EPÍLOGO

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Tipo de narrador: Omnisciente.

Axel Williams, el empresario que por años estuvo en coma ahora está desaparecido, su única hija con vida ah dicho que no sabe nada de su paradero, pide que ayudemos en su búsqueda.

"No quiero volver a perderlo"
Fueron las conmovedoras palabras de Mel Williams, sus empresas han sido cerradas y se estipula según su hija, que si no llegase a aparecer, los herederos serian Mel Williams y su Yerno Dereck Davies, al que ama como un hijo.

El pedazo de periódico se arrugó en las manos de Axel, ¿Como es posible? Haberse ido así tan deprisa lo ah dejado en banca rota, todo cuanto tenía y poseía paso a manos de sus hijos y por ende, a manos de esos monstruos.

Debió apuntarle al corazón, su desesperación lo hizo dudar y su amor por Mel lo hizo desviar un poco la bala.
P

ero se arrepentía de no haberlo hecho, ahora no parecía un gran empresario y dueño de una mafia, ahora estaba en la lista de Dereck Davies, el ángel de la muerte como era conocido en el mundo bajo.

-Axel-el hombre se acerco a la mesa donde estaba-¿Que haces aquí? Este lugar no es para ti.

-Lo se, cometí un error.

El hombre lo observo confundido, claro, ¿Que era tan grave para que un líder se escondiera?

-Necesitas protección-afirmó el hombre y Axel asintió- si voy a protegerte, debo saber esto, ¿De quien te escondes?

Era un lugar lejano, aquí no conocen sobre el, aquí no podrán negarle esa protección que ah estado buscando desde hace mucho tiempo.

-Ángelus mortis.

El hombre palideceo, el sabía perfectamente de quién venía ese seudónimo, vio como se forjaba ese ser.

-¿Sabes quien es?-pregunto Axel impaciente y listo para huir nuevamente, si era necesario.

-No-mintió- eh oído hablar de el, pero jamás lo eh visto, te apoyaré.

Axel se sintió calmado, luego de siete años al fin podría dejar de huir, tal vez volver a cambiarse el nombre y empezar una nueva vida lejos de todo.

Fue llevado a una gran casa, fue atendido como un gran amigo del dueño, así paso durante una semana. Lo que Axel no sabía es que la persona que acepto darle asilo, había llamado a ese ángel de la muerte, mientras Axel descansaba en el calor de una cama; Dereck y su familia viajaban en un Jet privado para al fin conocerlo.

Por tres días lo observaron a lo lejos, el león le enseñaba a cazar a sus cachorras y ellas obedecían, hasta que llegó el día, un domingo por la noche, Axel había ido a beber con el que ahora llamaba amigo.

Al entrar en la casa las luces estaban apagadas excepto, por una lámpara que solo reflejaba una sombra y de esa sombra se emitió una voz, la cual hizo que Axel se paralizará y cualquier rastro de alcohol desapareciera de su sistema.

-Ya me canse de verte huir-las luces se encendieron y sentado en el sofá, estaba Dereck-¿Al fin me explicaras, de donde sacaste el valor para querer matar lo que me pertenece?

-Ellas no podían nacer, serían igual oh peor que tu-Axel temblaba pero no sabía si era de miedo, oh de rabia.

-Fuiste muy estúpido, supongo que tu amor paternal te hizo fallar, ella está viva, ellas también y como esta es una linda da reunión familiar te quiero presentar a mis hijas.

Ludus mendacium  (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora