capítulo 13

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Abro los ojos de a poco y agradezco la poca luz de la habitación. ¿En qué momento llegué a casa? Pero cuando mis observo a mi alrededor, me doy cuenta que no es mi casa. Me siento lo más rápido posible en la cómoda cama pero en el proceso mi cabeza pita.
¿Dónde estoy? Me pregunto varias veces hasta que comienzo a reconocer por el aroma. Una puerta que está al lado izquierdo de la habitación se abre y sale Bruno con una toalla envuelta en su cintura y el cabello mojado goteando agua por su pecho y espalda. Sabia que era su cuarto, es su olor. Cuando se da cuenta que lo miro abre los ojos y se acerca de inmediato a donde estoy.

— ¡Agatha! ¿Estás bien? — me pregunta desesperado.

— Creo que si. — hablo bajo.

— ¿Segura?

Su mirada se ve inestable pero noto que lucha por mantenerla centrada.

— Si Bruno.

Nos quedamos en silencio. Él se sienta en el suelo ahora de espaldas a mi y el agua de su cabello moja mi mano.

— Te desmayaste. — habla de repente.

— Si, ya lo sé.

— Te ocurrió otra vez.

— Soy una chica débil Bruno. — solo digo eso.

— Eres fuerte, sé lo que digo. — hay convicción en sus palabras.

Volvemos a estar en silencio. Se pone de pie y camina hacia el clóset y agarra algo de ropa, vuelva al baño y en un rato está de vuelta con unos short y una polera.
La puerta de la habitación se abre, es su hermano.

— Ya despertó. — dice Braulio mirando a su hermano. — Menudo susto nos diste Agatha.

— Lo siento. ¿Mi madre sabe? — pregunto con temor, no quiero ir otra vez al hospital.

— Preguntó por ti y dije que estabas en la habitación con Bruno ayudando a calmarlo. — asiento cuando habla y agradezco internamente por no decirle.

— Gracias. — le digo.

— Y tú, ¿estás mejor? Calmado ya? — se dirige a su hermano.

— Si. — responde Bruno algo serio.

— Será mejor que no vuelvas abajo. En un rato subirán tu cena, basta de problemas por hoy.

— ¿Y mamá? — Bruno parece apenado.

— Ella está bien, aparentemente. Está con Katy.

— Bien.

— Piensa bien en todo lo que hablamos bro. Quiero que estés bien.

Su hermano coloca una mano en su hombro y le habla con empatía. Bruno asiente y Braulio sale de la habitación dejándonos a solas. Ninguno de los dos dice nada. Aprovecho este tiempo para mirar a mi alrededor. La habitación es enorme, mada que ver con la mía que es bastante pequeña. Todo está en perfecto orden, nada parece estar fuera de lugar, solo un viejo álbum de fotos que está al lado de la cabecera de la cama en el suelo, casi no se ve pero lo estoy viendo ya que solo debo inclinarme y agarrarlo, pero obvio eso es algo que no haré. Veo en una esquina una guitarra y enseguida mi mente es curiosa.

— ¿Sabes tocar? — le pregunto.

— No. — responde con rotundidad.

— ¿Y por qué tienes una guitarra si no sabes tocar?

— Porque no es asunto tuyo Agatha, deja de meterte donde no te llaman.

Ok, mensaje captado. Me preparo para ponerme de pie y él me observa.

Inefable: Fuera de este mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora