capítulo 18

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Quiero llorar, y lo digo en serio. Odio las matemáticas, odio cálculo ¿de qué me va a servir? O sea, ¿si vienen a asaltarme tendré que manifestar la raíz cuadrada de 64 para salvarme? Menuda estupidez.
Mi habitación es un desastre, mis libretas de apuntes, libros, utensilios escolares, todo está por todos lados. Lanzo el bolígrafo contra la pared y doy un grito de frustración. Gnomo me mira sin entender, la llamo y viene a donde estoy emocionada.

- Nunca vayas al instituto Gnomo, sálvate tú que puedes. - la beso.

Mi madre entra a mi habitación y me sonríe.

- Tu amiga Lana está aquí. - anuncia.

- Dile que suba. - mi voz es puro sufrimiento.

Lana entra un poco tímida hasta que mi madre nos deja solas, enseguida la chica loca toma lugar. Se lanza a mi lado en el suelo y se burla de mi desorden.

- Vamos a estudiar, mi vida depende de mi nota de cálculo. - me dice. - Mis padres están insufribles porque mis notas del anterior curso fueron pésimas, y ahora que comienzan los parciales están sobre mi.

- Mi madre no me exige mucho realmente, solo me pide que estudie y me prepare por mi bien.

- Ojalá tu madre fuera la mía.

- Bueno, no todas son ventajas, no tenerla cerca mucho tiempo por causa de su trabajo no mola mucho. - lo digo pero no quiero hablar de eso, es un tema que siempre evito, ni sé por qué lo dije ahora.

- Lo siento por eso. - sonríe ladina.

- No te preocupes. Ahora, comencemos de una vez.

Pasamos horas estudiando, Lana realmente no es de mucha ayuda, la pobre, está más perdida que yo en la materia pero, le echa ganas. Mi madre nos sube la cena, ella mira mi plato y luego al suyo al darse cuenta la diferencia de los menús, pero, no me voy a detener a explicarle que, llego una dieta estricta, y agradezco que no pregunte.

Son las 8:00 pm, aún seguimos estudiando intentando responder ejercicios de libros, tomé mi pastilla de la tarde y estoy algo cansada, pero, si mañana no apruebo ese examen me va a dar algo, lo hago por mi, ahora que estoy en el mundo real quiero demostrarme que soy capaz de afrontar todo lo que trae consigo, desde exámenes, hasta los malos días. Hablando de malos días, ayer no fue el mejor día en el instituto, los estudiantes están muy estresados por los parciales, y los jugadores molestos porque suspendieron los juegos. Bruno al parecer no tenía el mejor humor, pasó por mi lado un par de veces y ni siquiera volteó a verme, tampoco estuvo en la salida del instituto con su auto para traerme a casa. No es que haya sido un mal día porque Bruno me ignoraba, es solo que, bien, si fue por eso. ¿Quién se cree que es?

- ¿Agatha? - la cara de Lana es preocupada.

- ¿Qué pasa?

- Llevo un rato llamándote, parecías ida.

- Lo siento, estaba pensando. - miro al cuaderno. - intento dar solución a este ejercicio.

- ¿Sabes quién podría ayudarnos? Nate, va un curso más pero, ahí donde lo ves todo fortachón y chico malo, es un puto nerd.

- ¿En serio? - no lo esperaba.

- Si. ¿Lo llamo? - su cara es sugerente.

- Pero, para que venga aquí? ¿Ahora?

- Si. ¿Qué tiene de malo?

- Está mi madre, y, no deja que suba a chicos a mi habitación. - no es una mentira del todo.

- Pero es para estudiar. - se encoje de hombros. - La única posibilidad que tenemos para aprobar es Nate.

- Tenemos a más personas con las que si compartimos en el salón.

Inefable: Fuera de este mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora