Capítulo 3.

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Un sonido molesto, realmente molesto, me hace despertar de mi hermoso sueño en donde Harry Styles hacia el papel de mi príncipe azul.

Gruñi molesta, si algo odio es que me despierten en medio de sueños como esos, se sienten tan reales como si de verdad estuvieran pasando, en fin. El estúpido despertador me empezaba a taladrar los oídos pero a los dos minutos, donde estuve intentando tapar mis oídos con la almohada para no escuchar ese molesto sonido, la alarma deja de sonar, gracias al cielo.

Me voltee del lado contrario dispuesta a dormir de nuevo pero el despertador volvió a sonar haciendo doler mis odios otra vez.

Abrí los ojos lentamente intentando acostumbrarme a la luz que se colaba por la ventana, me incorpore en la cama aun molesta imaginando todas las cosas malévolas que podría hacerle a ese pedazo de metal.

Me sujete la cabeza y jale mis cabellos castaños con fuerza, completamente desesperada y molesta.

Agarre entre mis manos el maldito cacharro infernal y lo lanze a la otra esquina de mi cuarto con las pocas fuerzas que mis debiluchos brazos poseían. El pobre aparato chocó contra la pared lo que hizo que se rompiera en un millón de pedacitos, hice una mueca cuando me percate del error que había cometido.

Bueno por lo menos ya no suena.

Me tire de nuevo en la cama y cerré los ojos, pero un recuerdo me hizo incorporarme rápidamente como si la cama estuviese hecha de espinas.

—Oh santa madre de los unicornios... Hoy entro a la escuela —dije alterada con los ojos abiertos como un par de platos —No, no, no, no —decía mientras hacia un mini berrinche, me gire sobre la cama y empeze a buscar mi celular que todas las noches descansa en la mecita a lado mio, desbloqueo la pantalla y veo la fecha.

07/15/2015
Lunes 06:45

Decía en la pantalla de mi celular indicándome que si, hoy había clases... amenos que haya una invasión extraterrestre o una apocalipsis zombie, sonreí maleficamente pero la borré de inmediato cuando me percate de que que seguía con vida y con todas mis partes en su lugar, gruñi. Otra idea llego a mi cabeza  y enseguida puse mi total esperanza.

Puede que este lloviendo.

Puede que haya un huracán gigantesco y peligroso y gracias a ello las clases se cancelaran. Miro por la ventana con algo de esperanza desde mi cama y lo único que mi vista percibió fue un cielo azul y un sol feliz de darnos los buenos días.

Pff, que mal.

—Ay no dios mio, ¿Que hice yo para merecer esto? —dije dramáticamente.

Afuera de mi habitación se escucharon pasos seguidos de la voz de mi padre tocando la puerta, luego la abrió.

—¿Hija, estas presentable? —preguntó mi padre parado en la entrada de mi cuarto con los ojos tapados con sus manos.

—Amm ¿Si?... Supongo —respondí no muy segura con el nerviosismo a flor de piel ya que era un poco tarde y yo seguía envuelta en las sabanas con la pijama aún puesta.

Mi padre se destapo sus ojos de un tirón y lo primero que hicieron fue abrirse hasta que no pudiesen mas al percatarse de las fachas en las que estaba y no bañada con la ropa ya puesta.

—¿Que? ¿Por que aun no estas lista? —pregunto algo exaltado —¿Tienes idea de que hora es?.

—Mmm si, ¿Creo? —le dije o mas bien pregunte —Es que me quede dormida —le digo inocente al ver su cara que realmente me daba miedo, me quede inmóvil en mi lugar.

El es mi problema ~ C.D. (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora