Alaya
Con todo hecho y celebrado, Omer me lleva en brazos hasta nuestra habitación en donde hemos estado despertándonos cada día estos dos últimos meses —¿no crees que estas abusando?
—No lo creo —cierra la puerta de una patada y me baja —desde ese día no me has dejado hacer nada, más que abrazarte al dormir.
—Tus heridas se habían abierto —le recuerdo —las sábanas parecían haber presenciado una escena del crimen —este se ríe y siento como acaricia mi espalda suavemente.
—Pero ahora ya están totalmente curadas —roza su nariz con la mía —ya no tienes excusa para prohibirme llenarte como debo —escucho la tela crujir y mis manos van a sus hombros —el adorar cada parte del cuerpo de mi mujer —retrocedo hasta que siento la cama, pero Omer no me deja caer ya que me sostiene por mi cintura.
—Me dices salvaje, pero eres tú quien no pudo simplemente bajar el cierre para sacarme un vestido de excelente diseño.
—¿Qué sentido tiene cuidarlo cuando desde que te vi con el planee romperlo? —sonrío negando y le doy la vuelta haciendo que se siente en la cama.
—Bien señor Petrova, si tanto quiere adorarme —deslizo el vestido quedándome simplemente en tacones blancos. Toda su mirada se enciende al ver mi aspecto. Con lentitud deshago cada agarre en mi cabello hasta que cae por mis costados en ondas sueltas y marcadas. Salgo del vestido y me coloco a horcajadas para besarlo con deseo, uno muy hambriento que mis manos buscan su corbata y la deshacen.
—Puedo sentir como te estas mojando Vahşi.
—Esto es solo el comienzo —lamo su lóbulo —mi sultán —este toma mi cintura y nos da la vuelta. Su respiración es acelerada, cada parte de nosotros está exudando deseo y lujuria. Con su lengua va haciendo su camino por el valle de mis pechos hasta llegar a un pezón comenzando a chuparlo y morderlo lo que me hace arquear mi espalda por lo increíble que se siente —Omer...
—Esta noche —lame el otro —me cobraré cada día que me privaste de mi cuerpo.
—¿Tu cuerpo? —digo cuando siento la mordedura en mis muñecas y veo que me las ha amarrado, "¿en qué momento?", vuelvo la vista hacia él y está sonriendo juguetonamente.
—Si mi Vahşi —dice y jala más mis brazos para llegar a la cabecera y las ata. Cuando jalo noto que estoy bien sujeta —tendrás tantos orgasmos como desee y me darás cada uno muy voluntariamente —siento un calor abajo ya que con el nuevo corte y el cómo va despojándose de cada prenda hasta quedar completamente desnudo hace que ya mi coño esté listo y deseoso por tenerlo dentro.
Me abre las piernas —tan rosado y húmedo —levanta mis caderas apoyando mis piernas en sus hombros —todo mío —suelto un gemido agudo a la vez que me arqueo por como su lengua está tocando los lugares exactos, "carajo, ¿Cómo puede ser tan bueno dando un oral?".
—Omer —lo llamo ya que siento que estoy cerca del orgasmo, intento bajar las manos, pero la mordedura de la tela de su corbata me recuerda que estoy atada.
—Córrete Alaya —me mira y veo como su lengua juega con mi clítoris lo que solo me hace gemir y moverme por más —córrete mi hermosa sultana —su lengua entra y yo no soporto más que me corro, es tanto el placer que mis piernas se sienten lánguidas —dulce —baja mis caderas hasta que tocan la cama, pero siento sus dedos aun jugando con mis labios inferiores y siento su invasión que mi cuerpo se estremece —pero aun quiero más.
—Omer —sus dedos entran y salen que aun con mis piernas flácidas, estas se abren pidiendo más, él sonríe y un tercer dedo se une que gimo fuerte y Omer lame mi labio inferior, "mierda, ya no puedo pensar racionalmente". Mis caderas se mueven, encontrando a sus dedos —lo quiero dentro —mi pierna engancha su cintura —mi sultán...te necesito dentro —lo escucho gruñir que cuando saca sus dedos pienso que va follarme, pero no.
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ZARINA
RomanceLIBRO 2 - TRILOGÍA AMORES Y MENTIRAS Mi pasado siempre estará marcado por tres cosas; Era el resultado de una aventura. El reemplazo de una hija muerta. El error vivo de Iván Petrova. "Tres cosas a las que fui obligada a aceptar y convertir en mi v...