Especial "The Lost Tapes"

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N/A: Por alguna razón, mientras editaba el capitulo antes de subirlo, me di cuenta de que tenía otra carpeta donde estaba acumulando “escenas cortadas”, lo cual es divertido, porque es como si fuese una película o algo así. Como sea, algunas de estas fueran escritas hace tiempo, otras son más recientes, están en orden, y la mayoría ni siquiera afectan la historia, es solo que las tenía escritas y quería publicarlas :)

 

****Después del concierto de One Direction en Australia, capítulo 24****

Calum rodó debajo de mí y dejó que mi cabeza cayera en el colchón, sin él como soporte.

Lee: Ow, estaba cómoda allí y....—Calum se había puesto sobre mí, solo que estaba al revés. Sus ojos estaban diez centímetros encima de mi, fijos en los míos. Esos ojos cafés brillaban y no podía dejar de verlos, eran hermosos.

Calum: Tus ojos son tan... ¿cómo demonios alguien tiene los ojos dorados con azul y verde?

No podía ver su boca, pero sabía que sonreía.

Lee: ¿Qué demonios estás haciendo allí arriba, Calum?—le pregunté de vuelta.

Calum: Echando un vistazo, nada más. Tienes los ojos más preciosos que haya visto. Creo que debo aprovechar ahora que estoy aquí

 Me sonrojé y le pregunté:

Lee: ¿Aprovechar q-?— se movió y puso su boca sobre la mía. Se alejó al siguiente segundo y me miró. Me senté y quedé frente a él. —Eso no es justo.

Calum: ¿Qué no es justo?

Lee: No puedes ir por ahí besando a la gente. —me acerqué a él, con todo y mis mejillas ardiendo. Uní mi boca a la suya y lo sentí sonreír. Sabía a lo que me refería. El me había besado todas esas veces, quería tener la iniciativa por lo menos una vez.

 Ah, qué demonios. Me encantaba Calum. Era demasiado tarde para pensar en si enamorarse o no.

El primer beso real. Eso era lo que estaba pasando.

Cristo. ¿Esto va en serio?

Su mano se posó en mi nuca, atrayéndome hacia él. Puso su otra mano en mi pierna y luego cuando encontró su objetivo, mi mano libre, entrelazó sus dedos con los míos. El muy maldito sabía cómo cambiar el control del beso, porque era él quien exigía, quien estaba totalmente...jugando con el borde de mi camiseta.

Peligro, gritó mi cabeza, este es un terreno que nunca has pisado, Lee, ten cuidado.

Su mano se infiltró debajo de mi camiseta y se detuvo en mi cintura, su mano sobre mi piel desnuda.

¿Con qué eso quieres?

 Rompí el beso y me dediqué a morder el lóbulo de su oreja, mientras escuchaba como su respiración se detenía y se quedaba inmóvil. Quizás él no era el único que tenía el control.

Calum: Quizás no deberíamos...— farfulló. —Estoy...

Lee: Oh dios mío—vi a que se refería. LO VI. Por mucho que luché, una sonrisa divertida apareció en mi rostro.

Calum: Eso es lo que provocas—refunfuñó.

Me reí, y con toda la malicia, deposité otro beso en sus labios. Gruñó y se puso de pie, caminando por la habitación.

Sus pantalones no podían ocultarlo. Una extraña curiosidad me había invadido, porque era la primera vez que veía lo que podía causar a un chico. Una enorme erección, un bulto visible incluso con sus pantalones semi-holgados.

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