CAPITULO 3

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Otro dia, la misma mierda


Eilioth

Mientras que camino por las grises y sucias calles de T'chakl recuerdo el título de una misión de un clasico de los videos juegos, "otro día, la misma mierda"  misión que aparece en Call of Duty modern warfare dos, aunque yo jugué la versión remasterizada cuando era niño no quita el hecho de que sea una obra de arte; ese título resuena tanto en mi mente porque es la frase perfecta que describe la vida en este mundo fuera de las capitales. Todos los dias parecieran ser nuevos, deberían estar cargados de ilusiones o esperanzas, pero en verdad solamente son un triste recordatorio lleno de desolación al contemplar toda la atrocidad que hay en las calles, hay alrededor de unos 8 millones de habitantes de todas las especies y planetas en un espacio de diez mil metros cuadrados aproximadamente, estamos ubicados a 2 horas en autofloat (carro electromagnetico) de Rogers, la capital más grande después de Guerrero pero que le gana en finura y belleza.

Mi barrio "chick chick" es medianamente seguro, a las personas que viven aquí las conozco hace doce años y cualquier forastero en el vecindario es interrogado antes de permitirle una prolongada estadía. Las reglas son claras y simples, no permito la prostitución ni abuso sexual en ningún rincón de mi vecindario, y si por alguna razón me entero de que alguien la esta incumpliendo, es torturado y luego ejecutado, y ninguna persona desea recibir una tortura mía, pues son conocidas por ser extensas y tener una creatividad impresionante al momento de realizarlas con mis propias manos, cualquiera que haga eso es peor que un animal para mi y pierde cualquier tipo de derecho sobre su vida, eso es bien sabido entre los residentes y los mantiene claros sobre qué límite no pueden cruzar. El miedo los mantiene en orden y la obediencia hace que se regulen unos a otros, a cambio del trabajo y la protección que les ofrezco ante los males que hay fuera de nuestro barrio, ninguno puede tocar a alguien de mi gente sin mi permiso previo y la unica razón para permitirlo es por justicia.

Incluso en una sociedad tan corrompida como esta, se puede encontrar un poco de orden atraves de estos métodos.

—Señor, ya ordene que se aliste la nave y esta todo preparado para partir— dice Orus sacándome de mis pensamientos.

—Bueno, no siendo más, partiremos ya a Xerion para llegar antes del anochecer, si salimos justo ahora evitaremos las complicaciones de la tormenta de las 2 pm— le respondo al brazalete descargando mi maleta sobre las sillas de la pista de aterrizaje de naves.

—Señor, pero el viaje a Xerion en nave dura 1 mes— me corrige Orus —¿O no estará pensando en pagar para tener un hipersalto espacial? Sabe que cuestan un ojo de la cara por cada persona que atraviese el agujero de gusano—

—Si, lo sé. Pero este negocio no es para menos y justamente por eso te dije que no quería tripulación y tu no eres una persona, pagar por mi solo no es tan costoso— le contesto inclinando la cabeza sobre el apoya cabezas.

—Pues entonces tendrás que pagar por dos, hijo— me dice una voz que reconozco al instante, Karolos.

Me levanto a saludarlo con un abrazo— ¡amigo, maldita sea que milagro verte, estas más perdido que la mamá del chavo!— me mira volteando la cara confundido por mi dicho.

—Si ya sabes, el chavo del ocho, el programa terricola de hace cien años— trato de explicarle y su cabeza va de lado a lado negando conocerlo — si, ese que dormía en un barril, que tenía una vecin... ah sabes que, al igual no vas a entender, eres muy lento y amargado para eso—

—Jajaja, que eres marica, solamente que hace años no sé lo que es ver televisión terricola y nunca lo escuche— me responde con una risa alzando los hombros.

—¿Que haces aquí?– le pregunto.

–Tu brazalete me informo que tenias un trabajo bueno y necesitarías apoyo en Xerion– me contesta ojeando la nave que ya va ingresando con puertas abiertas a la pista.

–Hey, en primer lugar señor, lo invite porque en caso de que cambie de parecer con el encargo que le hicieron del ministro necesitara ayuda‐ explica Orus –Y aparte, tengo nombre y es Orus, te lo he dicho varias veces– contesta mi brazalete ofendido.

–De hecho, en todas las ocasiones que nos encontramos jajaja– contesta Karolos– pero sigo diciendo que te sienta mejor "brazalete"–

–Nah si, como sea, a palabras necias oídos sordos– gruñe Orus– ya tenemos que abordar la nave y despegar a Xerion, señor.

–Bueno, la demora me perjudica vamos– camino hacía adentro de la nave.

Una vez adentro reviso los paneles de informe de la nave. Todo en orden y listo para el despegue. –¡Vaaamos pues!– alzó la voz acomodandome en mi puesto de piloto y alzando el vuelo a Xerion.

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