CAPÍTULO 11

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Al entrar todos se quedaron en silencio, el respeto se gana y que mejor manera de tenerlo haciendo que te teman, "Ángelus mortis" una pequeña comunidad de asesinos que cree hace 2 años, empecé desde abajo con Tipos que eran adictos, los cuales les ofrecí empleo solo si se rehabilitaban, aceptaron y luego de estar limpios empezaron a entrenar, tambien algunos ex guardaespaldas, ex militares despedidos por ser impulsivos llegaron aquí, ahora hacemos el trabajo sucio de los demás.

50 hombres y 30 mujeres trabajan para mí, de sus trabajos siempre me dan un 70% ellos se quedan el resto, no tienen problemas con eso ya que la mayoría solo lo hacen por diversión. Son personas como yo, psicópatas que quieren divertirse y luego regresar a fingir que tienen una vida normal. La única regla es no matarse entre ellos, solo a los que son mencionados en los contratos.

Estela no sabia de esto hasta un año despues de haber creado mi propia empresa, cuando rastreo a uno de mis hombres ya que fue contratado para matar a su novio y ella quería venganza, cuando se entero que el negocio era mio intento darme un sermón pero en cambio se sorprendió de ver lo que había logrado, después de todo era un negocio familiar con la diferencia que ahora yo era el dueño y no el hijo de los sicarios.

Estela quiso ser parte pero no la deje como un sicario más, la deje como parte de los investigadores ya que eso es su especialidad ella y 10 personas más están a cargo de investigar sobre los que deben ser dados de baja.

Todos hacían su trabajo, algunos solo estaban limpiando armas, los demás entrenaban y otros se preparaban para cumplir sus contratos. Estaba a lo lejos viendo los entrenamientos, en realidad solo uno.

Mel estaba entrenando con una chica, ella era la única que supo lo que estaba haciendo, de hecho ella me ayudo a conseguir personas para que se unieran, ella solo entrenaba, no hacia trabajos la necesito fuerte que sepa defenderse por si en cualquier momento algo sale mal.

Empezó aprendiendo lo básico y ahora sabe como romper un cuello, se le enseñó a usar un arma y aprendió muy bien pero prefirió los cuchillos, me veía a mi entrenar de esa forma y quiso hacerlo llegando a ser casi igual a mi.

No tiene miedo de aprender algo nuevo, se arriesga y eso la hace estar a la par de sicarios profesionales, aunque ella no asesine por dinero y tampoco a pedido hacerlo, así como tampoco la dejaría arriesgarse.

–Señor,– me hablo una mujer–Mi misión ya fue completada, aquí esta su parte.

–Bien, vamos a la oficina.

Deje de ver el entrenamiento y camine con la mujer, Alina con 20 años a pasado de ser una prostituta de burdel ah ser una de las mejores asesinas. La mayoría del tiempo tiene misiones ya que su trabajo es impecable, siempre quiere estar cerca de mi y me a hecho invitaciones pero no eh aceptado.

Una mujer muy hermosa si, pero coquetea con todos y yo no voy a tocar las sobras de alguien más, mucho menos tocaré a una prostituta teniendo a Mel y muy pronto a Camille.

Entre a mi oficina, sentándome detrás del escritorio donde muchas veces Mel a abierto las piernas para mí.

–Aquí esta–Dijo Alina poniendo un maletin sobre la madera–El 70% ni un dólar más, ni un dólar menos.

–Bien, espero que hayas hecho todo tal y  como se acordó.

–Por supuesto que si, nada fallo y el cliente quedo encantado.

–Perfecto, si eso era todo ya vete, tengo cosas que hacer.

–También quería saber si aceptaras mi invitación.

–No, deja de insistir que no aceptaré.

–Yo se más que esa niña bonita.

–No me interesa, mis gustos son más exclusivos palabra que tu no conoces.

–Si me lo pides puedo solo ser tuya.

Me levante y me acerque a ella, no se levanto de donde estaba sentada así que solo levanto la vista, sujete sus manos contra la silla y le hable tan cerca que casi rozaba sus labios.

–Yo no quiero que seas mía, no me interesas ni como mujer, ni como persona dedícate a hacer tu trabajo.

–Puedo hacer que me desees.

–Eres una asesina más en este sitio, trabajas para mí y en tu contrato dice sicario no puta.

La solté y ella se levantó en cuanto me aparte, se veía furiosa pero no dijo nada más solo salió del sitio. Me quede revisando más de los contratos y guardando el dinero que Alina acaba de dejar, cuando de pronto escuché un alboroto proveniente de la sala de entrenamiento.

Salí para ver que demonios era eso, había un circulo, una pelea y sabía como era esto ya había ocurrido y debía detenerla pues se acaba hasta que uno muera y no me puedo permitir tener perdidas por tonterías.

Me acerque y lance un disparo al aire, todos se detuvieron y me abrieron paso al centro del círculo, lo que vi me hizo sentir más ira de la debida.

Mel y Alina eran las que peleaban, se habían detenido pero Mel era la que sostenía un cuchillo en la garganta de Alina, tenía el labio sangrando y una herida en el hombro.

–¿Quién?–Dije y Michael el entrenador de Mel, se acerco.

–Estaba entrenando con Mel, cuando Alina la golpeó a Traición.

Mire a Alina, no podía matarla porque es una de las mejores pero tampoco puedo dejar pasar esto, así que hice lo correcto.

–Mel, sin matar.

Ella me entendió, aparto el cuchillo de la garganta de Alina y estrelló su cabeza contra el piso para luego hacer un movimiento rápido y enterrarle el arma en la pierna.

–No vuelvas a tocarme, perra.

Alina grito del dolor, Mel se levantó y Michael se llevó a Alina a la enfermería. Mel estaba furiosa, tiro el cuchillo y camino rápido al cuarto junto a mi oficina, el lugar donde ella podía dejar sus cosas, bañarse y prácticamente era una habitación donde solo ambos podemos entrar. La seguí y al cerrar la puerta ella me miró muy mal.

–Dile a esa puta que a la próxima que esté Celosa, vaya a pelear con alguien de su nivel.

–¿Celosa?

–Si, me dijo que no entiende que me ves cuando ella es más "Hermosa."

–La eh rechazado muchas veces, por eso esta Celosa de ti.

–No me interesa, Dereck. Si ella oh cualquier otra me vuelve a Golpear me va a importar una mierda que sea la mejor aquí, le arrancaré la garganta.

–Entendido, ahora deja el mal genio ya deje que te vengaras.

–Eso no fue una venganza, no me voy a poner a su nivel mucho menos a pelear por un hombre. Puedo tener a quien yo quiera y desee, si estoy contigo es porque quiero pero no por eso dejare que una estúpida venga a golpearme.

–Preciosa, te puedes calmar y mientras estés cerca de mi, no menciones que puedes tener más hombres.

–No somos exclusivos.

–¿Segura?

–Tu besas y tocas a Camille, pronto te acostarás con ella así que yo puedo hacer lo mismo.

–No mientas, no lo harías.

–No sabes lo que acabas de hacer Dereck.

–Demuestra que me equivoco, preciosa.

Ella se burlo, tomó su bolso y se acerco a mi.

–Quieres jugar con mi mente pero adivina, yo no soy Camille. Así que ahora veras lo que puedo llegar a hacer cuando me retan.

–No juegues Mel, sabes como puede acabar esto.

–Siéntate y observa mi juego, Dereck.

Ludus mendacium  (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora