《Huye entonces Agatha》
Sus palabras resuenan en mis oídos. Lo veo directamente a sus ojos.
— Deberías huir y salvarte de mi. Hazlo tú, porque si de mi depende, no quiero que te salves.
Hay tanta sinceridad e intensidad en sus palabras que no puedo moverme, parece que estoy hipnotizada.
— ¿Qué dices? — logro formular una frase coherente.
— Te daré 10 segundos para que huyas de mi, solo 10 Agatha. Si no te vas, voy a hacer lo que desde hace tiempo he querido hacer.
— ¿Y qué es eso que quieres hacer? — mis ojos están en sus labios mientras pregunto. Él me da una sonrisa ladina y mira hacia el horizonte donde el sol está terminando de perderse dentro del mar.
— 1..., 2..., 3..., 4...
— Bruno...
— 5... — continúa contando sin mirarme.
Por cada número que avanza su voz suena más estrangulada y hace muecas con si rostro. 《Muévete Agatha》 me digo internamente pero, esto, es más fuerte que yo.
— 9..., y... — voltea a verme pero, sucede que, mi corazón se sacude porque en sus pupilas, solamente está mi reflejo.
Se inclina y está a centímetros de mi boca. Trago en seco y mi respiración se dificulta. Siento como un escalofrío va recorriendo mi cuerpo y mi piel se pone de gallina. Mi mirada busca mis pies por la vergüenza, nunca he besado a nadie, no sé realmente cómo hacer eso, y nunca en mi vida había estado tan aterrada. Su mano toma mi barbilla y me hace verlo, sonríe y esa sonrisa llega a sus ojos, me da tranquilidad porque, él está aquí, frente a mi, y, me quiere besar, soy la chica a la que él quiere besar.
Uno nuestros labios. Solo los pego y no muevo los míos, cierro los ojos y puedo sentir mi corazón en mi garganta. Entonces, él reacciona y con sus suaves labios me invita a abrir los míos. Es delicado y cada sensación la siento a flor de piel. Coloca una de sus manos en mi cadera y con la otra toma mi mejilla estimulando más mis torpes movimientos, a pesar de ello, no se aleja, al contrario, se acerca más. Traza mi labio inferior con su lengua y es ahí cuando me alejo. Estoy agitada, mi pecho sube y baja violentamente. No puedo apartar mis ojos de él aunque en este momento quisiera esconder mi cabeza bajo la tierra como el avestruz. Sus manos siguen en el mismo lugar, se siente cálido donde él toca. Ahora, no entiendo por qué, mis ojos se llenan de agua de repente y tengo unas extrañas ganas de llorar.— ¿Qué sucede? — pregunta asustado.
— Nunca antes había besado a alguien Bruno. — soy sincera, aunque bueno, eso es algo que él sabe.
— Lo sé. — suspira y me hace verlo.
— Acabo de tener mi primer beso.
Digo cuando me choca la realidad. Acaricio mis labios mientras reproduzco el momento una y otra vez en mi cabeza.
— Y eso es... ¿bueno o malo? — espera mi respuesta.
— Es bueno. — mis mejillas se calientan a penas digo la frase.
El sonríe y parece más relajado.
— Has cumplido un número de tu lista. — dice luego de un breve silencio.
《Mi lista》
Pienso en ella. Es cierto, he sido besada, pero, me ha besado Bruno y, se sintió tan bien. Nunca había sentido la sensación de fuegos artificiales en mi pecho, jamás se había secado tanto mi garganta al punto de querer rogar por agua, tampoco había pensado en la posibilidad de detener un momento del tiempo, ni siquiera cuando me dieron la noticia de que iba a vivir. Todo esto me asusta, me aterra. Pero, este momento ha sido tan revelador y emocionante para mi que, Bruno no sabe que, no solo acabo de cumplir un punto de mi lista, sino dos, no solo he sido besada, también he vivido mi primera Epifanía.
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Inefable: Fuera de este mundo
Любовные романыAmor Amistad Muerte Tres versiones, solo una es verdadera. ¿Cuál será? Es evidente ante tus ojos según tu forma de ver la vida, pero la respuesta es bastante obvia, o al menos así siempre lo supo Agatha. Diviértete pero también llora... Esas serían...