Pov Bruno.
Eloise y Braulio me reciben en el aeropuerto. Nos abrazamos y me dan una cálida bienvenida. El camino al depa es divertido, Eloise aunque al principio de conocerla creí que era una estirada, en estos años que lleva con mi hermano he visto que puede ser divertida, además de que tiene un enorme problema, no se calla, habla muchísimo esta chica.
— Deja que veas a tu sobrina. — me dice la chica con una sonrisa.
— La he visto en millones de fotos y videos que me envían.
— Pero no es lo mismo verla en persona, tiene la sonrisa de su padre. — pasa su mano por el cabello de mi hermano y este le lanza un beso.
Me quedo pensando en Agatha, cuánto quisiera que ella estuviera aquí conmigo y conocer Italia. Lo bueno es que tengo muchos planes para nosotros, viajaremos a todos los lugares con los que sueñe ir y a los que no también.
— Tengo hambre. — hablo. Es tarde, la diferencia de horarios con respecto a casa es de unas 7 horas aproximadamente.
— Te espera una deliciosa e italiana cena en casa. — me habla mi hermano viéndome por el espejo retrovisor.
— ¡Genial! — sonrío.
Le escribo a Agatha y le envío las fotos que he tomado y unas fotos graciosas mías en el avión. Cuando llegamos al depa de mi hermano me quedo maravillado, ciertamente el lujo es enorme, todo muy minimalista como le gusta a su esposa y tan limpio y ordenado que parece que estoy en un museo.
— Al fin llegan. — Nala la hermana de Eloise llega con la pequeña hija de la pareja en sus brazos. — No ha parado de llorar. — Eloise toma a su hija e intenta calmarla. — Oh, pero si ya llegó el idiota de Bruno.
Me río, definitivamente no me supera.
— Un placer verte también Nala. — soy irónico.
— Para ti siempre será un placer verme Brunito. — mueve su cabello coqueta.
— Bruno, Nala pasará unos días con nosotros, viene para la celebración su cumpleaños aquí en Italia.
— Me parece bien. — le respondo a Braulio.
Sé que Nala vive en Paris, donde estudia diseño de moda. Bien, hace un par de años tuve algo que ver con ella, pero solo follabamos, sin compromiso ni sentimientos involucrados, solo que a ella se le fue un poco de las manos y yo tuve que detener todo. Obviamente le molestó mi actitud y el hecho de que quisiera acabar con todo, me llamó idiota muchas veces y hasta me dijo que no sabía follar pero siempre que me veía intentaba colarce en mis pantalones, en fin. Es casi 2 años mayor que yo pero aún así quería andar conmigo. Para mi la edad no era el problema sino que, yo estaba en un momento de mi vida en el que era veneno para todos, no quería hacerle daño y tampoco comprometerme con alguien. Estaba en rehabilitación y a veces me dejaban salir y pasar tiempo con mi familia, en ese tiempo la conocí a ella, cuando mi mundo era un caos aún mayor.
Desempaco mis cosas y me preparo para un rápido baño antes de bajar con los demás, le hago una llamada a mi chica, le enseño toda la habitación.
— Es hermoso todo ahí. — dice con una sonrisa, la misma que quisiera estar besando en estos momentos.
— Si, la familia de Eloise es muy ostentosa y obviamente siempre proporcionan lo mejor para su hija.
— Es bonito Italia.
— Algún día vendremos juntos. — ella medio ríe pero no del todo, lo cual llama mi atención pero al ver su cara cuando me comienzo a desnudar da un grito ahogado que me hace reír. — ¡Joder Agatha! Eres la chica que más veces en la vida me ha visto desnudo, incluso más que mi mamá. — la molesto.
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Inefable: Fuera de este mundo
RomantizmAmor Amistad Muerte Tres versiones, solo una es verdadera. ¿Cuál será? Es evidente ante tus ojos según tu forma de ver la vida, pero la respuesta es bastante obvia, o al menos así siempre lo supo Agatha. Diviértete pero también llora... Esas serían...