- Buenas tardes, Ann -Sister saludo con su típica amabilidad, Ann respondió de igual forma- Por favor, toma asiento. ¿Quieres café?Ella asintió y continuamente entro Sodo con una bandeja. Lo saludo y sonrió, el ghoul se mantuvo serio como siempre lo hacía en presencia de Sister. Sirvió dos tazas de café acompañadas de algunos bocadillos simples para las dos mujeres, parecía que tendrían una charla larga.
El ghoul salió de la habitación dejando solas a las dos mujeres, se mantuvo un corto silencio mientras Sister tomaba un sorbo de su café.
- Dime, Ann. ¿Qué es lo que deseas? -no tardo en alzar una ceja por la confusa pregunta.
- ¿De qué habla?
- Todos queremos algo en esta vida, Ann; sin excepciones, y yo estoy para ello -ella le sonrió aún manteniendo el contacto visual.
- No deseo nada -ella respondió sin más con cierta desconfianza- ¿Qué hay de los otros? ¿Qué es lo que querían ellos? Aún confío y pienso muchas cosas sobre usted.
Una risita se mantuvo en la habitación para continuar con un breve silencio interrumpido nuevamente con la mas mayor.
- Todos los papa han querido poder, Special Ghoul o como lo llaman, Phil, él queria protección hacia su amada -tomo un momento para hablar nuevamente- todos, absolutamente todos obtuvieron lo que querían por mi, sin embargo, se desviaron de su objetivo, Ann... A excepción de mi querido hijo, Copia.
- Llegue al punto, por favor -Ann estaba con una incomodidad molesta, toda su confianza se había acabado y deseaba irse.
- A los que me fallan los elimino, solo me deshago de ellos, son inútiles e inservibles, tan solo un par de cuerpos sin uso. Yo les puedo dar todo y ellos, tan solo fallan.
- Entonces, fue usted quien los mato ¿No es así? -Sister asintió.
- Eso no es lo que quiero decirte... Vuelvo con la pregunta inicial ¿Qué es lo que deseas, Ann? ¿Qué anhelas más en este mundo?
- No tengo la necesidad de responder tal pregunta.
- Se que quieres algo, no puedes mentir.
- No, gracias -la rechazo nuevamente y se levantó tomando su tiempo.
- Puedo conseguir lo que quieras, Ann. Absolutamente todo lo que quieras, tan solo te pido que confíes en mí y me jures lealtad.
- Gracias por el café, Sister -la menor camino hacia la puerta, antes de detenerse por unas últimas palabras de Sister.
- Te lo pregunto por última vez, Ann ¿Qué es lo que quieres?
Mi Libertad, Sister.
Ann volvió a su habitación con un cierto mal sabor de boca, sentía que había hecho mal, aún así, sentía que era lo mejor. Preocuparse por sus propios intereses no era algo que comúnmente tenía en cuenta, sin embargo, las cosas últimamente eran diferentes para ella, quizá pensar en si misma y lo que desea no está de más.
Se recosto en la cama mirando hacia el techo, reflexionando sobre los nuevos lazos que había formado. Sister, de quién había sospechado y desconfiado ahora era su aliada, una que sin ella saber le beneficiaria más de lo que pensaba. Sus actos fueron asquerosamente malos pero, quizá y solo quizá lo merecían al no cumplir los acuerdos pactados.
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Días pasados dónde no había ningún cambio significativo en el clero, tan solo días comunes y corrientes; la primavera había llegado y rápidamente el ambiente se torno verdoso con algunas manchas de colores a raíz del florecimiento de los arbustos. Pronto en la mañana Copia despertó con más energía, que rápidamente quería descargar con su amada. Le encantaba estar con ella por la mañana, pues así se despertaba del mejor humor y empezaba bien el día, ya era común.
Ann por su lado no se encontraba del mejor ánimo, desde hace días le había sentado mal la comida por lo que se encontraba enferma; mantener relaciones en ese estado no era algo soñado para ella, lo único que quería era descansar todo el día. Ann, intentando calmar sus males con la magia, aún así eso no ayudaría en nada, estaba tan debilitada que no era capaz de hacer mucho.
Se arropó en su cama y rápidamente a pedido de Copia los ghouls trajeron comidas calientes y ligeras para su pronta mejoría. Ella agradeció con una sonrisa y empezó a comer despacio, sin embargo, la comida pronto le llegaba a asquear. Ella se disculpó con Copia a lo que el alego que sería algo normal al estar enferma. Ann, siguió comiendo a paso de tortuga hasta que no pudo más y dejo los alimentos a medio comer. De nuevo dormiría.
Una de las Ghoulette, Sunshine se acercó a ella con un té de hierbas, algo casero con un toque de miel para endulzar. Simple pero relajante. Tomo su momento para mantener una breve charla mientras Sunshine estaba observándola, la Ghoulette era gran observadora y rápidamente se fijó en el problema y razón de su enfermedad, pues realmente no era algo tan importante sonrió al saberlo y se acercó a ella.
- ¿Aún no sabes porqué estás de esta manera? -Ann nego.
- Supongo que alguna comida estaba en mal estado, no es para tanto ¿no crees, Sunshine?
- Claro, no lo es -ella suspiro y le sonrió nuevamente- Ann, ¿no has pensado que es otra cosa?
- ¿Cómo qué?
- Yo bueno... Ann, siento algo más -Sunshine se acercó más a ella y le tocó el hombro- Hay alguien más -sin dudar tocó el abdomen de Ann, de inmediato lo entendió y nego con la cabeza.
- Para nada, no es eso -ella rió con cierta duda- no lo creo, a mi edad debe ser imposible.
- Ann, como bruja aún tu cuerpo se mantiene jovial y nuevo, dime ¿Hace cuánto no llega tu mestruación?
Ann se torno más palida de lo que estaba y se quedó pensando, sin mentir ella llevaba al menos un mes y poco más sin que llegara algo de sangre. Nego con la cabeza repetidas veces tratando de negar lo imposible, pero, era verdad.
Ann
Estaba embarazada
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A la Cima del Poder - Papa Emeritus IV FanFic - LIBRO 2
FanfictionLIBRO 2 Desde abajo, en sombras despreciado, un alma audaz en busca de su voz, asciende sin cesar, decidido y honrado, a la cima del poder, donde hallará su voz. Cargos menores no frenaron su pasión, sueños ardientes lo llevaron a crecer, hasta que...