CAPITULO 9

73 65 0
                                    

Entre sombras y secretos



Anais

Después de salir de esa maldita cueva, Marko y yo abordamos nuestra nave, dejando atrás el pestilente olor y los recuerdos desagradables de los insurgentes. Mientras nos alejamos de aquel lugar, no puedo evitar sentir un alivio palpable.

- ¿Estás bien? -pregunta Marko, notando mi silencio y mi mirada perdida.

Asiento, aunque sé que la palabra "bien" es relativa en este momento. La adrenalina aún late en mis venas, y mi mente está llena de imágenes de la violencia que presenciamos. Sin embargo, no puedo permitir que eso me debilite.

-Ya me dijeron que tenemos que llegar al centro de la ciudad y devolver la nave -comenta Marko, centrando la atención en la tarea inmediata.

Asiento nuevamente y me dirijo a la cabina de la nave. A medida que nos acercamos al centro, el caos de las últimas horas parece disiparse.

Mientras descendemos hacia el lugar de devolución, aprovecho para revisar las armas y asegurarme de que todo esté en orden.

La nave se posa suavemente en la plataforma de aterrizaje designada. Marko y yo salimos, y me estremezco al recordar que, a pesar de todo lo que hemos pasado, la amenaza de los insurgentes aún persiste,no es el único grupo en Xerion y todos estan interconectados cuando alguna situación se sale de control.

- Bueno, eso fue... inesperado -comento, buscando romper el silencio incómodo.

- Ya lo creo. Nunca esperé encontrarnos en medio de un enfrentamiento como ese. Pero supongo que es parte del trabajo, los "Rescatamos", se supone que es nuestro deber en Xerion- responde Marko, mirando a su alrededor como si tratara de evaluar la situación.
Nos dirigimos hacia el centro de devoluciones, donde un empleado espera para recibir la nave. El proceso es rápido, y en poco tiempo nos encontramos fuera del aeródromo.

- ¿Y ahora qué?- pregunto, sintiendo que la incertidumbre del futuro se cierne sobre nosotros.

Marko reflexiona por un momento antes de responder.

-Tenemos que informar a las autoridades sobre lo que sucedió. Es probable que estén interesadas en lo que descubrimos sobre Eilioth y su conexión con los insurgentes.

—No creo que debamos depender de las autoridades aún,mas sabiendo que todo lo que ocurrió fue ilegal, además ¿quién sabe si estan involucrados de alguna manera en todo esto? Prefiero manejar todo por nuestra cuenta —le digo a Marko, y él asiente comprendiendo mi posición.

Eilioth nos alcanza desde su propia nave. Su presencia es como una sombra discreta que se desliza entre las estrellas. La nave aterriza con gracia, y él se une a nosotros, cerrando la escotilla detrás de sí.

—Debo admitir que esta no fue la bienvenida que esperaba en Xerion, pero agradezco la ayuda que me brindaron—comenta.

—Es nuestro trabajo no nos agradezcas, me interesaría mas saber, ¿qué te trae exactamente a Xerion? —pregunto, deseando obtener más claridad sobre su presencia.

Él, con su mirada enigmática, responde—Como dije antes, tengo asuntos personales que resolver. Nada que deba preocuparte a ti.

Aunque su respuesta es evasiva, decido no presionar más.

—Este es mi punto de partida. Desde aquí, podemos manejarnos solos e igual ustedes— anuncia, indicando que es hora de despedirse.

—Si alguna vez necesitas algo o decides cambiar de opinión sobre quedarte en la colonia, aquí estamos— le digo, ofreciendo un gesto amistoso.

Se despide con un asentimiento y se adentra en la nave para luego despegar e irse.

—Interesante personaje —comenta Marko, rompiendo el breve silencio.

—Sí, definitivamente hay más en su historia de lo que nos ha dicho. Pero ahora, volvamos a la colonia. Tengo la sensación de que nuestra ausencia no pasó desapercibida— respondo, consciente de que nuestro jefe querrá respuestas.

Regresamos a la colonia, con la inquietud flotando en el aire mientras nos dirigimos hacia la sede de la unidad. Nuestro jefe, un hombre de mirada aguda y gesto serio, nos espera en su despacho. Al entrar, la puerta se cierra tras nosotros, sumiéndonos en un tenso silencio.

—¿Dónde diablos estuvieron? —inicia el interrogatorio, su tono es firme y lleno de autoridad.

Marko y yo intercambiamos una mirada rápida antes de responder.
—Tuvimos un problema durante una misión. Nos enfrentamos a algunas complicaciones inesperadas y decidimos tomar una ruta diferente para abordar la situación— explico, eligiendo mis palabras con precaución.

El jefe se recuesta en su silla, sus ojos escrutando nuestras expresiones en busca de detalles.

—¿Complicaciones inesperadas? Necesito detalles concreto— insiste, su escepticismo es apenas disimulado.

—Un grupo de personas se movilizaban hacia Elipsoide de la calle Oeste. Nos parecía sospechoso y no tuvimos tiempo de informar. Al llegar allí, perdimos totalmente la señal y por eso no nos reportamos. Al final, solo se estaban transportando en busca de comida. Están pasando por una situación difícil— explico, manteniendo una expresión firme pero convincente.

El jefe asiente, aparentemente más satisfecho con esta versión de los hechos.

—Bien, sigan con sus tareas normales. Pero necesito que estén más atentos a los protocolos de comunicación. No pueden simplemente desaparecer sin informar. Es arriesgado y puede poner en peligro la seguridad de todos—advierte, su tono es autoritario subrayando la importancia de seguir las reglas.

Después de la reunión, Marko y yo salimos del despacho del jefe. Nos dirigimos a la zona común, donde cada uno se dispersa para realizar sus tareas diarias, yo me retiro rápidamente hacia mi habitación.

Me sumerjo en mis pensamientos, la interrogación de mi jefe fue intensa, pero no puedo revelar la verdad detrás de nuestra repentina desaparición,
Eilioth me intriga. Aunque consciente de los peligros que conlleva su presencia, no puedo evitar reconocer su atractivo físico. Sus rasgos enigmáticos y su presencia dominante se quedan grabados en mi mente, y la curiosidad comienza a brotar dentro de mí, siempre he sido alguien analítica y muy curiosa.

¿cómo puedo descubrir más sobre él sin levantar sospechas?....

Redención Donde viven las historias. Descúbrelo ahora