Omer
Deposito su cuerpo despacio en la cama y con suma calma me arrodillo y empiezo a desatar sus botas liberando sus pies. Al ver su rostro mi pecho se oprime por la mirada rota que muestra.
No hay rastro de la mujer que conocí esa noche en el club, ni cuando la volví a ver en la reunión con Elena, este lado es uno que me imagino debe ser difícil para ella mostrar a otros, uno que le deben haber enseñado a solo sacar en la soledad, donde nadie notara sus heridas ni dolores. Subo hasta su rostro y lo tomo con delicadeza en mis manos, con los pulgares limpio sus lágrimas y deposito un beso muy delicado en sus labios ahora más suaves —cada una de tus partes es igual de fuerte y hermosa Alaya —noto como mis palabras la toman por sorpresa —no eres débil por dejarme ver tu dolor —dejo otro beso —ni tampoco por lamentar la perdida de tu hermano —su garganta se mueve —esto solo te hará más fuerte y decidida —despacio bajo el cierre que tiene en frente para empezar a desnudarla —mi hermosa Vahşi.
—Omer...—ella agarra mi camisa y me atrae besándome esta vez más duro, mis manos la liberan de la parte de arriba de su traje y veo que no llevaba nada debajo —esto estorba —tomo sus muñecas y las aparto, para ser yo quien quite mi camisa. Busco su cuello para ir dejando un rastro de besos hasta llegar a un pezón el cual arremolino con mi lengua, hago lo mismo con el otro a la vez que la empujo hacia la cama.
Sigo bajando y llego a su pantalón que de igual forma lo quito y esta vez me encuentro con un pequeño trozo de tela cubriendo su coño —esto no debería contar como ropa interior —ella esboza una sonrisa ladina y parte de mi se emociona de haberle sacado una expresión de alegría.
—Son cómodas y cumplen con cubrir lo necesario —argumenta.
—Temo estar en desacuerdo —lo jalo hasta rajarlo y se lo enseño —esto no cubre ni siquiera mi palma —ella ríe para después abrir sus piernas mostrándome su coño rosado. Mi parte animal ruje por ir bruto, pero le dije que le daría las atenciones que mi mujer se merecía. Alzo sus piernas apoyándolas en mis hombros y empiezo a lamer de abajo hacia arriba y chupar ese punto que la hace retorcerse y presionar mi cabeza más contra si —dos días sin probar mi coño —meto mi lengua en su raja mientras que mi pulgar hace círculos en su clítoris —un error que no se va a volver a repetir.
—¿Tu coño? —pregunta extasiada. Subo hasta llegar a su rostro y de forma lenta introduzco dos dedos, Alaya abre la boca y clava las uñas en mis brazos, dándome una deliciosa vista.
—Mío Vahşi —los abro y rasco hacia afuera erizándole la piel —este coño es solo mío.
—Yo no soy de nadie Omer —sonrío y voy hacia su pecho succionando y mordiendo hasta dejar una nueva marca —eres un...—calla cuando entra un tercer dedo.
—Niégalo todo lo que quieras —meto y saco a la vez que ella mueve sus caderas buscando la fricción —pero desde esa noche eres mía Alaya Petrova.
—Sabes bien que nunca funcionará —veo como intenta ponerse de nuevo su máscara —no confundas el deseo de lo prohibido, por la posesión de una pareja —me detengo y ella frunce el ceño.
—Yo tengo muy claro que es lo que quiero Alaya —intenta hablar, pero calla al meterme hasta las pelotas en su coño —y lo que quiero es a ti como mi mujer —veo la sorpresa reflejada en su expresión a la vez que su coño me aprieta más que me da la respuesta que sus labios no se atreven a soltar.
Salgo y vuelvo a empujarme hasta el final, así hasta eventualmente aumentar el ritmo de las estocadas, levanto sus piernas colocándolas rectas y humedezco dos de mis dedos con su coño para frotar su clítoris aumentando su placer —este cuerpo solo deseará mi polla, mis atenciones —abro sus piernas y coloco las palmas a los lados de su rostro. Es ella ahora que agarra sus propias piernas jadeando y moviéndose al compás de mis caderas —porque mi mujer —me acerco y jalo su labio inferior —siempre tendrá todo lo que ella necesite y desee —agarro su hombro y veo donde nos unimos acelerando mas todo hasta que siento como ella llega en un gemido bastante sonoro que estoy seguro que el piloto al que amenacé debe haberlo oído.
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ZARINA
RomanceLIBRO 2 - TRILOGÍA AMORES Y MENTIRAS Mi pasado siempre estará marcado por tres cosas; Era el resultado de una aventura. El reemplazo de una hija muerta. El error vivo de Iván Petrova. "Tres cosas a las que fui obligada a aceptar y convertir en mi v...