CAPITULO 13

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Retorno


Anaís

Eilioth en los controles mantiene la mirada fija en el horizonte estelar. El silencio a bordo es abrumador, solo interrumpido por el suave zumbido de la nave y el eco lejano de nuestras respiraciones.

—Entiendo que... hay mucho en juego, pero quiero que sepas que no estoy dispuesta a quedarme al margen. El arriesgo su vida...— digo rompiendo el silencio que nos consume.

El suspira profundamente antes de responder.—Esto va más allá de una simple emboscada o atentado a un odiota terrícola. Hay conspiraciones que se extienden por la galaxia, y me han atrapado en medio de ellas y son cosas que no puedo explicar, ni me interesa que entiendas.

La nave aterriza suavemente en las afueras de la colonia. Mi corazón late con una mezcla de emoción y nerviosismo mientras la compuerta se abre, pensé que jamás volvería.

Los lugareños nos reparan con curiosidad. Sé que no somos extraños aquí, pero la sombra de los eventos recientes distorsiona la percepción de lo que solíamos ser para esta comunidad, estan desconfiados por la inseguridad creciente causada por los insurgentes.

Nos dirigimos hacia el comando cuándo noto que Eilitoh no nos sigue y esta de camino a la nave.

-¡Heyy! ¿Que te pasa?—grito haciendo que se detenga, camina de regreso a mi y se detiene a unos pasos.

—Nos vemos después —dice Eilioth antes de dar media vuelta, lo detengo jalandolo por un brazo.—No entraré a la colonia. Este no es mi lugar— añade de manera seca.

Para el es como si las emociones estuvieran prohibidas.

Asiento, desvaneciendo el agarre de su brazo. Es claro que no hay cabida para discusiones personales en medio de la crisis que enfrentamos. Eilioth se despide con un gesto de la cabeza y se aleja, dejándonos en la seguridad de la colonia.

Al llegar a la entrada de la colonia, una multitud de rostros familiares me rodea. La noticia de mi retorno y la presencia del candidato se ha difundido rápidamente, y los residentes están ansiosos por entender la situación.

Un grupo de voluntarios se acerca, liderados por un hombre de mediana edad con una insignia que indica su posición como responsable de seguridad en la colonia. Me reconocen y, antes de que pueda hablar, me toman entre varios de ellos para llevarme a un protocolo de evaluación.

—Anais, necesitamos asegurarnos de que estés bien. ¿Alguna herida? ¿Algún signo de malestar? —pregunta el líder de seguridad, mientras otros toman nota de mi estado físico.

Respondo a sus preguntas, explicándoles que estoy ilesa y que mi principal preocupación es la seguridad del candidato. La atmósfera es de urgencia y precaución.

—Protocolo de seguridad activado. Necesitamos mantener la situación bajo control y asegurarnos de que no haya amenazas internas. —ordena el líder de seguridad.

Los residentes, organizados en equipos de patrulla, comienzan a realizar inspecciones exhaustivas. Se revisan los accesos a la colonia, se refuerzan las medidas de seguridad y se implementa un sistema de comunicación para mantener a todos informados.

Durante este proceso, el candidato es llevado a un área segura donde se le brinda asistencia y comodidades. Los médicos locales realizan un chequeo de rutina para asegurarse de que no haya efectos secundarios del intento de secuestro. La colonia, acostumbrada a la tranquilidad, se encuentra repentinamente inmersa en un estado de alerta.

La comunicación fluye entre los líderes de seguridad, y se establece un perímetro alrededor de la zona donde se encuentra el candidato. Mientras tanto, me mantengo en contacto con los líderes de la colonia para coordinar nuestras acciones y compartir la información que Eilioth y yo hemos recopilado en nuestro encuentro, el único detalle es como omitir su presencia en la narrativa, porque inevitablemente se iniciara una búsqueda y preguntas respecto a el.

En medio de la efervescencia, recibo miradas de reconocimiento y saludos de antiguos compañeros. Sin embargo, me siento ansiosa y desubicada aqui, soy una agente entrenada, pero deseo salir del papel por un momento y relajarme.

Después de que se completa el protocolo de seguridad, me reúno con los líderes de la colonia en una sala de reuniones improvisada. La tensión es palpable mientras compartimos información y evaluamos la amenaza potencial.

—Anais, ya que tuviste contacto directo necesitamos saber todo lo que sepas de esta amenaza ¿Qué es lo que buscan? —pregunta uno de los líderes.

Inevitablemente les relato los eventos, desde el intento de secuestro hasta la intervención de Eilioth y la posterior huida, omitiendo unos pocos detalles, como lo que ocurrió con Karolos. Los líderes escuchan con atención, intercambiando miradas de preocupación.

—Sabemos quiénes son, y estan dispuestos a ir tras los candidatos. Yo creo que es una amenaza que va más allá de las fronteras de Xerión, aun que sea el grupo insurgente tienen mas organización y recursos que en años anteriores. —concluyo, sintiendo la gravedad de la situación.

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