CAPITULO 40.

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Estaba ebria. Muy ebria. Jamás había tomado tantos Shots en mi vida, y no tenía idea de cómo me iba a levantar del taburete en el que estaba.
XXX: ¿Hailey?-alguien preguntó a mis espaldas. Si me movía, me iría al suelo, así que no lo hice, y el chico creyó que no lo había escuchado, por lo que caminó hasta mí y se inclinó en la barra para ver mi rostro.
Lee: Oh, hola... Erik-. Reí al escuchar mi voz gangosa.
Erik: Bebé, ¿qué estás haciendo aquí? -me quitó el vaso de whisky que yo bailaba entre mis manos, y se lo bebió de golpe. Lo miré mal. - ¿Qué? Si mal no recuerdo, aún no puedes beber, así que esto era mío. -se acercó, quedando a un de centímetros de distancia de mi rostro, y susurró: - Además, tú ya tuviste un par de estos, ¿no es cierto, muñeca?
Lee: Quizás si...quizás no... Quizás tuve un par de esas horribles bebidas con aceitunas-sonreí. -Pero estoy bien.
Erik soltó una risita.
Erik: Claro, eso puedo verlo.
Lee: Si puedes guardar el secreto, príncipe, admitiré que si lo estoy.
Erik: Tu secreto está a salvo, soy una tumba. -Sus ojos brillaban verdes, y estaban tan cerca, fijos en los míos. Él estaba tan cerca. Me pregunto qué pasaría si...
Erik: ¿Puedes caminar?- preguntó él, dándole un vistazo al lugar. -Creo que deberíamos salir de aquí-. Moví mi pierna derecha, e intenté bajar del taburete. Ni siquiera sentía las piernas, y cuando mi trasero dejó de apoyarse en la silla, trastabillé y caí encima de Erik, quién soltó una risita, y me rodeó con su brazo, para mantenerme de pie.
Lo siguiente que sabía era que las luces de los flashes nos cegaban, y entrabamos en una camioneta oscura.
Lee: ¿Por qué estabas allí, Erik?- pregunté, con la cabeza hundida entre mis manos. El mundo me daba vueltas, y los ojos me pesaban.
Erik: Sólo daba una vuelta, iba por un par de cervezas con Nik y Jude, ya sabes... desde que Ivan me abandonó, estoy estancado con esos dos. Entonces te vi en la barra, y bueno... imaginé que estabas...
Lee: ¿Borracha?- reí. -Espero que no fuese tan obvio.
Erik: Uh, bueno...- hizo una mueca.
Gruñí, y me hundí en el asiento.
Lee: Casi es mi cumpleaños-suspiré- Y por como todo pinta, voy a estar soltera de nuevo justo antes del eso.
Ni siquiera sabía por qué le decía aquello. Y no me importaba. Las chicas no estaban conmigo hoy, y tenía que vaciarme con alguien. Y claro, el alcohol me hacia hablar hasta por los codos.
Erik: La soltería no es tan mala, muñeca- respondió él con un guiño.
Lee: No, pero que aplasten tu corazón dos años seguidos una semana antes de tu cumpleaños no es muy divertido tampoco.
Erik: Puedo aplastar al australiano de un golpe si quieres, lo podría aplastar solo por el hecho de que te está haciendo daño.
Lee: Yo misma lo puedo golpear, no se trata de eso. Es...
Erik: Es por lo que hizo con ese video, ¿verdad?
Suspiré. No se lo había dicho a alguien más que me había preguntado lo mismo cuando estaba un poco menos alcoholizada, pero la misma pregunta me la habían hecho al menos veinte veces desde lo que había pasado.
XXX: ¿Dónde está tu novio?- me habían dicho de pronto, y yo respondí sin mirar al chico de voz grave:
Lee: Está ebrio, y bailando ridículamente en el centro de la pista.
XXX: ¿Y por qué no estás con él?
Lee: Prefiero estar ebria sin hacer el ridículo, gracias.
XXX: Oh. ¿Te parece si te acompaño entonces?
Levanté la cabeza, y el chico de ojos verdes me sonrió.
Lee: ¡Nathan!- salté, y lo abracé.
Él soltó una risita, y rodeó mi cintura con sus brazos.
Nathan: Hola, pequeña entusiasta.
Lee: No molestes- me quejé-. Estoy un poquito acelerada porque he bebido un par de cocteles, es todo.
Nathan: Lo que digas- rió, y ambos nos sentamos-. ¿Cómo estás después de...?
Solté un bufido.
Lee: Oye, gracias. Estoy ebria para no recordar la estupidez que hizo, y tú quieres hablar de ello.
Nathan: Lo siento.
Suspiré.
Lee: Ni siquiera le hablo. Es un idiota, y está ebrio porque me niego a dirigirle la palabra, y aún así aquí estoy.
El alcohol quitaba todos mis filtros y no media en lo más mínimo lo que decía, bien podría estarle contando sobre los lunares ocultos en partes íntimas de Calum y no lo sabría.
Pero, por alguna razón -que yo creía no tenía nada que ver con el alcohol, aunque lo más probable era que sí- a Erik si se lo dije.
Lee: Ese video no era para mí... yo ni siquiera le pediría que grabara algo como eso...
Erik rió.
Erik: Estoy seguro que no, ya la has visto en persona, y bastante cerca la has...
Lee: No pienso hablar de sexo contigo, Kahl- gruñí.
Erik: Yo no he dicho nada de sexo- sonrió pervertido- Pero entiendo tu punto, lo que significa que se lo envió a alguien más. Creo que si voy a golpearlo, pequeña.
Lee: Quiere explicarlo, pero no lo quiero escuchar. Si admite que... y si lo niega...
Erik: Ven acá- me encerró entre sus brazos, pero lo único que había hecho era aspirar su perfume, y eventualmente, me había quedado dormida sobre su pecho, escuchando los latidos de su corazón.
Cuando podría haber estado contigo hoy.
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1 MENSAJE NUEVO DE: HEMMO.
7:36a.m.
Es un idiota.
5 MENSAJES NUEVOS DE: CAL <3
8:45a.m.
Habla conmigo.
8:45a.m.
Por favor.
8:50a.m.
Por favor.
8:53a.m.
Por favor.
9:00a.m.
Estoy acabado sin ti.
9:05a.m.
Angel.
3 MENSAJE NUEVOS DE: MIKEY G.
11:20a.m.
Tienes que hablar con él, no saldrá de su habitación que ha vuelto al revés, y está ebrio tocando su guitarra.
11:20a.m.
Melancólico de mierda.
11:21a.m.
Sé que lo quieres hacer sufrir, y el idiota lo merece, pero ¿yo qué culpa tengo?
Lancé a un lado mi teléfono que se negaba a dejar de vibrar, y gemí con la cabeza hundida en mi almohada.
Lee: Ugh, voy a morir- me quejé, arrastrando los pies hasta la cocina por un café. Estaba en medio de una de las peores resacas que había tenido jamás.
Jayne nos había conseguido una casa hace un par de semanas para que nos mudáramos del viejo y pequeño apartamento en el que vivíamos, y ahora cada una tenía su habitación; y su propio baño lo que mejoró un montón el tiempo de preparación por las mañanas, y la sala era una belleza con aquella televisión de plasma.
Layla: Ugh, voy a morir- repitió la rubia, saliendo de su habitación con el mismo aspecto de haber bebido demasiado alcohol la noche anterior que yo.
Skye: Y yo también- su cabello azabache estaba revuelto y su cara era peor que la de la rubia-. Joder.
Ninguna de las dos mencionó a Calum. Sabían como me sentía, y sabían que era duro, pero esta vez estaba dispuesta a tragarme mi dolor y no me iba a derrumbar. Al menos no lloraría, el alcohol era otra cosa.
Lee: Voy a hablar con Calum hoy- anuncié, dándole un trago a mi café. Agh, pensé, con una mueca ante el fuerte sabor-. Me...- me aclaré la garganta- No sé si estoy lista, pero mañana nos vamos a Alemania y... nunca lo voy a estar de todas formas. Tengo que... tengo que hablar con él.
Sus abrazos eran todo el consuelo que les iba a pedir, pero mientras de ponerme encima unos jeans y una camiseta, cuando salí de la casa, y después de bajar del taxi y estar frente a la puerta, me sentía cada vez peor.
Se rompe, pensé. No voy a poder con esto.
XXX: ¡Y UNA JODIDA MIERDA, ME LARGO! ¡JODANSE TODOS, HARÉ LO QUE ME VENGA LA PUTA GANA! ¡SOLO M...-La puerta se había abierto y aquellos preciosos ojos cafés me miraban fijamente, su boca abierta donde sus maldiciones acababan de morir, y su aspecto tan pobre como el mío.
Lee: Hola.
Bajó la mirada, y dio un paso adelante cerrando la puerta detrás de él con suavidad.
Calum: Hola- susurró.
Lee: ¿Tenías algo que hacer?
Negó, y se acercó.
Calum: ¿Quieres hablar? - busco mi mirada, y una vez que nuestros ojos se encontraron, no pude apartarlos-. Te vi con Sykes ayer.
Lee: Es la fecha de nuevo- le dije.
Calum: ¿Qué...? Oh- Al parecer él si podía, porque apartó la mirada y miró a todas partes excepto a mi rostro-. Lo siento.
¿Qué?
Lee: ¿Es una disculpa como en "estoy terminando contigo" o...?
Su mirada subió, y sus ojos se clavaron en mí de nuevo. Asustado, vulnerable, tanto que dolía.
Lo quiero demasiado, dios.
Calum: ¿Eso es lo que quieres?
Lee: ¡NO, DEMONIOS, NO! ¡Es que no me explico que demonios pasa, y me estoy volviendo loca! ¡Te amo, y me estoy rompiendo de nuevo! Me están partiendo el puto corazón de nuevo, ¿Qué no lo ves?
Calum: Angel...
Lee: ¡HICISTE UNA MALDITA PROMESA, HOOD! ¡EXPLICAME PORQUE MIERDA LO HICISTE! ¡EXPLICAME!
Calum: Era un video de cuando yo...- se calló, y yo lo miré con furia, esperando a que continuara.
Lee: Hood.
Calum: Estaba borracho, aún no sabía si iba a salir contigo, y yo solo...
Lee: ¿Porqué lo vió todo el mundo?
Calum: ¡YO QUE DEMONIOS SÉ!- espetó desesperado- ¿Crees que quería que todo el planeta me viera las pelotas? ¡Se filtró! ¡Fue un error, yo jamás debí de enviar...
Lee: Respóndeme una cosa: ¿Fue antes o después de nuestra primera noche en Australia?
Su mirada me lo había dicho todo.
Lee: Si... si yo hubiera tenido sexo con alguien más después de eso, y lo descubrieras ahora, ¿qué harías? - sus ojos brillaban, tristes, y tenían todas las respuestas que sus labios no podían formular.
Calum: No es lo mismo, yo no...
Lee: ¿Qué se supone que es lo que quieres de alguien si le envías un video así? ¿Saludar? "Hey, ¿qué tal? Mira mis pelotas"- le espeté irónica-. Ni siquiera debería importarme, no eras nada mío... y quizás debió de quedarse así.
Calum: Estamos terminando, ¿no?
Suspiré, y miré mis manos, colgando a mis costados.
Lee: Creo... que necesitamos distanciarnos por un tiempo.
Calum: Eso es terminar.
Lee: Si quieres que lo sea, lo será. Sigue con tu gira, yo con la mía, piensa, coge con alguna puta si te da la gana, yo haré lo mismo. Algún día nos encontraremos de nuevo, y entonces estarás seguro de qué demonios es lo que quieres.
Calum parpadeó, y susurró:
Calum: No voy a...
Lee: Entonces a enviar alguno de tus videos mostrando tu amigo allá abajo, aunque no creo que nadie necesite otro, ya hay uno navegando en cada red social existente- me encogí de hombros- Puede que sea cierto y enserio no lo hagas, pero puedes hacerlo si quieres. Adiós, Hood.
Calum: Te amo, Angel.
Lee: Y yo a ti. Y ya veremos si lo sigues haciendo la próxima vez que nos veamos.
Calum: Lo haré, lo haré siempre.
Lee: Esto es un hasta luego, entonces- le dediqué la mejor sonrisa que pude lograr, aunque sabía que mis rostro era un desastre de lágrimas y maquillaje corrido-. Hasta luego, Lum.
Calum: Hasta luego, mi Angel.
Habían sido tres meses desde aquello. Y todo había cambiado.

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