Veintisiete. (editado).

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El guardia tomó las trescientas maletas que llevábamos -como buenas señoritas que éramos- y las depositó en la máquina que las transportaría hasta el avión. Ya saben, mujer que se respete no puede llevar sólo una maleta.
Yo era feliz con mis converse y un par de camisetas, pero a nadie le importaba mi opinión, así que estaba obligada a vestirme con ropas complicadas y a cargar más equipaje del que realmente necesitaba. Por lo menos podíamos usar converse no importa qué.
Acabábamos de volver de México y pisamos suelo Inglés durante tres horas para reemplazar la ropa que llevamos a México por nueva, ajustar detalles y horarios del lanzamiento de nuestro CD al día siguiente, grabar un video para contarle al mundo sobre lo que estábamos haciendo y tratar de no morir por sobrecarga de trabajo en el intento.
Saldríamos del país de nuevo, porque aún teníamos otra entrevista que grabar en Australia.
Layla: No estés tan feliz—me regañó, con una sonrisita divertida en sus labios.
Lee: Cállate—le dije. Pero la verdad es que si estaba feliz, y tenía una sonrisa de idiota estampada en la cara que no podía ocultar.
@HaileyUnKlassic: “Australia, allá vamos yeeey!”
@KarinUnKlassic: “Estamos yendo a Australia para encontrarnos de nuevo con @OneDirection y @5SOS ¿¡Queeeé!? :D”
@LaylaUnKlassic: “Koalas, allá voy!!”
@MarUnKlassic: “Estamos reuniéndonos con @OneDirection y @5SOS de nuevo. Creen que esta vez si podré robar sus bajos? >)”
@SkyeUnKlassic: “Estar en una banda no es divertido cuando todos dicen ‘allá vamos Australia’ antes que tú. Ya nadie se va a sorprender si lo digo yo ¬¬”
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Pueden venir a los ensayos si quieren 5sos x
Ese mensaje estaba colgando en nuestra cuenta oficial de la banda, y no entendía por qué no podían llamar o algo. Estos chicos eran unos adictos al twitter.
@Ashton5SOS: “@HaileyUnKlassic has venido a probar el Vegemite finalmente?”
¿Lo ven?
@HaileyUnKlassic: “@Ashton5SOS Ustedes chicos me van a odiar si digo que apesta :s”
Aún no había probado el dichoso Vegemite, pero las demás chicas si, y habían dicho que era horrible. Incluso Karin. Y, hombre, si algo no le gustaba a Karin...podía comenzar a preocuparme.
Seppe se ofreció a llevarnos a donde sea que estuvieran los chicos. Teníamos la dirección, pero aun no sabíamos cómo ubicarnos en Australia.
Aparentemente, los chicos ensayaban en un tercer piso de un edificio en Sydney que les habían prestado mientras estaban en su país.
Acabábamos de bajar del taxi, cuando vimos a los chicos salir del edificio, tres de ellos vistiendo pantalonetas y camiseta y uno vestido completamente de negro, con botines, sus usuales jeans con agujeros en las rodillas y una camiseta de Green Day. Parecía vestir a propósito el beanie que me había quitado la última vez que lo había visto.
5SOS: Hola chicas—saludaron.
Todas: Hola—respondimos.
Ashton: ¿Qué le pasó a tu cabello?—le preguntó a Mar. —¿Porqué ahora tienen su propio Michael en su banda? Eso no es justo.
Calum: Versión chica de Mike
Luke: Y más linda que él, claro—estuvo de acuerdo con Calum.
Mar sonrió mientras veía el cabello, ahora azul, de Michael, y este fulminaba a sus compañeros de banda con la mirada.
Michael: Yo creo que es genial—dijo, pasando el brazo por los hombros de Mar y cruzando los tobillos para disminuir su altura un poco. Incluso para Mar, que era la más alta de nosotras, los chicos eran demasiado altos.
Karin: De hecho, combinan— sonrió, viendo el pelo celeste de Mar y el azul de Michael.
Mar: Toma una foto, Kar—le pidió.
Michael sonrió y le susurró algo a Mar en el oído. Mar le dio una sonrisa irónica y besó su mejilla cuando Karin tomó la foto, luego tomaron otra simplemente con sus brazos en sus hombros.
Mar: ¿Lo ves? No me importa—le sonrió y Michael rodó los ojos.
Calum: Ven—susurró en mi oído. Tomó mi mano y me jaló con él, alejándonos del grupo. Seppe nos vió y asintió, como si supiera lo que estaba pasando, llevó dos dedos a su frente e hizo una especie de saludo/despedida militar. Me despedí con la mano y dejé que Calum me llevara con él.
Lee: ¿Adónde vamos?
Calum: Por allí—se encogió de hombros y siguió caminando.
Lee: ¿Qué hay con mi mano? ¿No te importa que nos vean?
Calum: Me enteré de que estuviste por allí con los Brooks —dijo, serio.
Fruncí el ceño. ¿Eso que tenía que ver con esto?
Lee: ¿Por allí? No, los gemelos fueron al estudio de Londres, y luego las chicas y yo fuimos con ellos a comer
Calum se detuvo en la orilla de la calzada y extendió su mano libre frente a él, llamando un taxi, alternando su mirada entre la carretera y yo.
Calum: Lo que sea. Sé que le gustas a uno de ellos—ladeó su cabeza, entrecerrando los ojos en mi dirección. —Considérame celoso
“Oh.” Me sonrojé, sonriendo mientras miraba al piso.
Calum: Te extrañé, Lily— dijo entonces, apretando mi mano.
Lee: Te extrañé también, idiota— correspondí su sonrisa mientras le devolvía el apretón.
Subimos al taxi amarillo que acaba de detenerse junto a nosotros y Calum le dio una dirección extraña al conductor, que asintió y se metió en el tráfico de Sydney.
Lee: Cal, tenemos que estar a las cinco en...—susurré, pero fui silenciada por sus labios en los míos. Su beso tenía un sabor entre salado y amargo muy extraño, y su lengua luchaba con la mía por el control. Parecía casi...desesperado.
Lo alejé de mí poniendo una mano en su pecho, cohibida.
Lee: Estamos en un taxi, Cal—volvió a besarme, pero esta vez solo unió nuestros labios por unos segundos y luego se acomodó en su asiento, cruzando los brazos sobre su pecho, con una sonrisa de oreja a oreja.
Negué con la cabeza, divertida, viéndolo. Mis labios picaban y el sabor salado-amargo de Cal seguía en ellos.
Lee: ¿Qué estabas...comiendo?—le susurré.
Calum me miró con una sonrisa torcida, y no me respondió. El taxi entró en el aparcamiento de un centro comercial y se detuvo allí.
Bajamos, después de que Calum pagara el taxi (que yo había intentado pagar sin tener éxito) y entramos al centro comercial.
La cantidad de personas dentro era impresionante, y no pasó mucho tiempo hasta que alguien nos reconoció y pidieran fotos, e incluso descubrimos a un tipo grabándonos a la distancia. Calum saludó a la cámara, levantando una ceja, y seguimos caminando.
Lee: Esto es divertido de alguna manera, ¿no?
Calum sonrió, de acuerdo conmigo, y luego se acercó a mí y susurró:
Calum: Es por aquí. —Tomó mi mano y entrelazó mis dedos con los suyos. Su sonrisa se tornó traviesa. —Te dije que estaba celoso, esto es como le muestro al mundo lo que es mío.
“Lo que es mío.” No puede estar diciendo esas cosas, no puede hacer que el corazón de una chica se acelere tan seguido. ¿Pretende matarme?
Se detuvo frente a un local con un elaborado frente de madera y vidrio, con un letrero que decía Marble’s en caligrafía dorada.
Calum: Bienvenida al lugar más increíble de Sydney. —abrió la puerta, y un fuerte olor a madera inundó mis fosas nasales.
Lee: ¿Estamos en...?—miré maravillada a todas partes, admirando cada artefacto, cada instrumento, cada cosa en el lugar.
Cal asintió, con una sonrisa.
Calum: Escuché por allí que querías aprender a tocar algún instrumento, así que...este es el lugar para empezar.
Una tienda de música. Vinilos, CD’s, guitarras: acústicas y eléctricas de todos los tamaños, bajos, baterías, pianos, trompetas, violonchelos. Podía enloquecer. Podía morir tranquila.
Contuve un chillido ridículo de emoción y caminé a su lado, viéndolo todo. Pero mi sonrisa imposible de esconder me delataba. Para alguien que amaba la música, que se dedicaba a ella, aquello era de las mejores cosas que le podían pasar. Ir a esa clase de lugares era como entrar a un mundo distinto. Olía a música, si eso era posible. O tal vez había leído demasiados fan fiction y estaba comenzando a hablar como rayita. Oh dios mío. Bórrenme de la faz de la Tierra antes de que eso pase.
Calum: Puedo verlo en tu rostro—susurró.
Alcé la cabeza y lo miré.
Lee: ¿Qué?— le pregunté, en parte porque estaba en mi mundo y no estaba prestando atención; pero también porque, si lo que creía haber escuchado era correcto, no sabía que quería decir.
Calum: Esa expresión de sentirse en casa que tiene todo aquel que ama la música de verdad cuando se encuentra con este tipo de cosas. —dijo. ¿Quién era rayita ahora?
Metió las manos en los bolsillos de sus jeans oscuros, encorvando su espalda y luciendo terriblemente lindo.
Calum: Es un lugar increíble, ¿no?
Lee: Lo es
XXX: Me alegra que crea eso, señorita—una voz ronca detrás de mi dijo. Me volví y vi a un señor mayor, vestido con un pantalón negro y una camisa de vestir blanca arremangada. Su rostro era amable, como el de CASI todos los señores mayores, y sus ojos claros nos miraban detrás de unos delgados lentes.
Calum: Sr. Marble
El Sr. Marble sonrió.
Sr. Marble: Hola, Calum. Largo tiempo sin verte, debo decir.
Calum se encogió de hombros.
Calum: ya sabe, voy y vengo como el viento...pero siempre es un placer venir aquí
Sr. Marble: Y esta vez trajo compañía
Le di una sonrisa tímida.
Lee: Hola, Sr. Marble
Calum: Ella es Hailey Blue, mi novia.
Me atraganté con mi propia saliva, y tosí.
Sr.Marble: Vaya. Bueno, Hailey, mi nombre es Lawrence Marble, es un placer. —nos dió una sonrisa.
Lee: El placer es mío
El Sr. Marble sonrió.
Sr. Marble: Y bueno, ¿Qué los trae por aquí?
Calum: Como el experto que usted es, me preguntaba si podía ayudar a Hailey a escoger un instrumento.
Lee: ¿Eh? Cal...
Sr. Marble: Oh, puedo hacer eso—sonrió. —Síganme
Nos llevó con él a lo largo del pasillo, y se detuvo frente a una puerta que decía “No pasar”. La abrió y se hizo a un lado, indicándonos a Calum y a mí que entráramos.
Pasamos junto a él y un cuarto lleno de instrumentos se extendió ante nosotros. Había uno de cada uno, y todos parecían ser usados diariamente. Un piano de ébano negro estaba junto a la ventana, y a su lado una guitarra acústica de un tono azul oscuro. Sobre una mesa una silla había un estuche de violín, en la esquina habían varios amplificadores con un instrumento diferente: una guitarra, un bajo y otros que no conocía. Una trompeta, un saxofón, una batería incluso.
Lee: Esto es...wow
Calum: El Sr. Marble puede tocar la mayoría de los instrumentos que ves
Sr. Marble: Y los que no, aun están en proceso de— dijo con una sonrisa. — Verás, soy un amante de todos y cada uno de estos instrumentos.
Lee: Tocar la mayoría de...eso es impresionante...y muy genial— Apenas podía soñar con algo así. Había tratado de aprender a tocar el piano cuando era niña, pero era muy complicado y apenas podía con tantas teclas y tantos sonidos. — ¿Sr. Marble?
Sr. Marble: ¿sí?
Lee: Podría... ¿podría tocar el violín para mí, por favor?
Los ojos del Sr. Marble se iluminaron, como los de un niño cuando le piden enseñar el nuevo truco que aprendió a hacer con uno de sus juguetes.
Sr. Marble: Claro que si, niña— caminó hasta el estuche del violín y lo abrió. Un precioso violín de la más pulida y brillante madera quedó a la vista, sus cuerdas pidiendo ser tocadas no podían ser ignoradas, y el Sr. Marble las complació. Acomodó la base del violín en el espacio en el que terminaba el hombro y comenzaba su cuello y llevó el arco a las cuerdas con un movimiento elegante.
Calum: Nunca me dijiste que te gustaban este tipo de cosas—me susurró.
Lee: Me gusta la música, en todas sus facetas: rock, pop, clásica, blues. El violín es uno de mis viejos amores de la infancia— el Sr. Marble deslizó el arco y un hermoso sonido salió de él.
La canción que el Sr. Marble escogió era triste y parecía contar una historia de amor no conclusa. Las notas del violín, siempre tenían un poderoso efecto en mis emociones, su música siempre llegaba hasta el más recóndito espacio de mí ser y lo llenaba. Podía parecer ridículo, pero así era. 
Después de eso, el señor Marble me había dejado explorar con los instrumentos hasta que encontrara alguno que me gustase, por lo que había demostrado mi nulo talento en la trompeta y el clarinete. Podía tocar Palillos Chinos en el piano (porque eso era todo lo que recordaba) y un par de acordes en la guitarra eléctrica. Pero cuando llegué al bajo, sabía que lo había encontrado.
Calum: ¿Puedes hacer algo con eso?
Tenía una buena memoria y podía copiar un par de posiciones de dedos que había visto a Mar hacer, y el sonido grave y pesado que salió del amplificador cuando rasgué las cuerdas había sido genial.
Lee: Whoa— murmuré, encantada.
Calum se colocó detrás de mí y puso su mano sobre la mía, que estaba rodeando el mástil, acomodando mis dedos en una posición que yo no conocía.
Calum: No muevas los dedos—se movió hacia mi derecha y, rodeando mi cuerpo con su mano derecha, hizo su magia y tocó tres cuerdas de forma consecutiva. — Ahora desliza tu mano hacia la izquierda— me abrazó por atrás y guió mi mano— Así.
Lo miré sorprendida. Reconocía la canción.
Lee: ¿Beside You?
Me miró, aun detrás de mí, sus ojos brillaban de la forma traviesa y alegre en la que sus ojos oscuros siempre lo hacían.
Calum: Me sorprende que puedas reconocer una canción por el sonido del bajo.
Le di una pequeña sonrisa.
Lee: Me gusta separar los instrumentos cuando escucho una canción
Calum: Eso es destrozar una canción.
Lee: No lo es. Si centras tu atención en un instrumento mientras los demás aún tocan, todo adquiere un sentido diferente. Puedes escuchar como los demás sonidos se unen a ese instrumento...y es genial. Es lo que hace especial a cada canción, la forma en la que todo se acopla y crea algo único y hermoso.
Sr. Marble: Me gusta hacer eso también. Las armonías en una banda son de las mejores cosas para escuchar, en instrumentos o en voces
Lee: ¿Ves?— le dije a Cal, y luego me volví hacía el señor Marble y le dije: —Creo que me gusta esto...el bajo
Calum alzó las cejas, con una sonrisa torcida.
Calum: Me gusta eso.
Sr. Marble: De acuerdo. Entonces escojamos un bajo, vamos
Pase la faja del bajo por mi cabeza, y lo devolví a su lugar encima del amplificador.
El señor Marble nos llevó fuera de esa habitación y hacia la sección de la tienda en la que tenía los bajos. Calum parecía tan emocionado como yo. Después de todo, este era su instrumento, su especialidad.
Calum: ¿Crees que pueda llevarme uno yo también?
Lee: Eres como un niño
Calum: Lo sé— sonrió.
Idiota.
Buscamos entre la gran colección que tenía el señor Marble de bajos, y descubrí que Calum era incluso peor que un niño.  Cada vez que veía un bajo de distinta forma o color a los que ya tenía, sus ojos se iluminaban y acariciaba las cuerdas y el cuerpo del instrumento, con una admiración y deseo indescriptibles. Así era como sabías que realmente le gustaba lo que hacía.
Así era como yo sabía que realmente me gustaba. El bajo. Y Calum.
Negarlo ya ni siquiera era creíble.  Mierda.
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Hola

Quiero avisarles que probablemente no actualice en el siguiente mes porque tengo examenes finales y realmente necesito estudiar. Trataré de subir aunque sea un capitulo en partes, pero no prometo nada. Si no hay actualización, ya saben el motivo.

Pero, hey, es solo un mes, y luego podré dedicarme por completo a mis fics (todos ellos) y estarán leyendome (digamoslo así) bastante seguido

Gracias por leer

Hai xx

UnKlassicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora