CAPÍTULO 7

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Los meses fueron pasando, cada vez me acercaba más a Camille y eso la hacía feliz siempre la escuchaba presumir con sus amigas que ella era especial para mi porque solo con ella hablaba y solo a ella le había dado mi número.

Cuando Mel estaba cerca de esas conversaciones la veía sonreír con disimulo y miraba en mi dirección, no importaba donde me escondiera para escuchar ella siempre me notaba.

Pasaban los Meses y cada vez me acercaba más a Camille, note que eso  ponía de muy mal humor ah Mel pero no reclamaba nada, hasta que pasando mi cumpleaños 17 llego el momento de pasar al siguiente nivel del plan.

Estaba saliendo de clases y la vi en el pasillo hablando con sus amigas, siempre estaba hablando es como una radio que no tiene botón de apagado.

–Cami, ¿Quieres venir conmigo a un lugar?

–Si claro pero ¿Dónde es eso?

–No está muy lejos.

Acepto ir conmigo, la vi dudar al salir y señalarle mi moto–La cual había conseguido luego de ayudarle en un trabajo a mi tía– ella se subió, tome el segundo casco y se lo coloque eso hizo que me viera con ilusión y los ojos le brillaban, ¿Así se vería siendo un cadáver?

Subí a la moto y vi por el espejo como Mel estaba de brazos cruzados viendo lo que hacía, me sonrió de manera perversa y se dirigió al auto que la estaba esperando, siempre rondaba cerca a esta hora cuando ella salia de la universidad ya que su ciclo en secundaria había terminado el año pasado.

Encendí la moto y Camille se abrazo a mi cintura, maneje hasta llegar al lago que había visto días atrás cuando enterraba a un imbecil que intento robar mi moto.

–Llegamos–Dije y aparque en un pequeño valle que dejaba una muy buena vista del atardecer.

–Este lugar es hermoso pero ¿A que hemos venido?

–Bueno, tenemos poco más de un año de conocernos y creo que sabes que me gustas así que te quería preguntar, aquí con este hermoso atardecer si quieres dejarme ser tu novio.

Ella se abanicaba el rostro con las palabras previamente practicadas que le decia:

–Eres la chica más hermosa que eh conocido, me encanta tu olor, tus ojos y tu forma de ser por eso quiero saber si me permites ser tu novio.

El "Permites" es lo más cursi que se me pudo ocurrir y al parecer di en el clavo por su respuesta y la forma en que sus ojos se llenaban de lágrimas.

–Si, Max te permito ser mi novio desde la primera vez que te vi me gustaste ese día que chocamos me hiciste sentir cosas inexplicables fue como saber que estábamos destinados.

Fingí una sonrisa y acune su rostro en mis manos, lentamente me acerque a ella para besarla un beso suave y tímido justo cuando el sol se ocultaba, bien la preparación de todo este teatro había valido la pena y mis fichas avanzaban.

La deje cerca de su casa y no quería irse hablaba demasiado rápido y de tantas idioteces que me tenia apunto de gritarle que se largara.

–Te veré mañana, ya quiero que todos sepan que somos novios.

–Si, todos lo sabrán.

–Adiós, amor.

–Adiós, cami.

No iba a decirle "Amor" ya demasiado romanticismo viví el día de hoy, encendí la moto y acelere, la vi por el espejo como agitaba la mano en señal de despedida y sacaba su teléfono, seguro para avisarle a todos lo sucedido.


****

Llegue al apartamento de Mel sin avisar, mi tía estaba dando una fiesta–cerrando su cumpleaños– y no tenía intenciones de ver un montón de borrachos. Al entrar Mel se sorprendió y corrió al baño, Vi que había hielos en la mesa de la cocina y también vendas, ¿Que estaba pasando?

Ludus mendacium  (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora