CAPITULO 27

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Alaya

—Hemos encontrado los cuerpos señora —el agarre en el teléfono se intensifica al escuchar lo que no quería.

—Envuélvalos y tráiganlos —ordeno y cuelgo —dijiste que no ibas a morir —susurro —mentirosa —estrello el teléfono en el suelo rompiéndolo. La puerta se abre y veo al hombre de Elena —su cuerpo está siendo transportado —veo como su mandíbula se endurece.

—¿Qué pasará con los numerales que están con las familias de los Don?

—Que se queden con las familias protegiéndolas —mando —mis hombres aún buscan los cuerpos de esos hijos de puta y si no lo encuentran hasta mañana...

—Significa que aún están vivos —asiento con rabia. Tuve que esperar dos días para poder mover gente a Italia. El incidente fue cubierto por medios internacionales debido al peso que tenía el apellido Bernardi. Testigos con distintas versiones, investigadores dando su opinión de expertos en el incidente más grande y con más muertos registrado hasta la fecha en Florencia, el cual cobro más de 300 vidas, entre ellas la del señor Giulio y su hija, mis dientes rechinan de solo pensar en los causantes de todo esto, "debí cerciorarme de que estaba muerto ese día" —¿Qué pasará con la niña? ¿la mantendrá en este entorno? —pregunta el numerale.

—No —camino hacia donde él y paso por su lado —sígueme —sin más el obedece y salimos de mi oficina para subir hacia las habitaciones. Al entrar en mi cuarto encuentro a los demonios viendo fijamente la cuna.

Cuando notan nuestra presencia vienen hacia mi corriendo —Tía, la bebé abrió los ojos —dice Izaac emocionado.

—Son violetas tía, violetas —repite Dominik saltando.

—¿En serio? —ellos asienten y me jalan hacia dónde está mi sobrina. Al verme se pone seria y no puedo evitar pensar que se parece a Federico con esa expresión. Despacio la tomo en mis brazos arrullándola contra mi pecho, "tiene sus ojos".

Me mira atenta con esas dos enormes esferas violetas que estoy segura atraparán a muchos cuando crezca. Apoyo mi frente con la de ella a la vez que susurro —eres muy hermosa como para que vivas encerrada y oculta, ¿verdad? — al alejarme la pequeña sonríe extendiendo sus brazos tratando de tocar mi rostro, sonrío de igual forma y beso su pequeña palma, "te quitaron a tu madre, pero no contaron con que tienes una madrina igual de peligrosa".

Me giro con ella en brazos y camino hasta el numerale llamado Marco. Despacio la coloco en sus brazos y el me mira confundido —dentro de unas horas te iras de Rusia —este abre sus ojos de sorpresa —te llevaras a esta niña y la criaras como tu hija —explico —evitarás cualquier contacto que pueda tener con este mundo —señalo— la protegerás y toda tu vida se centrará en que ella crezca feliz y en un ambiente tranquilo y estable, ¿entendido? —él se coloca firme y asiente —cuando tenga la edad suficiente le contaras su origen y quienes fueron sus padres —mi voz casi se quiebra, pero carraspeo.

—¿Tendrá otro nombre? —pregunta viéndola unos momentos.

—No —acoto —mantendrá el nombre que le pusieron sus padres —el asiente y siento que jalan mi pantalón.

—Tía, ¿Cómo se llama la bebé? —pregunta Izaac. Acaricio su cabecita sonriendo.

—Alexandra —miro a la hija de Elena quien gira a verme y vuelve a mostrarme ese semblante feliz haciéndome recordar demasiado a su madre—Alexandra Isabel Bernardi Ciprianno, ese es su nombre verdadero —los miro —pero es un secreto —coloco mi dedo en el medio de los labios — ¿entendido? —los demonios asienten y se acercan hacia Marco quien se agacha a su altura.

ZARINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora