Alaya
Apenas pude pegar un maldito ojo en todo el vuelo, "¿Cómo mierda se atrevió a besarme el muy imbécil?".
Si, admito que cuando supe del atrevimiento de su gente al robarnos un cargamento quise encargarme personalmente, "quería irritarlos por creer que podían tomar algo nuestro sin consecuencias".
A lo que había averiguado, Deniz Baruk era el que había dado la orden ya que un miembro de la famiglia les debía dinero y este negaba que hubiera pedido prestado algo de ellos, "esa parte ya se la dejé a Elena, su gente, sus cuentas". No tenía idea de que atraería la atención del mayor, el cual se supone está encargado de Alemania, "bendita suerte la mía".
Al salir del avión la presencia de mi padre esperándome solo supone una cosa, "el viejo lo sabe". Sin quitarle la mirada bajo hasta estar en su delante.
—¿Estuvo bien el viaje, hija? —pregunta con un deje de sarcasmo.
—Bien, aunque cansador —respondo a lo que me abre la puerta y subo. Sino conociera bien a mi padre, realmente me tragaría que su gesto es por cariño, pero no es así. Cuando se coloca al lado mío puedo sentir la tensión de su cuerpo y sus ganas de gritarme. Suspiro a la vez que apoyo mi cabeza en el asiento cerrando los ojos, "tengo que aprovechar estos últimos minutos de paz antes de la tormenta".
Siento un ligero movimiento en mi hombro y abro los ojos dándome cuenta que ya llegamos a la mansión, "mierda, el no dormir en el vuelvo está pasando factura". Mi padre sale y yo lo sigo dejando a los sirvientes sacando mis cosas —al estudio, ahora —me ordena y yo lo sigo.
—¡Tía! —las voces de mis sobrinos me detienen cuando vienen corriendo hacia mí, sudorosos y despeinados.
—Pero ¿cómo están pequeños demonios revoltosos? —los recibo a ambos en mis brazos. Al verlos sonrientes es como si recargaran mis energías.
—El abuelo nos dio un nuevo reto —comenta Izaac contento mientras que Dominik asiente efusivo.
—¿A si? ¿Y qué tal?
—Es complicado, peo divetido —sonrío por la pronunciación de Dominik, "aunque habla mejor que otros niños de su edad, aun se le complica algunas palabras".
—Bien, demonios vayan a ducharse mientras yo hablo con su tía —ambos hacen pucheros, pero obedecen. Cuando ya no están a la vista es que ambos seguimos nuestro camino hacia el estudio.
Al abrir veo a mi hermano al teléfono, hablando o más bien descargando enojo con la pobre alma al otro lado de la línea. Como sé lo que esto será voy hacia la licorera para servirme un poco de whisky.
—¿Algún problema? —pregunta mi padre.
—Solo un imbécil que no sabe cómo manejar un simple envío —bota el teléfono y me ve, si ya de por si estaba tenso ahora es peor —empieza a explicar Alaya, ¿Cómo por qué mierda fuiste a reunirte con ese turco? —veo entre los dos hombres de mi familia, hombres de los que he aprendido casi todo lo que hay que saber en este mundo, "digo casi, ya que la parte de seducción y como dominar a alguien en la cama la tuve que aprender sola".
—Era un cliente —explico —solicitó una de las armas que creamos con Elena para uso personal, claro que con un bonus que era el tener una reunión con las dos —Alexis golpea su escritorio con la palma cerrando los ojos.
—¿Y por qué mierda ambas aceptaron?
—¿Por qué no tendríamos que hacerlo?
—Sabes bien porque —interviene mi padre.
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ZARINA
RomansaLIBRO 2 - TRILOGÍA AMORES Y MENTIRAS Mi pasado siempre estará marcado por tres cosas; Era el resultado de una aventura. El reemplazo de una hija muerta. El error vivo de Iván Petrova. "Tres cosas a las que fui obligada a aceptar y convertir en mi v...