La noche envolvía el castillo en una misteriosa penumbra. Vanessa y Special Ghoul se encontraban en uno de los balcones, iluminados únicamente por la suave luz de las velas que los rodeaban. El silencio de la noche se rompía solo por el suave crepitar de las llamas.
Vanessa se aferraba a la baranda del balcón, su mirada perdida en el horizonte oscuro. El viento nocturno susurraba en sus oídos, como si llevara consigo secretos y suspiros del pasado.
Special Ghoul se acercó a ella, envolviéndola con un cálido abrazo que transmitía seguridad. Contemplaban juntos el cielo estrellado.
- Vanessa, sé que las noches pueden ser difíciles para ti, pero quiero que sepas que no estás sola en esto. Estoy aquí, siempre estaré aquí.
Vanessa apoyó su cabeza en el pecho de Special Ghoul, sintiendo el latido de su corazón. Sus ojos se llenaron de tristeza y melancolía.
- Lo sé, mi amor. A veces siento como si esta enfermedad quisiera arrebatarme la vida lentamente, y eso me llena de temor.
Special Ghoul acarició suavemente el cabello de Vanessa y besó su frente con ternura.
- Te entiendo, Vanessa. Pero también sé que eres fuerte y valiente. Cada día que pasamos juntos es un regalo, y debemos disfrutarlo al máximo.
Vanessa levantó la vista hacia él, sus ojos brillando.
- Supongo que no puedo permitir que el miedo gobierne mi vida. Debemos vivir cada momento como si fuera el último.
Special Ghoul asintió y la miró con amor.
- Eso es exactamente lo que quiero para nosotros, mi amada Vanessa. Quiero que vivamos intensamente cada instante que tengamos juntos.
Las velas parpadeaban a su alrededor, creando un ambiente íntimo y romántico. A pesar de las dificultades que enfrentaban, el amor entre ellos era un faro de luz en la oscuridad de la noche, guiándolos hacia un futuro incierto pero lleno de amor y esperanza.
Mientras Vanessa y Special Ghoul compartían su íntimo momento en el balcón, en lo alto del castillo, oculto en las sombras de una ventana, un misterioso observador los espiaba con envidia y recelo. Su figura permanecía oculta, y su presencia era apenas un susurro en el viento nocturno.
Los ojos del observador brillaban con una luz maligna mientras observaba a la pareja con interés morboso. No se podía distinguir quién era ni cuál era su objetivo, pero el aura de misterio que lo rodeaba era palpable.
Las velas que iluminaban el balcón proyectaban las sombras de Vanessa y Special Ghoul en la pared cercana, creando una danza de siluetas que el observador observaba con atención.
El observador permaneció en su escondite, sus pensamientos ocultos detrás del misterio. La noche continuaba su curso, y el destino de Vanessa y Special Ghoul seguía siendo un enigma que solo el tiempo podría revelar.
La noche envolvía el castillo en un oscuro manto, y Vanessa dormía en su lugar de descanso, ajena a la pesadilla que se cernía sobre ella. Sin embargo, en los recovecos de su mente, la pesadilla comenzó a tomar forma.
Vanessa se encontraba en un lugar siniestro, envuelto en sombras y susurros inquietantes. El pánico se apoderaba de ella mientras intentaba desesperadamente escapar de una presencia oscura que la perseguía implacablemente.
La sombra era una entidad malévola, sin rostro ni forma definida, que se movía con una agilidad espeluznante. Cada vez que Vanessa intentaba huir, la sombra se acercaba más, como si estuviera conectada a sus pensamientos y emociones.
El miedo la atrapaba, y su respiración se volvía entrecortada. Corrió por pasillos interminables y habitaciones vacías, pero la sombra siempre estaba un paso detrás de ella, susurrando palabras de terror en su oído.
Vanessa sentía que sus fuerzas la abandonaban y que no podría escapar de esta pesadilla. La sombra se acercaba cada vez más, y el miedo la paralizaba. En un último acto de desesperación, Vanessa se volvió hacia la sombra y gritó con todas sus fuerzas.
En ese momento, un destello de luz apareció en la pesadilla, y la sombra retrocedió, emitiendo un grito de agonía. La luz se intensificó, rodeando a Vanessa y disipando la oscuridad a su alrededor.
Finalmente, Vanessa despertó en su habitacion, empapada en sudor y con el corazón latiendo desbocado. La pesadilla había terminado, pero la sensación de miedo y opresión persistía en su mente.
Por otra parte la noche envolvía el castillo en un manto de tranquilidad, Copia y Ann se encontraban en un rincón apartado, alejados del bullicio del día. Las estrellas brillaban en el cielo nocturno, iluminando su escondite secreto.
Copia miró a Ann con una sonrisa pícara, sus ojos centelleando con complicidad a la luz de la luna.
- Ann, ¿alguna vez te he dicho lo hermosa que te ves bajo la luz de las estrellas?
Ann rió suavemente, sintiéndose halagada por el halago de Copia.
- Tal vez una o dos veces, pero nunca me canso de escucharlo.
Copia se acercó a Ann con gracia, sus manos acariciando suavemente su mejilla.
- No puedo evitarlo. Eres como una estrella en mi vida, siempre brillando con tu luz única.
Ann le sonrió con ternura y colocó una mano en el pecho de Copia.
- Y tú eres mi constante en esta vida llena de misterios y magia. Eres mi ancla en la oscuridad.
Copia inclinó la cabeza y sus labios se acercaron a los de Ann en un beso suave y apasionado. Sus labios se encontraron en un baile íntimo mientras el viento nocturno susurraba alrededor de ellos.
Cuando se separaron, Copia miró a Ann con un brillo travieso en los ojos.
- ¿Sabes, Ann? Las noches como estas me hacen pensar que deberíamos pasar más tiempo a solas, explorando nuestras propias magias.
Ann arqueó una ceja, su sonrisa picarona coincidiendo con la de Copia.
- ¿Y qué tipo de magia tienes en mente, mi amor?
Copia se inclinó hacia Ann, susurando con voz sensual en su oído.
- La magia que solo tú y yo podemos crear juntos.
Copia continuó mirando a Ann con ojos traviesos mientras sus dedos jugueteaban suavemente con el borde de su camisón.
- Ann, este castillo puede ser un lugar frío y solitario en las noches, ¿verdad?
Ann sonrió, captando la insinuación de Copia. Sus ojos brillaban con complicidad.
- Sí, a veces sí lo es. Pero eso hace que cada momento cálido sea aún más especial.
Copia se inclinó un poco más cerca de Ann, su aliento rozando su oído mientras hablaba en tono bajo.
- Entonces, ¿qué te parece si buscamos un poco de calor juntos, en privado?
Ann asintió, su corazón latiendo con anticipación.
- Eso suena como una idea encantadora, Copia.
Tomados de la mano, se dirigieron a su habitación, donde la magia de su amor y la chispa del deseo llenaron el aire. La noche continuaba siendo testigo de su romance apasionado, mientras las estrellas brillaban en el cielo como testigos discretos de su amor. De su amor pecador.
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A la Cima del Poder - Papa Emeritus IV FanFic - LIBRO 2
أدب الهواةLIBRO 2 Desde abajo, en sombras despreciado, un alma audaz en busca de su voz, asciende sin cesar, decidido y honrado, a la cima del poder, donde hallará su voz. Cargos menores no frenaron su pasión, sueños ardientes lo llevaron a crecer, hasta que...