Pov Bruno.
Despierto al lado de Agatha y sonrío, está dormida en mi pecho y su pierna sobre las mías, casi trepada sobre mi. Sentir su cuerpo desnudo contra el mío se siente íntimo y me gusta. Acaricio su cabello y beso su sien, se mueve pero no se despierta. La observo por un tiempo, en mi mente solo puedo pensar en que quiero todos los días despertar así, a su lado, sentir su aroma y el tacto de su piel. No niego que temo ante el hecho de que nada de lo que deseamos salga bien, estos días serán decisivos para saber que va a suceder con la salud de Agatha. No merece morir, no quiero perderla y mucho menos que ella tenga que prescindir de la oportunidad de vivir.
Agarro mi teléfono, son las 9:05 am, paso mis dedos por mis ojos para apartar el sueño y bostezo. Ella se vuelve a mover y cuando la miro poco a poco está abriendo sus ojos y revoloteando sus pestañas. Sonríe cuando me ve viéndola y paso mi dedo por su nariz, la arruga y esconde su rostro en mi pecho.
- Buenos días gnomito. - le digo. Besa mi mejilla.
- Buenos días tío Bruno. - se carcajea de lo que parece haber sido un chiste.
- ¿Tío Bruno? - pregunto extrañado.
- ¡SSSHHH! - Me hace callar. - No se habla de Bruno.
- ¿Qué dices?
- No se habla de Bruno no, noooo! - canta a la vez que se sienta y se ríe después.
- Amaneciste loca hoy.
- Loca de amor.
Se lanza a por mis labios y me roba un beso. En el proceso las mantas bajan y sus pechos quedan descubiertos chocando en el mío, gruño porque ella jadea al lastimar sus sensibles pezones con mi piel.
- ¿Qué haremos hoy? - pregunta contra mis labios.
- Follar. - le digo y se carcajea echando la cabeza hacia atrás.
Se ve tan hermosa que no puedo evitar verla y sonreír. Muerdo mi labio inferior reteniendo las ganas de lanzarme sobre ella y tomarla una vez más por completo, aunque mi erección mañanera me lo pide a gritos.
- Deberíamos hacer algo juntos. - sugiere.
- ¿Como qué?
- Una cita. - se ve tierna mientras sus mejillas se ponen rojas.
- ¿Me estás invitando a una cita? - me lanza una almohada.
- Tú me vas a invitar a mi.
- ¿Y si no quiero? - debido vacilarla un poco.
- ¿No quieres una cita conmigo?
Sus ojos se ponen opacos y siento que su semblante se ensombrece. Voy sobre ella y la beso y abrazo haciéndola caer sobre su espalda. Se ríe contra mis labios, beso su cuello, mejillas, sus pechos y de nuevo sus labios.
- Quiero tener una cita contigo todos los días de mi vida. - me mira seria pero se ve feliz, eso acelera mi corazón.
- Ojalá pueda cumplirse ese deseo.
- No podrás deshacerte de mi tan fácil Agatha, así que obvio se cumplirá ere deseo.
Sus labios se colocan suaves sobre los míos y sus pequeñas y frías manos están sobre mis mejillas. En un lento beso siento que intenta transmitir tantas cosas que a veces lo intensifica intentando asegurarse que lo está logrando.
Se pone a horcajadas sobre mi y saca del todo la manta de su cuerpo, toma mi mano y me hace tocarla, abro los ojos de golpe y ella sigue besándome de un modo tierno. Les juro que nunca una imagen me había dado tanta lujuria, y de un rápido movimiento la pongo bajo mi cuerpo. La sigo acariciando en su zona íntima y sus delicados quejidos aumentan la presión de mi entrepierna. Sin avisar ella toma mi polla y mis ojos se disparan, juega con ella y me provoca acariciandola.
Abro más sus piernas y bajo entre besos hacia sus pechos, lamo cada una de las pecas que tiene en ellos y cuando la voy a volver a besar, entro en ella y gime tan alto que me trago el sonido con mi boca.
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Inefable: Fuera de este mundo
RomanceAmor Amistad Muerte Tres versiones, solo una es verdadera. ¿Cuál será? Es evidente ante tus ojos según tu forma de ver la vida, pero la respuesta es bastante obvia, o al menos así siempre lo supo Agatha. Diviértete pero también llora... Esas serían...