14-Agresión

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Después de salir del coche empezamos a caminar como si nada para aparentar tranquilidad y tratar de no llamar la atención de los presentes en la calle. Entramos en varias tiendas, ella fue mirando ropa para mí y yo me iba probando algunas prendas que ella no dudó en comprarme a pesar de mi insistencia en ello.

―Te quedan de maravilla―comentó sonriente mientras yo cargaba las bolsas.

―De verdad que no era necesario que―pero me dijo que aceptase y listo.

Caminamos y algunos al percartarse de Jenna le pidieron un autógrafo o una foto. Ella de buen grado lo hizo siempre con una sonrisa en la cara.

Los guardaespaldas intervinieron para separar a los fans de nosotros quienes empezaban a acumularse. Continuamos caminando tomados de la mano, sonriendo y disfrutando del tiempo como una pareja hasta que llegamos al coche a dejar las cosas. Luego me dijo que tenía algo de hambre. A lo tonto se había hecho tarde y pronto era la hora de la reserva.

―El tiempo a tu lado se pasa rápido―dijo ella feliz.

―Ojalá pudiera decir lo mismo―bromeé haciendo que me mordiera el brazo y yo soltase un quejido de dolor.

―¿Siempre has sido tan gracioso?―preguntó mirándome con esa sonrisa suya.

―Puede―respondí entre risas.

Los paparazzi se veían demasiado, no eran demasiado discretos e iban haciendo fotos hasta que llegamos al restaurante. Era tan elegante que intimidaba, reconocía a algunos famosos que estaban en mesas cercanas. Tragué saliva nervioso. Jenna mientras daba su nombre y el camarero nos guió hasta nuestro asiento.

Hasta el mantel diría que valdría más que un mes de mi sueldo. Las copas relucían tanto que parecían haber salido de fábrica hace escasos minutos. Ella parecía disfrutar un poco la situación con mis nervios.

―¿Nervioso?

―Un poco...

―Es el karma por haberte burlado de mí.

Pedimos la bebida y la comida. Entonces le pregunté por nuestra relación, sus padres seguramente querían conocerme. Ella dijo que tenían cierto interés por saber a quien he elegido como mi pareja. Contestó en un tono muy tranquilo.

―¿No saldrá con una escopeta verdad?―la idea me aterraba.

―Ni que esto fuera un fanfic, por dios Tn, ¿cómo va a salir con una escopeta?―yo suspiré aliviado―como mucho una pistola y mínimo...un cuchillo.

―Jenna...

Ella empezó a reírse mucho y taparse la boca con la mano para que no viera como se reía de mi.

―Por dios...eres muy infantil e imaginativo―dijo secándose las lágrimas.

―Eres muy mala conmigo, ¿lo sabías?

―Un poquito, pero tendrás que acostumbrate

―Aún no sé como te aguanta Emma.

La comida fue servida y empezamos a comer mientras hablamos de cuando podría conocer a sus padres y ella a los míos. Pero la cosa no iba a ser tan sencilla pues entre los rodajes, entrevistas o sesiones de ella...era difícil.

Poco a poco el ambiente del lugar ya no me intimidaba, ahora me sentía cómodo y charlaba con ella como si llevase toda la vida conociéndola.

―Y entonces me caí de culo―contó ella recordando lo sucedido durante el rodaje.

―Debió doler mucho

―Bueno, un poco, pero luego hay otras escenas más divertidas.

Después de un delicioso postre y ella pagar la cuenta, a pesar de querer dividirla (menos mal porque el corazón me dolió al verla) nos dispusimos a salir del lugar.

―Espera, voy al baño―dije mientras acudía a los servicios.

Cuando entré, hice mis necesidades y cuando me estaba lavando las manos entraron unas personas las cuales no me pude fijar por mi vista en el agua. 

Sentí un fuerte dolor en la espalda que me hizo gritar y caer al suelo de golpe, por poco me doy de lleno contra la pila. Ya tirado, empezaron a golpearme con patadas tan fuertes que sentía que me iban a partir. Uno de ellos que no pude ver la cara me dio una tanda de puñetazos y luego se fueron turnando hasta quedar satisfechos. Sentía fuertes pitidos y dolor en todo mi cuerpo.

―Ya está hecho, será mejor que no te acerques a Jenna―escupió en el suelo y se marcharon corriendo.

Al intentar hablar empecé a toser una cantidad considerable de sangre empapando el suelo. El dolor de costillas, espalda, labio, ojos, nariz...todo.

―A-Ayuda...―apenas podía articular palabra y hasta el respirar era complicado.

Intentaba moverme pero nada, era imposible.

Alguien llamó a la puerta.

―¿Tn?, ¿te queda mucho?―preguntó Jenna desde el otro lado―tenemos que ir de vuelta al hotel.

―¡Jenna!―grité antes de sentir un fuerte dolor en mi garganta.

La puerta se abrió y al verme dio un grito de horror y auxilio. 

Enseguida llegaron los trabajadores quienes llamaron al médico. Perdí por completo el sentido.

―¿Jenna?―al abrir los ojos me vi tumbado en una camilla y no muy lejos ella, hablando con los médicos y unos policías.

No me podía escuchar porque estaba yo con unas máquinas y un respirador. El médico pareció decir algo que hicieron que todos volteasen.

―¡Tn!―ella me abrazó―¡dios mio, estaba muy preocupada!.

―Deje que le miré―el doctor me revisó los ojos―ha vuelto en sí y parece no tener daños en los ojos que sean graves, es buena noticia, ha tenido mucha suerte.

―Una...una...

―¿Una?―preguntó este.

―Una mierda...―Jenna soltó una pequeña carcajada.

―Lo siento doctor, pero mi novio ha tenido algunos accidentes. ¿Cuánto tardará en ponerse bien?―preguntó ella.

―Una semana mínimo―respondió.

―Los del hotel me van a despedir por no salir rentable―ella bufó.

―Hasta en este estado haces bromas...idiota.

Después de recuperarme un poco, pude relatar todo lo sucedido a los policías. Ellos se despidieron para ir a revisar las cámaras de seguridad. El médico me dejó a solas con ella quien me dijo que había hablado con mis padres porque vieron todo en las redes. Siempre tan rápidos para algunas cosas los paparazzi aunque era lógico ya que acudió una ambulancia.

Me tuvieron que dar un montón de medicación para aliviar el dolor. Jenna en todo momento estaba conmigo e incluso hablaba con sus agentes para cuadrar toda su agenda.

―Lo siento Jenna...otra vez te ha afectado a tu trabajo.

Ella me besó la frente.

―Lo único que importa ahora es tu salud. Además las sesiones se pueden hacer hasta por la noche, ¿no ves que son en naves o lugares donde se puede poner toda clase de iluminación?―explicó.

―Seguro que sales preciosa―susurré agotado.

―Que tonto eres―me besó―ahora duerme un poco, necesitas descansar para ponerte bien.

Poco a poco el sueño me fue llegando hasta quedarme dormido.

Continuará...

Inesperado-Jenna Ortega x Lector MasculinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora