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Lo veía y no lo creía, en qué momento pasó, si hasta hace solo horas el menor con suerte estaba en el mismo espacio que Suga y ahora estaba allí, metido igual que un gato en la cama del mayor al mando.
—Necesito urgente contexto, porque en serio que mi mente está trabajando extra y no sé si sea prudente decirte lo que estoy pensando... —
—Hablamos —lo miró acusadoramente— ¿qué?—
—A ver, yo sé que no tienes el deber de decirme lo que haces con tu vida, pero — mirando al menor —no me pueden mentir diciendo que solo hablaron porque esos chupones no salen solo por hablar —apuntando el torso de Suga, quien se miró, notando las lindas marcas en su piel, el recuerdo le saco una sonrisa —Min Yoongi qué mierda... —
—Hablamos y él... —suspiro —tuvo un pequeño problema, así que le ayude a solucionarlo, eso es todo —
—Aja y tú dijiste, ya con eso tiene el idiota —
—Jin... —
—No, nada de Jin, sé bien que Jimin no es de tu agrado... —
—¿Según quién? —
—Según todos, o sea por algo, el pequeño evita estar cerca de ti —y nuevamente sonrió, recordando la verdadera razón —Suga... —
—Tú lo dijiste, no soy un niño para estar dando explicaciones y como puedes ver Jimin está bien —mirando al menor dormir plácido — así que ahora, te pido salgas de mi habitación y comiences con tus labores —
—No, no, no, como que me vaya, no lo dejaré aquí, menos, si no sé qué pasó... —
—Ya te dije lo que paso, ahora sal o no respondo — iba a reclamar un poco más, es que no podía creer que su amigo tomara así al menor, si es que de verdad lo había tomado — a, y te aviso que Jimin no estará disponible por hoy —
—¡Qué!? Oye, espera, no, no... — a empujones y entre reclamos lo saco, logrando cerrar la puerta — Min Yoongi como le pongas un dedo encima, te castro oíste! —suspiro, era obvio que Jin no se quedaría con solo unas palabras, pero tampoco era mentira, ellos sí hablaron.
—Está molesto, no es así? —que las cosas pasaran a algo más, no fue su culpa, escucho aquella voz y sonrió bobo, al ver esos ojitos verdes aparecer bajo las mantas, dios es que era en verdad lindo!
—No está molesto, solo preocupado —lo vio incorporarse, notando como aquel blanco y puro pecho también tenía algunas marcas, mojo sus labios y miró de forma algo disimulada su entrepierna, esa que estaba comenzando a despertar, camino hasta quedar junto a la cama para después sentarse, tenía que pensar en unicornios o eso terminaría mal, para Jimin, otra vez.
—No quiero que esté preocupado... — puchereo, haciendo un corto en el sistema de quien ya quería probar esos labios otra vez, levantó la vista y se vio de lleno con los negros de Yoongi —será mejor que...—tuvo la intención de levantarse, y lo habría logrado de no ser por los labios del mayor que se fueron sobre los suyos, las mejillas del menor no tardaron en volverse rojas— general... —
¿Qué tan malo sería repetir lo de hace unas horas? Se dijo Yoongi en su mente, y la respuesta llegó tan clara, que sonrió ladino y con cuidado, acomodo al menor en la cama, quedando así juntos, volviendo a besarlo, haciéndole entender a Jimin, que su compañía era valiosa para el mayor.
Esta vez no le importó que su cuerpo reacciona de aquella manera, bien sabía que era normal, ya que Yoongi de forma amable, haciéndole tocar como estaba su entrepierna, le había dado a entender, que a él también le sucedía, sintió las grandes manos del terrícola colarse en su pecho tocando esa parte que era sensible, mas de lo que imagino, sus pezones, sacando los primeros suspiros de la mañana.
—General Min...—la mordida en el labio, la aguanto callado, bien claro le había dejado Suga que en los momentos así, que tendrían, por qué habría más, no quería que lo llamara de esa forma — Yoonie — siseo, haciendo sonreír al mejor.
—Solo disfruta, Jimin —dejó los labios del menor para lentamente ir bajando, dejando besos y mordidas en aquel blanco lienzo, que era el cuerpo de Jimin, hasta llegar a aquel lugar.
—Ha... — es que solo sentir el aire caliente que salía de la boca de Suga provoca un mar de emociones en el pequeño cuerpo, porque si bien no habían tenido intimidad como tal, Suga sí había dado pasos gigantes en una noche—Yoonie...—
Le dio suaves lamidas disfrutando lo suave y terso que era la pelvis de Jimin, quien solo apretó las mantas y dejó que el mar de emociones, que lo invadía en ese momento tomará el control, es que tenía que reconocer que esto era sin duda algo que su gente jamás haría, pero que sin duda disfrutarían.
No tardó mucho en marcar el ritmo, haciendo al menor ver estrellas bajo techo, deseando que eso jamás acabara, sentir a Suga así, en esa parte de él, por el resto de su existencia, pero claro, todo tiene un ciclo y el suyo estaba llegando a su parte culmine.
—Yoo... —paso saliva, tratando de articular alguna palabra que le advirtiera a quien succionaba su miembro con una agilidad única —Yoonie, ya... — pero no podía, el placer era demasiado, echó su cabeza hacia atrás y dejó escapar eso que a Suga le son como a un canto hermoso, un gemido agudo y cargado de eso que él quería hacer sentir al rosado, puro placer.
Lo sacó de su boca y comenzó a masturbarlo lento, dejando besos en el tronco, subiendo hasta el ombligo donde metió su lengua jugando un poco, lo sintió tensarse y segundos después, aquel caliente y viscoso líquido, salía derramándose en su mano, dejando ese aroma algo dulce, junto con el ronroneo más excitante que oyera en su vida.
Lo veía boquear para tener un poco de oxígeno en sus pulmones, con los ojos fuertemente cerrados, y el sonido de su corazón haciendo eco en la habitación, hermoso, pensó.
Subió hasta llegar a esos labios que desde ahora serán su refugio, y dejo un beso que el menor no tardó en responder, con cada uno perdía más el miedo, metió su lengua hasta donde pudo y marco cada rincón, es que si el destino había puesto a este ser en su vida, y si el amor le había dejado verlo de esta manera quién era él para llevarles la contraria? Exacto nadie, así que tomaría al menor como suyo, jurando protegerlo y darle todo eso que por años guardó.
Amor.
Tata había caminado por días, siguiendo a las máquinas que parecían tener un rumbo fijo, así como también una orden clara, ya no destruyen, cuidaban de todo lo que fuera vida, hasta la más insignificante, subió por unas lomas, para después pasar por unos viejos edificios hasta llegar a un lugar que parecía destruido a excepción de un parte.
—Así que aquí es donde se esconden — mirando la entrada que los robots usaban para ingresar a la guarida, esa que Jimin había creado a escondidas de los demás, y de la cual nadie sabía, más bien no preguntaron—Veamos qué es lo que ocultan con tanto recelo —esta sería sin duda la primera gran prueba de Jimin.
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.My Home.
FantasyUna flor fue la causante de su curiosidad, y una mirada fue la que causo que a su vida llegara eso que decían se llamaba amor,luchando por reparar eso que él quería llamar .Mi Hogar.