CAPITULO 31

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Media hora antes del show...

Me dejé caer en el sillón del backstage mientras veía a Calum ignorarme descaradamente. Me sentía rechazada, incluso cuando ni siquiera había intentado hablarle, porque el simple pensamiento de que me ignorara y pasara de mi era horrible.

Estás sobreactuando, tampoco es que hicieses algo malo. 

Probablemente lo estaba. Claro que sí. Pero igual me sentía como horrible aunque estuviese consciente de eso.

Lee: Mierda— gemí, desordenándome el cabello con las manos, frustrada.

XXX: Apuesto a que tu estilista tardo un par de horas en ese peinado, y has hecho un desastre de él en menos tres segundos— una voz ronca rió detrás de mí.

Me volví y me perdí unos segundos en aquellos ojos verdes que tanto me gustaban. Nathan estaba allí de pie, impecable y listo para salir al escenario, mirándome con su sonrisa divertida de siempre.

Lee: Demonios, si Catelyn ve lo que acaba de hacer con su último trabajo antes de que Luna la reemplace, estoy muerta— pasé mis manos por mi cabello, intentando devolverlo a su estado inicial.

Nathan soltó una carcajada.

Nathan: Déjame ayudarte— rodeó el sillón y se sentó a mi lado. Me miró con una sonrisa y llevó sus manos a mi cabello, ayudándome a reparar el caos que había hecho con mi cabello. Peinó un par de rizos lejos de mi rostro, deteniéndose unos segundos a jugar con ellos, como solía hacerlo antes.

Lee: Gracias— le dije, con una media sonrisa. Entonces divisé a Calum unos metros allá, mirándonos mientras echaba fuego por los ojos, y mi sonrisa desapareció. Lo vi decirles algo a los chicos con los que estaba, y luego pisotear hacia nosotros.

Calum: Hailey— dijo, deteniéndose frente a mí. — ¿Podemos hablar?

Miré a su rostro, su pequeño ceño fruncido mientras miraba hacia otro lado, y a sus manos hundidas en sus bolsillos. Y luego a Nathan, que solo asintió, y yo me pregunté cómo demonios esto no me resultaba incómodo en absoluto, teniendo a mi ex y al chico que me gustaba frente a mí, uno al lado del otro.

Me puse de pie, despidiéndome con la mano de Nathan, y seguí a Calum afuera del backstage, hacia el estacionamiento. Él caminaba delante de mí sin decir una palabra, y cuando atravesamos la puerta de salida, simplemente se volvió y me besó, poniendo sus manos en mis mejillas para pegarme aún más a él.

Nunca había experimentado un beso así, posesivo, hambriento, demandando ser respondido. Sonreí contra sus labios, divertida ante su obvia demostración de celos, y rodeé su cuello con mis brazos, atrayéndolo aún más contra mí. 

Calum: No vuelvas a hacer eso nunca más, Hailey— me susurró con su voz ronca, su frente pegando con la mía.

Lee: Calum...

Calum: ¿Por qué me haces esto, eh?— murmuró, rodeándome con sus brazos, y hundiendo su cabeza en mi hombro. — ¿Por qué me duele tanto que le sonrías a otro chico? ¿Por qué quiero moler a golpes a cada chico que se acerca a ti? ¿Qué has hecho conmigo? — se alejó un poco de mi, y me miró fijamente.

Yo debería de ser la que pregunte eso, Hood. ¿Por qué tienes el poder de decir tres palabras y hacer que derrita por completo?

Era mi turno de besarlo. Porque mi corazón iba a estallar si seguía hablando de una forma tan encantadoramente tierna y celosa al mismo tiempo.

Lee: Creo que me gusta mucho este Calum celoso— dije, mordiendo su labio inferior cuando rompimos el beso en busca de aire.

Calum: No estoy celoso— farfulló, su mirada fija en mis labios, mientras mordisqueaba los suyos propios.

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