y el agua ya estaba subiendo por los primeros escalones.

Para mi mala suerte resbale por culpa del polvo que tenían estos y caí escaleras abajo hasta mojarme entero con el agua. Algunas cajas y trastos flotaban, el agua no dejaba de entrar y no podía usar la ventana pues era demasiado pequeña para que yo quepa por ahí. Las otras ventanas cedieron y ahora el problema era mayor.

―No puede estar pasando esto―ya estaba asustado, a este paso moriría ahogado.

Subí los peldaños hasta llegar a la puerta y grité mientras golpeaba la madera. Encima tenía una herida en la pierna por culpa de la caída.

―¡SOCORROOOOOOOO!―grité―¡AYUDAAAAAAAAAA!.

El agua empezaba a asomarse por mis pies.

―¡QUE ALGUIEN ME AYUDEEEEEE!.

Entonces escuché una voz afuera.

―¿Tn?―preguntó la voz.

―¿Jenna?

―¿Qué ocurre?―intentó mover la puerta―no puedo abrirla...

―¡Llama al resto, deprisa, a este paso moriré!.

Ella dijo que pronto vendría y yo estaba ya con el agua por la cintura. 

Al cabo de poco, la puerta fue abierta y enseguida me sacaron de allí al estar yo herido. No sé como se las apañarían para sacar el agua, creo que dijeron algo de una manguera para bombear hacia afuera pero me daba igual, estaba a salvo.

Me tumbaron con una toalla sobre uno de los sofás y me atendieron.

―Tienes un corte feo, pero nada serio―dijo el médico examinando la herida.

―Gracias Jenna―dije agotado―me has salvado la vida.

Ella se sentó cerca de mí.

―Eh, ahora estamos en paz, tú me ayudaste a mi y a Emma de la gente, ¿recuerdas?―preguntó con una sonrisa.

―Si...

No sé porque, pero parecía que me había mirado un tuerto entre el golpe en la nariz y cabeza, luego lo de las fotos y ahora aquello, definitivamente a alguien le caía mal.

―Bueno, debo regresar a mi cuarto a hacer unas cosas, nos vemos Tn―dijo antes de marcharse.

Mi amigo cuando nos quedamos a solas se echó a reír.

―Tienes un montón de accidentes, o eres muy torpe o eres un gafe―comentó.

―No tiene gracia...

―Si que la tiene...en parte.

Regresé a mi habitación y me di una ducha. Luego me tiré sobre la cama y conté a mis padres lo sucedido y me dijeron que tuviera más cuidado.

―Qué día...―afuera la tormenta no cesaba.

Pero me encantaba estar así, en la habitación con la lluvia afuera y yo resguardado, encima no tenía que trabajar debido a ello.

―Debo darle las gracias a Jenna con algo..¿una caja de bombones?―me pregunté.

Y así estuve hasta ir a dormir, dando vueltas a la cabeza sobre ese tema. Me había salvado la vida sino habría muerto de una forma lenta y horrible.

Continuará...

Inesperado-Jenna Ortega x Lector MasculinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora