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Rabio, discutió, peleó, pero ni así logró que el menor desistiera de ir en aquella misión, por lo que con equipo en mano y claro está la armadura más fuerte que tenían salieron rumbo a las coordenadas que los robots de Jimin le dieron de donde estaban los humanos.

—Están pasando esos edificios altos, pero tengan cuidado, esta zona está colmada de drones de Bloend, manténgase bajo la barrera —asintieron, es que Jimin había pensado en todo, incluso antes de salir creó una barrera que protege al grupo del radar de los drones.

—¿Escuchan eso? —

—Son zumbidos —miraron sobre sus — demonios — masculló Kio, eran drones, y muchos parecían casi que un enjambre —Suga... —

—Haz lo que Jimin te dijo, no salgas de la barrera — susurro, asintió y se apegó más a Momo, quien tomó su mano, Kio era valiente, pero en una situación así, no había valentía que valiera.

Caminaron en absoluto silencio, siendo solo sus pasos los únicos en oírse como si una hormiga pasara sobre un charco.

Con su mano Suga dio la orden de detenerse, ya que los drones volaban literal sobre sus cabezas, a muy baja altura, se agacharon lo suficiente para que estos pasaran y ya lejos volvian a levantarse, retomando el camino, estuvieron así por más de dos horas que fue lo que les tomó llegar al punto de donde surgía la transmisión del robot, ese aguantaba valiente los disparos protegiendo a aquel grupo que también ponían resistencia contra el enemigo, habían llegado a su destino.

—Jin! —

—Estoy en eso! — sacando un arma grande de una de las maletas que traía.

—Kio, Hobi! —

—Ya vamos Suga! — repartieron a los hombres en dos grupos y comenzaron la carrera para llegar junto al grupo.

Jimin por su parte, miraba con horror como aquellas pequeñas máquinas causaban terror, como buscaban herir y acabar con la vida, pasó saliva.

-Detrás de mí oíste!?- mirándolo fijo, si bien su prioridad eran los sobrevivientes, su debilidad era aquel que con pena miraba la escena, asintió.

En cuanto el primer disparo salió del arma de Jin, los drones fijaron su blanco en ellos, siendo la barrera de Jimin lo único que los mantenía a salvo, esa que el rosado repararía las veces que fueran necesarias para salvar la vida de esos humanos en especial la de Suga.

Unos a uno fueron cayendo, explotando sin más en el suelo.

—¡Jimin!- miró a Jin quien parecía tener problemas con el arma, así que soltándose del mayor corrió hasta llegar a su lado, tocándola y reparandola.

—¡Listo! —se acomodó y fijó el blanco volviendo a disparar, dándole así tiempo a los demás de traer a los asustados humanos que buscaban refugio— por aquí, rápido estarán a salvo bajo la barrera —notaba que había mujeres y hombres y también algunos más pequeños, colados de los brazos de las mujeres, algo que llamó su atención, acaso había humanos tan chiquitos?

—Gracias por venir! —

— Tranquilos ya están a salvo!— sonrió, al tener el casco no se distinguía su hermoso color de cabello, así como al tener las gafas tampoco notaban sus ojos, pasando fácil por solo un soldado más.

—Suga ya no hay más, los otros están muertos —

—Bien, en ese caso volvamos antes que Bloend envíe más drones o robots... —

—Kim Namjoon, líder de este grupo —sé, presentó el más alto de ellos.

—Suga, líder de la última resistencia de la tierra — el mayor, sonrió, había oído hablar de él.

—Suga, más drones por el norte!-

—Vamos tenemos poco tiempo— Nam asintió.

—Todos, nuevamente rápido, quien se queda atrás, muere — Jimin solo miro al imponente hombre, que pasó de él sin mirarlo siquiera, noto como el robot que había dado la alarma, aún estaba allí en el suelo esperando su hora, se acercó lento y sonrió— qué hace tu soldado? — hablándole a Suga, mismo que miro al menor.

—Nos ayuda — se agachó y reparo cada función, dándole de paso unas nuevas, cuando la máquina se levantó, miró al grupo, y comenzó su camino, sería un distractor para los drones, dando así más tiempo para poner a salvo a los demás.

—Nos dará tiempo — Suga asintió, hizo al menor pasar al frente y comenzó así el camino de vuelta a la base.

Volvieron sin perder un solo hombre, los escudos que Jimin había creado les habían dado la ventaja en esta mini batalla.

—Pónganse cómodos, hay habitaciones para todos, al igual que comida, aquí estarán seguros — las personas miraron a Momo y sonrieron, eran al menos unas 30, siendo 9 solo niños, mismos que Jimin no podía dejar de mirar.

—Creímos que nadie oiría nuestra señal — De poco, todos, comenzaron a ponerse cómodos, quitando sus cascos y armaduras— el aire huele diferente — mirando a Suga que solo sonrió, y asintió.

—Tenemos los mejores purificadores, lo que respiras es casi lo mismo que el oxígeno puro de los árboles —Nam miro a quien estaba a su lado.

—Increíble —noto como el lugar parecía más bien una mini ciudad, aunque claro bajo tierra —lo logramos amigo — el joven asintió, mirando también a su alrededor, notando un detalle, que lo hizo arder en furia.

—¡Cuidado es uno de ellos!- gritó poniendo en pánico a todos, que miraban con horror como aquella cabellera rosada ondeaba, corrió rápido y antes que alguien lo detuviera se fue sobre Jimin dándole dos golpes en el estómago que sacaron todo el aire de sus pulmones, para después tomarlo del cuello, buscando acabar con su vida — muere maldita criatura!—

—Hey suéltalo! —Jin se acercó y de un solo jalón mandó al joven a volar lejos, Jimin trataba de respirar, pero hacerlo solía — estás bien? — oyeron como un arma era recargada, girando, siendo Nam quien la sostenia apuntando al pequeño — que hace? —

—Quítate o mueres con él, esa criatura acaba con todos aquí... —

—¡Acaso se te Safo un tornillo, idiota! — sin moverse — él fue quien salvó tu apestoso trasero de morir allá afuera, así que baja esa arma si no quieres que Suga, te vuele los sesos — mirando tras el mayor, donde el este ya tenía un arma en su cabeza, y la otra sobre el tipo que se había atrevido a lastimar a su chico.

Kio llegó y tomó a Jungkook, de los brazos, mientras Hobi le quitaba el arma a Nam.

—Esa cosa... —

—Él no es una cosa, es un aliado, que a trabajo duro para que este lugar y el mundo sean cómodos, para que gente como tú y yo podamos vivir en él — rugió Suga, miró al pequeño que volvía de poco a la calma en los brazos de Jin.

—Es un ángel de la muerte... —

—Jimin es un tecnopata — hablo Momo — los ángeles de la muerte no se ven como él —

—¿Cómo lo sabes? —

—Porque tenemos a uno, él nos ayudó a capturarlo —mirando a Jimin, Suga bajo el arma y se paró frente a Nam— si dejas de lado tu prejuicio, con gusto te contaré —

El mundo es de los que aprenden que hay más colores que solo blanco y negro, Nam y Kook estaban a punto de descubrir lo lindo que podía ser el rosado.

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