capítulo 19

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Sus manos me agarran de la cintura pegando más nuestros cuerpos. Yo estoy inquieta, en un caos entre seguir el beso y saber que hacer yo con mis manos. Siento que soy un poco torpe aunque a veces si tomo bien el ritmo del movimiento de nuestros labios juntos. Esto se siente bien, y la debilidad de mi cuerpo lo confirma. Torna el beso lento y luego se aleja. Yo me quedo sin aire, no se que decir o que hacer, solo, estoy aquí, intentado recuperarme mientras Bruno no quita sus ojos de mi.
Nos quedamos así, en un cómodo silencio por un rato. Solo nos vemos el uno al otro, a veces se nos escapa una sonrisa, otras veces solo gestos cómplices o divertidos, pero, se siente bien estar así, con él.
La puerta del baño se abre y rompemos bruscamente el contacto de nuestro ojos. Él aclara su garganta y no sabe que hacer para disimular el por qué está en el lavado de las chicas.

— ¿Qué hace Troll aquí? — le pregunta una chica a su acompañante.

— Ni idea. — le responde la otra y ríen mientas nos ven.

Mis ojos buscan los de Bruno y le doy una tímida sonrisa.

— Creo que deberías irte. — le digo.

— Te llevaré a casa. ¿Me esperaras en el estacionamiento? — pregunta esperanzado.

— Bien. — digo y sonrío. Él también sonríe y rasca su cabeza antes de decir adiós con la mano y salir.

Volteo al lavado y exhalo el aire que contenía. Mi corazón sigue a mil y mi garganta tan seca que duele. Me observo en el espejo y mis labios están más rojizos, y ni hablar del sonrojo sobre mis mejillas resaltando más mis pecas.
Las chicas de antes lavan sus manos a mi lado y me miran raro, pero, las ignoro y salgo del baño para ir a mi siguiente clase.

...

Estoy en el estacionamiento. No lo voy a negar, estoy nerviosa, pero ósea, es Bruno, no sé por qué reacciono así. El ruido de una motocicleta que se acerca me hace voltear a ver, es Nate, pero, me hallo queriendo que se vaya, por alguna extraña razón siento que no quiero estropear mi momento con Bruno, y sé que ver a Nate aquí supondrá que su humor no sea bueno.

— Hola Agatha. — se detiene frente a mi. Sonrío nerviosa.

— Si, hola Nate.

— Lana me preguntó por ti.

《Lana》 Ahora mismo estoy demasiado enojada con ella, lo que menos necesito es verla o hablarle. No entiendo por qué tuvo que contar algo de mi a las demás. Tengo conciencia de que la virginidad no es un defecto y que el hecho de que aún lo sea en estos tiempos parece suponer algo extraño y extravagante para asimilar, pero, no me molesta ni me preocupa, solo que no me da la gana que venga a nadie a cuestionarme sobre ello.

— Ya me voy a casa. — solo digo eso.

— ¿Están bien ustedes? — me pregunta.

— Sip. — ¡Dios! Que se vaya ya. Antes de que llegue Bruno.

— ¿Viene tu madre por ti?

— No.

— Entonces, ¿quieres que te lleve?

— No. — me mira incomodo. — O sea, no hace falta, ya, me van a llevar.

— ¿Quién? — pregunta algo tenso.

— Yo.

La fuerza con la que habla y lo imponente que de repente es su presencia, me hace querer ser chiquita y poder escabullirme sin ser vista.

— ¿Te irás en serio con él? — Nate me mira ¿molesto? Bueno, no sé descifrar su mirada.

— Si... yo...

Inefable: Fuera de este mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora