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—Pues sí, efectivamente es un varón, felicidades — se miraron y sonrieron felices por la noticia, ese pequeño sería la felicidad en su máxima expresión, algo que había buscado por un par de años de los casi cinco que tenían ya juntos, como matrimonio.

—Muchas gracias doctor.

El hombre les sonrío y dejo a la pareja, en su burbuja de felicidad, salió al pasillo y se acercó a la ventana, misma que comenzó a temblar un poco, llamando la atención no solo del doctor sino de todos los que estaban allí.

—¿Un temblor?

—Hay, no qué miedo.

—Por favor no pierdan la calma, puede ser solo un camión grande que pasa cerca... — el movimiento se volvió más fuerte y la claridad parecía perderse, algo estaba cubriendo al sol.

Con el pasar de los días, los invasores se presentaron ante las autoridades como Bloend, seres superiores que veían con su intención de conquistar el planeta, para obtener sus recursos, mismos que no podían tomar si este estaba infestado de plagas, o sea los humanos, uno a uno los países comenzaron a caer, volviéndose polvo y escombros, quedando desiertos, volviendo el cielo oscuro.

—Corre Sana...

—Yoongi!

Los vio correr, y su ira creció, tenían un mundo tan hermoso y lo estaban destruyendo, que sin pensarlo más, disparó contra la humana, acabando no solo con su vida, sino con la del pequeño ser que estaba comenzando su camino, dejando al humano, sumido en el más profundo dolor, por meses siguió las órdenes de su líder, su madre, acabando con toda la vida que allí había, esa que según a sus ojos era solo una molestia.

—Bnn 01 y Jmn 00 irán al sector 17, saben bien qué hacer.

—Sí.

Salieron de la nave madre, con rumbo a su destino, un estadio que al parecer estaba funcionando como albergue para los últimos humanos que en ese país había, al llegar causaron una masacre.

—Jmn 00 cuidado! — giro, y noto aquellos ojos negros que lo miraban con furia, reconoció al humano como al que hace mucho tiempo atrás había visto ese que estaba con aquella mujer.

—¡Maldito, pagarás la muerte de mi familia! —confío en sus habilidades sin imaginar que el dolor vuelve a los humanos erráticos, difíciles de predecir, y más violentos de lo que ya son.

—Yoongi! — grito quien estaba a su lado, Hoseok para ser más precisos, ya que fue quien le ayudó a tomar el liderazgo de la resistencia en aquel momento, y a tomar también su venganza.

Jmn 00 no fue consciente de cómo, pero sí sintió el dolor en su cuerpo, miró aquellos ojos, viendo las lágrimas caer copiosas, antes de cerrar los suyos, había tomado la vida de quien tomó, la de sus seres queridos, pero nada le regresaría lo que perdió, la soledad que le esperaba ahora.

Cuando volvió a abrir los ojos, se vio en un lugar que no recordaba, con un rostro que no reconocía, no sabía bien quién era, pero si tenía claro solo una cosa en su mente y esa era su misión, reparar lo que estaba roto, simple, aunque eso se vio interrumpido cuando aquel día, fue capturado por los enemigos, y más aún cuando su corazón fue preso de ese sentimiento que ellos llamaban amor, por nada más, que quien le dio muerte aquella vez.

Yoongi, quien con el tiempo se volvió solo Suga, un hombre sin corazón lleno de odio, mismo odio que murió, cuando aquellos ojitos verdes llenos de inocencia, atravesaron su alma.

—Eres un cuenco vacío, eso explica por qué defiendes y proteges a estas criaturas.

—Prefiero ser un cuento vacío...

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