Once.

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»»UNA SEMANA DESPUÉS««

De: Nathan   3:12p.m

Tengo que hablar contigo

Para: Nathan   3:12p.m

Habla

De: Nathan   3:13p.m.

 En persona, Lee

Para: Nathan   3:14p.m.

Oh :)  dime cuando

De: Nathan    3:14p.m.

¿Esta noche?

Me rasqué la cabeza, pensando si tenía pendientes para hoy. Mierda. ¿Qué clase de adolescente se pone a pensar “si tiene pendientes”? Oh, demonios. Ensayo técnico. Suspiré. Jayne nos tenía ensayando todos los días.

Para: Nathan   3:18p.m.

 Tengo ensayo en la noche. Jayne nos tiene en esto todos los días ¿quieres venir? x

De: Nathan   3:19p.m.

Allí estaré. Nos vemos x

Rodé sobre mi estómago en el suelo de la sala de espera junto al estudio de grabación y bostecé.

— ¿Lee? Tu turno— Jayne llamó, asomándose por la puerta del estudio, del que salió Skye, con su gorrito blanco de lana sobre su pelo negro, la sudadera del grupo y unos shorts. Andaba unas medias y sin zapatos.

Me arrastré unos metros, gateé y finalmente di un salto y me puse de pie. Entré al estudio. El aire acondicionado estaba encendido y hacia que mis pies se congelaran aunque estuviese usando mis Converse. Tenía puesto un short holgado negro y una camiseta rosa pálido pegada al cuerpo de tirantes finos y sobre ella, una suéter de lana de color caqui muy holgada.

Entré a la habitación de cristal en la que había un micrófono enorme y unos audífonos. Me los puse y miré a Wayne, a Jayne y al productor, a la espera.

Atenuaron las luces porque sabían que me encantaba el ambiente semi oscuro para estos momentos y pusieron la pista de Be Your Everything. Las partes que Karin y Skye tenían ya estaban grabadas, por lo que yo tenía que cantar mi solo y hacer algunos “fondos”, además de tratar de crear una buena armonía en los coros. Era bastante difícil. Tu voz tiene que sonar lo más bien que se pueda, afinada y clara. Y al mismo tiempo tiene que sonar bien junto a las otras cuatro voces de las chicas. Curiosamente, siempre nos había parecido que hacer una armonía cuando estábamos cantando las cinco al mismo tiempo era más fácil que hacerlo por separado cuando estábamos grabando. Raro.

Después de grabar mi parte, que no era mucha en esta canción, salí de allí con toda la intención de ir a echarme una siesta. Al fin y al cabo, todavía faltaban Layla y Mar de grabar. Eso iba  a tomar su tiempo.

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— ¡Lee!— entró a la sala de ensayos canturreando y dando saltitos, con una sonrisa en su rostro

— ¿Qué?— farfullé, alzando la cabeza del sillón, donde me había quedado dormida.

— ¡Tienes visita!— La miré interrogante, pero ella solo movió su cabeza hacia la puerta. Jayne sonrió y me dejo salir por un rato.

Cuando crucé la puerta y la cerré, dos brazos rodearon mi cintura desde atrás. Di un gritito ahogado y luego me reí cuando descubrí quien era. Nathan. Me soltó y yo me volvió hacia él.

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