Parte 12

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La mayoría de los dragones restantes abandonaron Driftmark la mañana próxima al despertar del príncipe Jacaerys. Sirax, Caraxes, Vermax, Tyraxes y Tessarion sobrevolaron juntos hacía Desembarco del Rey. La heredera estuvo horas luchando con su primogénito que se negaba a obedecer las órdenes de esperar el barco que traía a la reina para decidir qué hacer con su estado.

Mientras que la rápida salida llamó la atención de los Velaryon, Baela fué a discutir con su abuela, desconcertada por la orden de no permitir saliera de la isla.

—¡Abuela, tengo que ver si están cuidando bien a Jace!

—No es tu deber, te necesito aquí– Replicó Rhaenys desde su silla, mirando el fuego con melancolía.

—¡¿Es porque no lo aceptas?! ¡Abuela, si mi tío los quiso, ¿Por qué...?!

—No alces la voz. Sé que siempre has estado enamorada de Jace, pero él no es tuyo. Ha pasado todo un año, pensé te darías cuenta tus esperanzas ya no debían estar, pero veo cada vez tienes más falsas ilusiones– Dijo suavemente Rhaenys, mirando al rostro de su nieta con compasión, estirando sus manos. Tomó las de su nieta, preocupada– Baela, debes dejarlo ir.

—¿Por qué debería? Apenas se habla con Aegon últimamente, él se fué y parece haber abandonado a Jace. Abuela, ¿Quién más que yo conoce a la perfección qué necesita? ¿Quién hubiera sido su esposa si el rey no da la orden que lo cambió? Él estaba feliz con eso, ambos lo estábamos.

—Confundes su amabilidad, él querrá a quien se supone debe querer– Negó Rhaenys suspirando– Casarse por la paz con los hijos de la reina, o casarse contigo por la paz con nosotros... El compromiso de ustedes no fué diferente al de Aegon y Jacaerys. Rhaena lo entendió, ella sabía Lucerys siempre tuvo a otro omega en su corazón. Podrías hallar algo mejor.

—¡¿Quién?! ¡Abuela, ¿Dónde?! ¿Qué mejor opción tengo que ser la futura reina, y estar con un alfa que me guste?

—... En alguien que te ame– Contestó la beta, con voz profunda, y Baela inclinó la mirada angustiada– Mira hasta qué punto fué capaz de llegar por deber, si no dijo que te amara estás luchando por una causa vacía. La necesidad no es amor. ¿Él luchó por tí? ¿Al menos se dió cuenta la razón por la que lo ayudas tanto?

Baela apretó los labios juntos, tensando los hombros mientras algo se revolvía en su estómago. Jacaerys estaba demasiado abrumado para notar los detalles de personas que daba por hecho, pero ella si recordaba en el primer instante se opuso al compromiso con uno de sus tíos, aunque a las horas oyera cambió de opinión y cedió entregando el primer regalo de cortejo.

Con los rumores girando en torno a Aegon, y lo cerca que su propio padre lo protegió, no tenía dudas debió haber usado su cuerpo para la respuesta favorable de Jacaerys. Una venganza por la merecida paliza que ella y su hermana le propinaron hace años a Aemond. Tuvo la mala suerte sufrió sólo abortos y no pudo afianzar el matrimonio con un heredero. Eso tuvo que pasar...

Lo pensó, pero su propia mente envió una descarga a través de su cabeza con los susurros desesperados de Jacaerys antes de caer desvanecido, llamando a Aegon. Muy extraño, ¿Qué podían tener en común? ¿Por qué se interesaría tanto por un haragán omega que pasaba sus días paseando solo en quien sabe qué actividades, en lugar de preocuparse más por su deber como consorte? Incluso si era porque tenía que apreciarlo, seguía siendo inverosímil en su estado sólo repitiera el nombre del Omega como si estuviera en un trance...

Y ya que pensaba en su hermana, ¿Cómo pudo Lucerys preferir a un mutilado omega que pasaba la mejor edad, nada recatado y que todos sabían le tenían rencor? Rhaena era hermosa, más joven, amable, y sería la mejor opción para heredar Driftmark con menos problemas...

Perlas de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora