Leonardo's sleepless night / rottmnt

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Capítulo 4: Diferencias.

Leonardo intentó acercarse a Donatello con suavidad. "Donnie, entiendo que estás frustrado, pero necesitamos mantenernos fuertes. No podemos rendirnos ahora."

Donatello se giró bruscamente, sus ojos llenos de ira contenida. "No entiendes nada, Leo. No puedes pretender que todo esté bien cuando Rafael está luchando por su vida."

"Lo sé, Donnie. Pero necesitamos mantener la calma para poder ayudarlo de la mejor manera posible", respondió Leonardo con determinación.

Donatello se acercó más, su voz temblando de rabia. "Pero tú, ¿cómo puedes mantener la calma? ¿Cómo puedes seguir adelante como si nada te afectara?"

Leonardo tomó aire, su mandíbula tensa mientras luchaba por mantener la compostura. "No es fácil, Donnie. Pero alguien tiene que mantenerse firme aquí. No podemos permitir que el dolor nos paralice por completo."

Donatello agarró una herramienta cercana, su voz elevándose en frustración. "¡Pero no puedes pretender que todo está bien! ¡No podemos actuar como si nada de esto importara!"

Leonardo retrocedió un paso, su mirada triste pero firme. "No estoy pretendiendo nada, Donnie. Solo estoy intentando hacer lo mejor que puedo en una situación imposible."

La tensión se elevó a un punto crítico, con ambos hermanos respirando pesadamente, sus ojos brillantes con emociones desbordantes. La guarida se llenó con el sonido ensordecedor de objetos rompiéndose y volando por el aire, reflejando el caos emocional que se había apoderado de sus corazones. Las palabras se perdieron en un torbellino de furia y desesperación, dejando al descubierto la fragilidad y el tormento que acechaban bajo la superficie de su vínculo fraternal.

Leonardo apretó los puños, su voz resonando con un toque de exasperación. "¡No puedo lidiar con esto ahora, Donnie! ¡No puedo lidiar contigo también!"

Donatello lo miró con ojos llenos de amargura, su pecho subiendo y bajando con ira contenida. "¡No puedes huir de esto, Leo! ¡No puedes simplemente cerrar los ojos y pretender que todo va a estar bien!"

"¡No estoy huyendo, Donnie! ¡Estoy intentando mantener la cordura mientras tú te desmoronas!" replicó Leonardo, su mandíbula tensa mientras sus ojos ardían con frustración.

Donatello se acercó, su voz baja pero llena de un enojo profundo. "¡No te atrevas a acusarme de eso, Leo! ¡No eres el único que está sufriendo aquí!"

Leonardo retrocedió, su mirada llena de agotamiento y desesperación. "¡Lo sé, Donnie! ¡Pero necesito un momento para poder procesarlo todo sin que tú estés constantemente gritándome!"

Con un gesto brusco, Leonardo se dio la vuelta y salió del laboratorio, dejando tras de sí un portazo que resonó en toda la guarida. Se encerró en su habitación, sintiendo cómo la culpa y el remordimiento se agitaban en su interior, luchando por encontrar una manera de aliviar el peso aplastante que lo oprimía. La soledad de su habitación era un reflejo de la tormenta emocional que se desataba en su mente, recordándole la fragilidad de su propia fortaleza en medio de la tragedia que los rodeaba.